Hurtos
Así operan los ladrones en la zona cero tras la devastación de la DANA
La situación es tan crítica que los delincuentes actúan con impunidad, eligiendo cualquier momento del día para llevar a cabo sus robos
Los recientes daños ocasionados por la DANA en diversas regiones han propiciado un notable aumento de actividades delictivas, especialmente en áreas vulnerables. Este contexto ha sido aprovechado por delincuentes que emplean diversas tácticas para llevar a cabo sus robos en la zona cero, beneficiándose de la confusión y el caos que enfrentan los ciudadanos.
Los saqueos, por desgracia, son constantes, y los efectivos policiales en Valencia no pueden asumir todo lo que está ocurriendo en centros comerciales, tiendas y casas particulares. «Ayer por la noche, escuché tiros desde mi casa, eran de la Policía. Unos menas entraron a robar a una pareja mayor diciendo que iban a ayudar», aseguraba un vecino de la zona a este medio.
Este ambiente de temor ha llevado a los vecinos de las zonas afectadas a organizarse de manera informal, creando diferentes grupos de vigilancia que se turnan para resguardarse mutuamente. Mientras algunos se dedican a ayudar en las labores de limpieza y asistencia a los afectados por la DANA, otros se quedan en casa para descansar y vigilar sus pertenencias.
La situación es tan crítica que los delincuentes actúan con impunidad, eligiendo cualquier momento del día para llevar a cabo sus robos, ya sea bajo la cobertura de la noche o incluso a plena luz del día. Además, la falta de una presencia policial constante ha abierto la puerta a ocupaciones ilegales, donde individuos se adueñan de propiedades vacías o abandonadas.
Más tensión a un panorama ya complicado
Asimismo, como relató una vecina de Paiporta al diario ABC, «intentan entrar en las casas diciendo que son bomberos para robar, y por la noche, el Ejército y la Guardia Civil se retiran». Ante esta situación, el último informe indica que el número de detenidos por estos hechos asciende a 80, de los cuales 12 han ingresado ya en prisión preventiva.
En este contexto, la falta de suministro eléctrico ha exacerbado aún más la vulnerabilidad de los residentes, quienes dependen del alumbrado para garantizar su seguridad y la de sus hogares. Por ello, esta se ha convertido en una de las demandas urgentes de los vecinos, no solo para prevenir situaciones como esta, sino también para poder cargar sus teléfonos, tener luz en casa y cocinar.
Finalmente, aunque el siguiente problema que acucia a los afectados por la DANA es el aspecto económico tras la catástrofe sufrida, las imágenes de los saqueos dieron la vuelta al mundo a través de las redes sociales y los medios de comunicación, evidenciando que, como decía una vecina de la zona, «el mal no descansa nunca».