Compromís insulta a las víctimas
La utilización de la violencia por Compromís es el síntoma más claro de que tiene miedo a la verdad y saber la verdad es lo que se merecen las víctimas de la riada de octubre pasado
Desde el 29 de octubre pasado, día de la riada que asoló la provincia de Valencia, hemos podido comprobar cómo un partido político, en este caso Compromís, se ha dedicado a instrumentalizar a las víctimas de la catástrofe en los distintos municipios afectados, dirigiendo su odio hacia la persona del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.
El partido sucursal de ERC en la Comunidad Valenciana ha creado una red de piquetes violentos con la finalidad de insultar y boicotear cualquier acto, institucional o no, en el que esté presente Mazón e incluso se ha dedicado a insultar a las víctimas de la riada que, de forma voluntaria, se han reunido con el presidente en el Palau de la Generalitat. Una vez más, ha quedado de manifiesto que para los dirigentes de Compromís las víctimas son mero instrumento de su acción política.
Ya demostraron cuál era su idea política sobre el dolor de las víctimas cuando gobernaron la Generalitat y se burlaron en un primer momento y posteriormente persiguieron con ensañamiento a una víctima de agresión sexual que se atrevió a denunciar al entonces marido de su líder, Mónica Oltra. En este caso, la menor fue doblemente victimizada tanto por el agresor como por parte de la organización política, como se puso de manifiesto en el procedimiento judicial que finalizó con la condena del marido de Mónica Oltra.
No se puede olvidar que el gobierno de la Generalitat, del que formaba parte Compromís, persiguió con saña a la menor hasta el punto de despedirla de su puesto de trabajo en el hospital de Torrevieja, dejándola sin medios económicos para mantener a sus hijos, poniendo de manifiesto que los líderes de Compromís siempre repiten el modelo de utilización de las víctimas, ahora aprovechándose de su dolor y antes despreciándolo, pero siempre para obtener una ventaja o evitar un perjuicio.
Vimos cómo destrozaron a Rita Barberá con escraches violentos callejeros y ahora vemos cómo intentan doblar al presidente Mazón con el mismo método. Para eso utilizan un sistema de avisos a través de las redes sociales que congregan a apenas una decena de personas, pero su violenta conducta logra boicotear cualquier acto para con posterioridad utilizar sus altavoces mediáticos para simular que es el «pueblo» indignado el que se pronuncia. Así vemos cómo actúan personajes como Carlos Navarro, candidato fracasado de Compromís en las elecciones generales en Castellón, organizador de la violencia contra Mazón en Castellón, o Rafa Xambó, que ha llamado «estúpidos o malas personas o las dos cosas a la vez» a los votantes del Partido Popular, creando el caldo de cultivo para que el odio que lanza alcance a cualquier militante ‘popular’ al más puro estilo abertzale de la trágica Kale Borroka de Bildu en el País Vasco.
A las víctimas hay que respetarlas y ayudarlas, pero los políticos que se aprovechan de su dolor distinguiendo entre buenas o malas según el rédito político que pueda obtenerse nunca deben tener eco social ni mediático porque sería legitimar el odio como método de acción política y ya hemos visto cómo la deshumanización del oponente y arrogarse la representación del «pueblo» es el instrumento que siempre utilizan los radicales para justificar cualquier acto de violencia.
Compromís ha optado por boicotear cualquier acción de prevención, reconstrucción y de normalización social durante estos cinco meses y persigue extender el conflicto hasta las elecciones de 2027. Ese es su único objetivo, ya que ha fracaso en lograr que dimita Mazón, que haya moción de censura y que se convoquen elecciones. Por eso ante su fracaso político ha optado por la violencia callejera para intentar volver al poder. Por eso es tan peligrosa esta política de conflicto, porque supone abandonar la acción política y supone además desconfiar de la vía judicial, vías que suponen respetar el Estado de Derecho y la legalidad democrática. Ambos principios son pilares en una sociedad respetuosa con los valores democráticos.
La algarada, el insulto y el odio son propios de movimientos antidemocráticos y radicales, que creen que la violencia ha de imponerse al debate porque desconfían de los equilibrios democráticos. Las víctimas tienen un modo claro para reivindicarse, que es el derecho de manifestación y los tribunales de justicia y nadie puede utilizarlas para escoger la vía de la violencia en su nombre. Por eso Compromís nunca podrá representar a las víctimas ni es creíble cuando habla en nombre de las mismas. Siempre ha intentado manipular el dolor por mero cálculo político.
Por eso poco a poco la evidente utilización del dolor se volverá en su contra como van indicando las últimas encuestas, porque como decía Gandhi «la violencia es el miedo a la verdad », y en la actualidad esta frase tiene mucho recorrido en la sociedad valenciana, porque la utilización de la violencia por Compromís es el síntoma más claro de que tiene miedo a la verdad y saber la verdad es lo que se merecen las víctimas de la riada de octubre pasado. Utilizar la violencia en su nombre es simplemente insultarlas.
- Fernando de Rosa es magistrado y diputado del Partido Popular en el Congreso.