Canalización de aguas del plan anti riadas a su paso por Santa Faz (Alicante)

Canalización de aguas del plan anti riadas a su paso por Santa Faz (Alicante)Frinar

Las infraestructuras de la Comunidad Valenciana que contienen gran parte del agua en caso de DANA

Valencia y Alicante cuentan con grandes infraestructuras que canalizan las acumulaciones en caso de gota fría, aunque no cubren la totalidad de las zonas inundables, como se ha hecho evidente tras el último temporal

La Comunidad Valenciana vuelve a enfrentar el desafío de las inundaciones tras la última DANA, que ha dejado hasta ahora centenares de muertos y poblaciones devastadas. Este fenómeno meteorológico, conocido por sus lluvias torrenciales, ha afectado especialmente a la provincia de Valencia, aunque la situación podría haber sido mucho peor de no ser por la robusta infraestructura anti riadas existente, algunas de las cuales datan de la década de 1950.

Punto de inicio del nuevo cauce del río Turia

Punto de inicio del nuevo cauce del río TuriaWikipedia

Tras una devastadora crecida en 1957 que dejó 84 muertos y paralizó la ciudad, el gobierno de Franco aprobó un plan ambicioso para desviar el cauce del río Turia, que hasta entonces atravesaba la ciudad de Valencia de oeste a este. Este 'Plan Sur' fue una obra faraónica que implicó excavar un nuevo cauce de 13 kilómetros de largo al sur de la ciudad, capaz de canalizar millones de metros cúbicos de agua en caso de crecidas extremas.

La construcción, que finalizó en 1969, incluyó un gigantesco canal de hormigón con paredes inclinadas de 250 metros de ancho en su base y una altura de siete metros. Este nuevo cauce, diseñado para soportar el impacto de las riadas, ha protegido a Valencia de inundaciones catastróficas desde entonces, como ha quedado demostrado en episodios recientes. Por su parte, el antiguo cauce del Turia, ahora seco, fue transformado en el Jardín del Turia, uno de los parques urbanos más grandes de España, que representa hoy un espacio de recreo emblemático de la ciudad.

El modelo de gestión hídrica de Alicante

Alicante, que históricamente ha sufrido inundaciones que han anegado la ciudad debido a su topografía y desarrollo urbano sobre antiguos barrancos, también ha implementado infraestructuras claves para gestionar el agua pluvial. Desde la riada de 1997, que dejó varios muertos y daños millonarios, el Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana han trabajado en conjunto para establecer el Plan Anti Inundaciones, con inversiones de más de 105 millones de euros para encauzar los barrancos y construir grandes colectores que protejan a la ciudad de futuros desbordamientos.

Encauzamiento de los barrancos de Orgegia y Juncaret

Encauzamiento de los barrancos de Orgegia y JuncaretFrinar

La red de colectores, que ha crecido de 42 kilómetros en 1997 a 116 en la actualidad, se complementa con un sistema de encauzamientos y estaciones de bombeo, que ha duplicado la capacidad de drenaje. Además, el parque inundable de La Marjal, con capacidad para retener 45.000 metros cúbicos de agua, y el depósito anticontaminación de San Gabriel, que almacena hasta 60.000 metros cúbicos, son obras clave que han fortalecido la defensa de la ciudad frente a las lluvias extremas.

Necesidad constante de adaptación

Las recientes inundaciones han demostrado la importancia de mantener actualizadas las infraestructuras y regulaciones de protección. Las obras de ingeniería construidas en las últimas décadas han reducido el impacto de la DANA, y hoy en día, planes como el Patricova (Plan de Acción Territorial sobre Riesgo de Inundación de la Comunidad Valenciana) permiten una gestión más eficaz al identificar zonas vulnerables y aplicar medidas preventivas.

Aunque la DANA de 2024 ha dejado un saldo de pérdidas humanas y materiales devastador, las infraestructuras anti-riadas en la Comunidad Valenciana continúan cumpliendo su función de proteger a la población. Sin ellas, el impacto habría sido todavía más catastrófico, lo que pone de manifiesto la necesidad de mantener y reforzar estos sistemas de protección. Desde hace 15 años, la Cuenca Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, tiene obras pendientes en las zonas afectadas, que de haberse ejecutado hubieran aminorado el impacto del temporal en las zonas más próximas al Barranco del Poyo. De hecho, el departamento que dirige la ministra Teresa Ribera paralizó en 2021 su adecuación y drenaje por su «coste ambiental».

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