Pilar Bernabé se comprometió en 2023 a destinar fondos europeos para desviar barrancos y no hizo las obras

«Cada vez estamos en una situación climatológica donde somos más vulnerables y por tanto tenemos que dotarnos de las mejores infraestructuras para proteger de acontecimientos que vengan causados por el cambio climático, que es imparable». Frases como esta o similares se vienen escuchando desde la DANA devastadora del pasado 29 de octubre, más aún cuando el conflicto por las competencias entre la Generalitat Valenciana y el Gobierno central ha ido adquiriendo intensidad verbal e institucional.

Sin embargo, la literalidad de esas palabras está a punto de cumplir dos años. Se produjo el 3 de enero de 2023 y su autora fue la delegada del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, un cargo que actualmente continúa ocupando. Aquel día, la ya también responsable de Igualdad del PSOE y número cuatro del partido acudió en visita oficial a Aldaya, uno de los municipios más afectados por la gota fría de hace más de un mes.

En el Mercado Municipal, Bernabé informó de que había «solución», «proyecto» y «capacidad económica con los fondos europeos» para lo que ella misma calificó como «una prioridad». Se estaba refiriendo al desvío del barranco de La Saleta de la localidad con tal de evitar graves inundaciones y situaciones de peligro para los vecinos. Como si de un macabro giro de guion se tratase, esas actuaciones no se llevaron a cabo y esa zona ha padecido lo que por aquel entonces se quería evitar: la riada desbordó por ese punto y alcanzó a la población llevándose todo lo que se le ponía por delante.

Confederación Hidrográfica del Júcar

El principal cruce de reproches entre el Consell de Carlos Mazón y el Gobierno de España se está produciendo a cuenta de los avisos dados y las actuaciones de mantenimiento y acondicionamientos de ríos y barrancos hechas por cada administración. Así, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) está en el punto de mira de la Generalitat y es defendida 'a capa y espada' por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y por la que en la fecha de la DANA era vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

No obstante, el papel de la CHJ y su ámbito competencial lo tenía claro Bernabé en Aldaya: «Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar, que es quien debe llevar la obra adelante, se está trabajando con técnicos de Consejería para atajar posibles dudas y empezar lo más pronto posible», aseveró, otorgando gran importancia a esa hoja de ruta: «Es imprescindible y necesario que las administraciones trabajemos de forma conjunta para salir adelante en un proyecto que es vital, pero especialmente imprescindible empezarlo ya porque tenemos que gastar ese dinero que tenemos asignados para este proyecto», remarcó.

Después de insistir en que con esos fondos europeos se estaba en disposición de iniciar los trabajos de desvío de La Saleta «lo más pronto posible», se mostró «convencida» de que este hecho sería una realidad porque, estando el socialista Ximo Puig en la presidencia de la Generalitat, en la Consejería ya se habían «puesto a trabajar para dejar posibles inconveniencias que se habían encontrado inicialmente».

«Estamos todos de acuerdo en que esto es una prioridad», señaló tras firmar en el libro de honor del Ayuntamiento de Aldaya, un pueblo devastado por la DANA y que dos años después de la promesa de Bernabé ha visto cómo por ese mismo barranco no desviado entró con furia una tragedia sin precedentes.