¿Qué alberga el Palacio del Marqués de Dos Aguas, uno de los referentes barrocos de Valencia?

Uno de los edificios más destacados de Valencia es el Palacio del Marqués de Dos Aguas, situado en pleno centro de la ciudad, a escasos metros de otros lugares de referencia como la plaza del Ayuntamiento, la de la Reina o la calle La Paz. Actualmente es la sede del Museo Nacional de Cerámica, pero ni mucho menos es la única parada que merece la pena, ya que su interior ofrece más estampas únicas.

Así, el edificio data del siglo XVIII y siempre ha estado relacionado con la riqueza, el poder y la grandeza de la capital del Turia dado su excepcional aspecto. En esas fechas, el título de marqueses de Dos Aguas estaba en manos de la familia Rabassa de Perellós, que alzó esta construcción siguiendo los cánones góticos que en 1817 sirvieron como lugar idóneo para la recepción de los apellidos más influyentes de la Madrid y la Valencia de la época. Años más tarde, el III Marqués de Dos Aguas decidió remodelar el complejo con tal de resaltar aún más su poderío.

Imponente fachada

Resulta imposible no quedarse un tiempo recorriendo su fachada, con torres en ambos lados, y en especial parándose en su gran puerta, realizada en alabastro. Esta se encuentra presidida por una imagen de la Virgen María desde la que descienden dos caudales de agua en honor al título nobiliario de la familia Rabassa de Perellós. Igualmente, también cuenta con dos atlantes, la figura de la mitología griega a la que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros los pilares que sostenían la Tierra.

Arquitectónicamente, el Palacio del Marqués de Dos Aguas era un edificio gótico de tres cuerpos alrededor de un patio. En cambio, hoy en día su planta es cuadrangular e irregular y consta de dos patios. La construcción fue declarada en 1941 Monumento Histórico Artístico y desde 1962 su nombre completo es Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí.

Ya en su interior, en la primera planta se puede observar la pudiente vida que llevaron en su época los distintos marqueses propietarios del complejo a través de diversas salas: de Baile, Oriental, de Porcelana, de la Virgen… , así como varios tapices, esculturas e, incluso, carrozas del siglo XVIII. En este sentido, las sucesivas reformas han convertido al Palacio en un inmueble ecléctico, predominando el estilo barroco, pero mezclándolo con toques rococó, neo-imperio y motivos chinescos.

El segundo piso alberga el mencionado Museo Nacional de Cerámica, donde se exponen piezas que abarcan desde la Antigüedad hasta objetos modernos. Entre ellas, hay numerosas obras del propio González Martí y hasta de Picasso, que donó al centro varias piezas de cerámica que diseñó.

Excepto los lunes que cierra, el Palacio se puede visitar cualquier día de la semana, también en grupo. De hecho, los sábados la entrada es gratuita. Para más información, se puede consultar la página web del museo.