Pedro Sánchez y Teresa Ribera, en el comite de crisis de la DANA

Pedro Sánchez y Teresa Ribera, en el comite de crisis de la DANAPool Moncloa/José Manuel Álvarez

La Confederación del Júcar borra datos críticos del caudal del Poyo en plena crisis de la DANA en Valencia

El organismo, dependiente de la ministra Teresa Ribera, se escuda en que el temporal destruyó los dispositivos de medición

La polémica en torno a la gestión de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) durante la devastadora crecida del barranco del Poyo en Valencia continúa creciendo. Según ha podido saber El Debate, han desaparecido datos clave sobre el caudal del barranco en las horas más críticas del 29 de octubre. La información, que permanecía disponible hasta el domingo 3 de noviembre en la web oficial de la CHJ, dejó de ser accesible el lunes y martes siguientes, levantando sospechas sobre una posible ocultación de datos por parte del organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica.

Estos registros son fundamentales para reconstruir la evolución del caudal y entender la actuación de las distintas Administraciones en la gestión del riesgo, ya que la Confederación fue la encargada de comunicar los datos al Centro de Coordinación de Emergencias, que emite las alertas hidrológicas. Los datos eliminados mostraban un incremento descomunal del caudal en un período de dos horas que dejó sin capacidad de respuesta a muchos municipios afectados.

El 29 de octubre, la primera alerta hidrológica se activó a las 12:20 horas tras recibir un correo de la CHJ en el que se informaba de un caudal ascendente de 264 m³/s. Con esta información, la Generalitat Valenciana avisó a los municipios en la zona del barranco del Poyo y obligó a activar sus protocolos de emergencia. No obstante, horas después, la Confederación fue notificando una disminución del caudal, sin desactivar la alerta. Las últimas actualizaciones se enviaron a las 13:42 (120 m³/s), a las 15:04 (55,86 m³/s) y a las 16:13 (28,7 m³/s), sin prever un nuevo riesgo inmediato.

Borrado de datos de la web

Borrado de datos de la webConfederación Hidrográfica del Júcar

Sin embargo, según los datos que posteriormente desaparecieron de la web, el caudal comenzó a incrementarse de manera alarmante entre las 16:00 y las 18:00 horas. Las cifras eran impactantes: a las 17:00, el caudal ascendía a 325,52 m³/s; a las 18:00, alcanzaba los 1.725,89 m³/s y a las 19:00, los 1.938,71 m³/s. No fue hasta las 18:43 cuando la CHJ envió un nuevo correo a Emergencias, alertando de un caudal de 1.686 m³/s y del elevado riesgo, aunque la situación ya era extremadamente crítica.

«¿Por qué se borran datos?»

Ahora, la Confederación Hidrográfica del Júcar y el Ministerio para la Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera, deberán dar una explicación sobre la eliminación de los registros del caudal en las estaciones de aforo del barranco. Fuentes cercanas al Gobierno autonómico señalan que la desaparición de esta información impide evaluar la magnitud de la crecida y la respuesta de las autoridades en las horas previas a la riada.

Tabla de datos del barranco antes de su borrado

Tabla de datos del barranco antes de su borradoMinisterio para la Transición Ecológica

Además, estas mismas fuentes cuestionan por qué, cuando finalmente se envió el correo a las 18:43 horas con una alerta del aumento drástico del caudal, la CHJ no utilizó un canal directo de comunicación con Emergencias para advertir de la gravedad del momento. A tenor de los datos recuperados antes del borrado, fuentes cercanas a las autoridades autonómicas aseguran que la Confederación conocía a las 18:00 horas que el caudal superaba los 1.700 m³/s, un volumen excepcional que «debió haber motivado una alerta inmediata».

¿Ocultación o fallo en los protocolos?

El organismo de cuenca ha justificado la desaparición de los datos en su web alegando que la crecida extrema dañó los dispositivos de medición en el barranco del Poyo. No obstante, fuentes autonómicas sostienen que los datos hasta el momento de la avería deberían estar disponibles, ya que contienen información esencial para evaluar la respuesta ante un riesgo de tal magnitud. De esta forma, la eliminación de estos datos bloquea el análisis completo de la situación y plantea dudas sobre la transparencia de la CHJ en la gestión de la crisis.

El organismo, dependiente del Gobierno de España, también ha sido criticado por no advertir de los riesgos del barranco del Poyo durante la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI), a la que asistieron tanto su presidente, Miguel Polo, como representantes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Bomberos, y en la que toda la atención de la Confederación estaba centrada en el río Magro y la presa de Forata. Según testigos, Polo no mencionó en ningún momento el aumento de caudal en el barranco del Poyo, ni las posibles «consecuencias peligrosas» que la Confederación reconocería posteriormente en sus declaraciones.

Un riesgo de 1.686 m³/s sin aviso

Para dar contexto a la magnitud de los datos, fuentes cercanas a la Generalitat explican que el caudal de 1.686 m³/s que se alcanzó en el barranco del Poyo es más de 50 veces el caudal del trasvase Tajo-Segura y cuatro veces el del río Ebro en condiciones normales. La Administración valenciana asegura que la CHJ debió informar de inmediato, no solo mediante correo electrónico, sino también mediante llamada directa al Centro de Emergencias, dado el riesgo inminente que representaba.

Desde el entorno del presidente autonómico, Carlos Mazón, advierten que esta desaparición de datos plantea graves interrogantes. «¿Qué motivos tiene la CHJ para borrar información que debería estar disponible para la investigación y el análisis de la gestión de la catástrofe?», cuestionan.

El Ministerio, mientras tanto, mantiene que la CHJ cumplió sus protocolos y que los datos de caudal estaban «disponibles en tiempo real» hasta que las condiciones destruyeron los dispositivos de medición. Sin embargo, esta justificación no explica la ausencia de los registros anteriores en su web y tampoco aclara por qué, en las horas previas a la catástrofe, la CHJ no alertó activamente sobre el riesgo que representaban esos niveles de caudal.

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