Compromís trata de boicotear la ampliación de Benimaclet, un desarrollo urbanístico clave para Valencia
La formación nacionalista se une así a una plataforma vecinal de extrema izquierda que se opone al plan de Catalá, que fue aprobado también por Vox y el PSPV-PSOE
El proyecto de ampliación del barrio valenciano de Benimaclet ha cumplido con un nuevo trámite institucional, como es la presentación ante la Generalitat del Programa de Actuación Integral (PAI). De ello se ha encargado el concejal Urbanismo, Juan Giner, que se ha reunido con el director general de Urbanismo, Paisaje y Evaluación Ambiental, Miguel Ángel Iborra, de cara a evaluar el plan propuesto por la empresa promotora Metrovacesa con el fin de iniciar los trámites para determinar su situación ambiental estratégica.
Sin embargo, la cita no es sinónimo de que el desarrollo del proceso vaya a ser algo sencillo para el Consistorio. Más allá de los aspectos técnicos y burocráticos, la principal piedra con la que se enfrenta es la propia oposición, que, como sabe la alcaldesa, María José Catalá, no le va a pasar ni una dentro de su estrategia frentista. De hecho, el grupo parlamentario de Compromís ya ha avanzado que presentará alegaciones a dicha iniciativa. No por nuevo, ya que la formación nacionalista suele boicotear esta clase de proyectos, deja se ser recalcable.
El proyecto fue presentado por el edil, que explicó que este ha integrado, entre otras, las propuestas planteadas por el arquitecto José María Ezquiaga, redactor del plan especial del área funcional número 18 de Benimaclet, tal y como se acordó en una moción aprobada por el PP, VOX y PSPV-PSOE y que contó con el voto contrario de Compromís, en la Comisión de Urbanismo celebrada el pasado mes de septiembre.
«Barra libre a la especulación»
En este sentido, cabe recordar que la moción aprobada señalaba que «se daba traslado a la mercantil que ha presentado una alternativa para el desarrollo del sector del suelo urbanizable Benimaclet de los estudios y análisis que sobre el desarrollo del sector ha realizado la asistencia técnica contratada para la redacción del Plan Especial del Área Funcional de Benimaclet, para que sean tenidos en cuenta en la propuesta que se tramite».
En este sentido, la nueva propuesta aborda la integración del barrio con la huerta, con la recuperación de caminos históricos, acequias protegidas y alquerías, además de reducir la superficie de uso privativo, aumentado de forma significativa los espacios públicos, entre otros aspectos. Además, la actual ordenación propuesta modifica el Plan vigente desde 2003, de forma que incorpora las ideas e iniciativas planteadas en los distintos procesos participativos que se han realizado durante estos años en el barrio de Benimaclet.
Por último, el concejal ha recordado que una vez se conozca la evaluación ambiental estratégica, «durante el procedimiento de tramitación y aprobación del Programa de Actuación Integrada se valorarán y estudiarán las propuestas y sugerencias de las diferentes asociaciones vecinales y actores implicados», tal y como se acordó en la Comisión de Urbanismo.
Los fondos buitres, «a la hoguera»
Sin embargo, nada de eso convence a Compromís, cuya portavoz en el Ayuntamiento, Papi Robles, ha anunciado que su formación presentará alegaciones al plan porque, en su opinión, «no incorpora las principales reivindicaciones del barrio como la bajada de la edificabilidad o la transición huerta-ciudad». Ahora bien, para ello no aporta ninguna medida económica o solución práctica, más allá de acusar a Catalá de «querer volver a la época de la barra libre y la especulación salvaje con los barrios» y, por consecuencia, estar «condenando la ciudad a un crecimiento urbanístico exagerado que sólo ha beneficiado a los grandes inmobiliarios y constructores».
Para tal causa, Compromís no está solo, sino que cuenta con el apoyo vecinal. Pero no en general, sino de una asociación de extrema izquierda como es Cuidem Benimaclet. Basta echar un vistazo a sus perfiles en redes sociales para confirmar que, más allá de los supuestos intereses que pudieran defender, una de sus causas es la ideológica.
En cuanto al barrio, la asociación ha iniciado una campaña para «volver a parar el PAI» propuesto en esta zona de Valencia y defender «un modelo de barrio y de ciudad sostenible que ponga en el centro al vecindario». De nuevo, ningún dato acerca del eventual daño medioambiental. La plataforma vecinal ha indicado que retomará «la denuncia política y social» y que emprenderá «las acciones legales pertinentes para dilucidar si la empresa» que promueve ese plan urbanístico «reúne las condiciones necesarias para iniciar» su tramitación, sin tampoco aportar ningún documento que lo pudiera poner en duda.
No obstante, viendo tan solo por encima la actividad de Cuidem Benimaclet, deja a simple vista su carácter de extrema izquierda. Entre otras publicaciones, destaca un acto contra la Policía en el que varios de sus miembros posan orgullosamente con varios globos que conforman el acrónimo ACAB (Todos los Policías Son Bastardos, en inglés). En otro de sus actos, se convoca a los vecinos a una «vigilia por Palestina», pero no se le conoce nada condenando los ataques de Hamás.
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En lo que respecta a la vivienda, la connivencia no es menor. Tal como se puede comprobar en su perfil de Instagram, el 15 de septiembre de 2022, Cuidem Benimaclet promovió una concentración bajo el nada pacífico lema «Por una vivienda digna. Los cajeros se quedan. Fondos buitres a la hoguera».
En conclusión, María José Catalá no solo tendrá que lidiar con los clásicos e irremediables lances políticos si quiere sacar adelante el plan de ampliación de Benimaclet. Además, tendrá que convencer a los vecinos. Es muy probable que muchos de ellos estén de acuerdo con el proyecto o, sin estarlo, quieran sentarse a escuchar su desarrollo, pero su gran reto es con el ruido ideológico.