Luis García en la manifestación del 11 de diciembre

Luis García en la manifestación del 11 de diciembreMarian Moncho

Luis, el bombero que salvó 33 vidas en la dana por su cuenta: «Decidí que sí era necesario»

Los bomberos de Valencia mediante el sindicato SPPLB exigen el cese de su Jefatura por una gestión «deficiente» durante el temporal

Los bomberos de Valencia, representados por el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos, han denunciado la gestión de su Jefatura durante la emergencia causada por la dana del pasado 29 de octubre. Según sus declaraciones, se dejaron inactivos más de 100 efectivos disponibles y preparados, mientras la situación desbordaba los recursos operativos en el terreno. Bomberos fuera de servicio acudieron por iniciativa propia, desafiando órdenes superiores, para realizar rescates en áreas gravemente afectadas como Paiporta y La Torre. El sindicato ha criticado también la falta de activación temprana del Grupo de Rescate Acuático y la Unidad Canina, así como la insuficiencia de equipos especializados, lo que agravó la capacidad de respuesta ante la catástrofe.

En respuesta, fuentes municipales han defendido la actuación de la Jefatura, afirmando que se movilizaron más de 100 efectivos diariamente y que las decisiones se ajustaron a las condiciones de la emergencia. No obstante, el SPPLB insiste en que la gestión fue «deficiente» y ha exigido un cambio en la dirección técnica del cuerpo. Como parte de sus reivindicaciones, convocaron una concentración el pasado miércoles 11 de diciembre frente al Parque Central de Bomberos, reclamando el cese de la actual jefatura y una mejora en la organización de los recursos.

Grupo de bomberos que se manifestaron el 11 de diciembre

Grupo de bomberos que se manifestaron el 11 de diciembreMarian Moncho

Bajo el lema «Jefatura, dimisión», los bomberos denuncian lo que califican como una «nefasta gestión» durante las primeras horas y días posteriores a la dana que azotó hace más de un mes a la Comunidad Valenciana. La concentración reflejó el descontento de un colectivo que critica la inadecuada coordinación y movilización de recursos en una emergencia que dejó a decenas de personas atrapadas en sus hogares. Uno de los protagonistas de la jornada ha sido Luis García, del Grupo de Rescate Acuático (G.R.A.), quien salvó a 33 personas en condiciones extremas junto con su equipo, utilizando una lancha que enfrentó corrientes peligrosas y escombros flotantes.

García critica la pasividad de sus superiores, quienes le dijeron que no era necesario ir. «Fue un llamamiento de que no hacía falta personal, pero yo al estar en el parque, decidí bajo mi responsabilidad que sí era necesario. No me dijeron que no fuese, simplemente me explicaron que no era necesario, y yo, como era consciente de la situación, junto con dos compañeros más, fui rumbo a La Torre», ha aclarado. Además, recibió la alarma de la Generalitat estando en el parque, y el 90 % de los bomberos que había en ese momento se movilizaron bajo su propia voluntad.

Durante la manifestación, una vecina del barrio de La Torre, acompañada por su marido, se acercó a García para mostrarle su agradecimiento personal. «Gracias a ti y al resto de tus compañeros, solo hemos lamentado la pérdida de 14 vecinos; de no ser por vosotros, habría sido mucho peor», le dijo, antes de tomarse una foto con él. Este gesto simboliza el reconocimiento de la ciudadanía hacia el esfuerzo de los bomberos, que se enfrentaron a la emergencia con recursos limitados y bajo una coordinación aparentemente cuestionada.

Luis García también destaca un hecho inquietante ocurrido durante la manifestación: dos empleadas de la Jefatura grabaron las caras de los bomberos presentes. «De momento no nos han puesto ninguna sanción, pero dos mujeres estaban por aquí grabando las caras de todos nosotros para saber quiénes somos los que nos estamos manifestando contra ellos», comenta indignado. Según él, eran una Técnico en prevención adscrita al Servicio de Prevención de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia y una administrativa que trabaja en el Parque Central de Bomberos. Además, aclara que «no tienen miedo» a cualquier represalia y que desde la Jefatura saben que su trabajo no ha sido el adecuado.

De momento no nos han puesto ninguna sanción, pero una inspectora estaba por aquí grabando las caras de todos nosotros para saber quiénes somos los que nos estamos manifestando contra ellos

Según explica, lo que quieren conseguir es tener a los mejores jefes, algo que «hoy en día no tenemos», ya que la mayoría nunca han sido bomberos. «Ninguno sabe lo que es plegar mangueras, entrar en un incendio o estar horas y horas de pie una noche pasando frío. Así es imposible empatizar con nosotros», concluye desconsolado.

El sindicato SPPLB, que lidera las críticas contra la Jefatura, denuncia que más de 100 efectivos quedaron «en el banquillo» a pesar de estar disponibles. Virgilio Torrecilla, uno de los delegados del sindicato y bombero de la Unidad Canina revela que no fue hasta el quinto día cuando le movilizaron para ir a ayudar. «Al día siguiente, y hasta el domingo de esa misma semana, las guardias eran normales, parecía que no había pasado nada. Nosotros, como miles de voluntarios, nos pusimos a movilizar coches y escombros y a quitar lodo de las casas, cuando pienso que nos necesitaban para algo más que eso. Una sección del cuerpo de bomberos se plantó, hizo fotos y amenazó con publicarlas en prensa, y a partir de ahí nos empezaron a movilizar», relata a El Debate.

Además, comenta que la movilización la percibieron como un «castigo», no como una ayuda a los damnificados. «Algunos compañeros hicieron turnos de 16 horas sin avisar, no estuvieron atentos a las comidas. Y encima se chuleaban de nosotros diciendo, ¿queréis trabajar? Pues coged capazos y vaciad casas. Pienso que, aparte de haber tenido un fallo de gestión, han tenido un fallo a nivel humano con nosotros», explica visiblemente enfadado.

El malestar dentro del cuerpo de bomberos de Valencia refleja una fractura entre la base y la cúpula directiva. La concentración de este pasado miércoles no solo fue una muestra de apoyo a los compañeros que actuaron con valentía durante la emergencia, sino también una llamada de atención a las autoridades para que revisen la gestión de futuras crisis.

Mientras tanto, los efectivos continúan exigiendo la reorganización del servicio y la destitución de los responsables actuales. Su objetivo principal era reforzar sus demandas y evitar que la historia se repita en futuras emergencias.

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