Valencia Un hombre tapona las urgencias del hospital de Manises por exigir que le atiendan en valenciano
Un paciente acudió con una grabadora al centro hospitalario para denunciar un «caso de vulneración lingüística», haciéndole perder el tiempo a los sanitarios que atendían a una mujer infartada que se dirigía a la UCI
La entidad pancatalanista Plataforma per la Llengua, que se define como «la ONG del catalán», ha denunciado un supuesto «caso de vulneración lingüística» en Valencia del que más bien se desprende la obsesión identitaria a toda costa de una parte de la sociedad, que antepone la lengua a la salud, e incluso a la vida, de los demás.
Esta organización, que es una a las que el Gobierno de Carlos Mazón ha cortado el grifo, al entender que promovía el separatismo, denunciaba hace unos días que un hombre había acudido a las urgencias del hospital de Manises y no encontraba a nadie que pudiese entenderle al hablar en valenciano. Por ello, al día siguiente acudió con una grabadora para dejar constancia de la situación.
Según refiere «la ONG del catalán», en el hospital prácticamente no había ningún trabajador que hablara la lengua regional y, «de hecho, la primera médica que le visitó ni hablaba ni entendía al valenciano». «No tengo ninguna obligación de que los médicos que estén aquí hablen valenciano. No tenemos por qué. Ni aquí, ni en ningún puesto», apuntaba la sanitaria que le atendió.
«Ante la voluntad del paciente de poder continuar expresándose en su lengua, llamaron a la responsable, que admitió que no disponían de personal capacitado para poder atender a los pacientes valencianohablantes», denuncian en un comunicado desde Plataforma por la Llengua, en lo que consideran una «agresión lingüística».
El hombre, que como español tiene el deber de conocer el castellano y el derecho a usarlo, como marca la Constitución, manejaba perfectamente la lengua de Cervantes, pero insistió en poder expresarse en valenciano, por lo que se le buscó un médico que lo entendía pero no lo hablaba. «La víctima, finalmente, logró poder expresarse en su lengua, a diferencia de la visita del día anterior», señalan desde la entidad separatista, que ha difundido un audio con lo sucedido.
La única persona que puede atenderle en valenciano está en el área de observación en estos momentos, que soy yo, con una infartada que la estoy subiendo a la UCI
En el mismo se aprecian detalles de la historia que no recoge el comunicado, como que el hombre –que en principio, tras hacerle unas radiografías, no presentaba ninguna dolencia– se mantiene por momentos impasible ante el hecho de que una de las sanitarias le explica que «la única persona que puede atenderle en valenciano está en el área de observación en estos momentos, que soy yo, con una infartada que la estoy subiendo a la UCI, con un paciente que estoy ventilando y estoy en el área de críticos. Yo no puedo subir a consultas».
«Entonces estamos delante de una discriminación lingüística», replica el hombre, al que la médica explica que los tres médicos disponibles ni siquiera son españoles. «¿No tienen personal valencianohablante en un centro de la Horta de Valencia?», continúa el varón, persistiendo en que tiene derecho a ser atendido en valenciano, a lo que la doctora indica que entonces tendrá que esperar, porque la única que puede hacerlo es ella.
«Tengo un paciente que se me va a parar. Lo tengo ventilando», continúa la mujer, ante lo que el hombre le dice que no quiere que esté ella ahí si se le va a parar una persona por ello, si bien continúa con sus argumentos durante algunos minutos más, incluso protestando por el tono de la sanitaria.
«¡A mí usted no me levante la voz, que yo no se la he levantado a usted! Yo no exijo que me hable valenciano, lo único que pido es que me entiendan», prosigue quien para Plataforma per la Llengua es una «víctima». «Vaya, vaya, por favor», desiste al final el hombre, en referencia a que atienda a los pacientes cuya vida corría peligro.
Según la entidad, el hospital de Manises estaría vulnerando la normativa vigente. En concreto, precisan, el artículo 56.2 del Real decreto legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto básico del empleado público. Este prevé que «las administraciones públicas, en en el ámbito de sus competencias, deberán prever la selección de empleados públicos debidamente capacitados para cubrir los puestos de trabajo en las comunidades autónomas que gocen de dos lenguas oficiales». También se remiten al artículo 54.11, que reza que los funcionarios «garantizarán la atención al ciudadano en la lengua que lo solicite siempre que sea oficial en el territorio».
También citan que el artículo 9.2 del Estatuto de Autonomía prevé que «los ciudadanos valencianos tendrán derecho a dirigirse a la Administración de la Comunitat Valenciana en cualquiera de sus dos lenguas oficiales y a recibir respuesta en la misma lengua utilizada». Esto, a la hora de ofrecer un buen servicio sanitario, en muchas ocasiones choca con la realidad o, como en el anterior caso, conlleva esperas.
Falta de personal
Fuentes de la Consejería de Sanidad apuntaron hace unos meses a El Debate que costaba encontrar profesionales del resto de España debido a los requisitos lingüísticos. Es por ello que hace unas semanas el consejero del ramo, Marciano Gómez, anunció que a la hora de acceder a las plantillas públicas el valenciano valdrá menos que tener un doctorado. «Quiero para los valencianos y para mí que me atienda el mejor: el mejor formado, el que más sabe y el que más experiencia tiene», aseguraba el responsable de la Sanidad valenciana sobre esta cuestión.
Desde Plataforma per la Llengua, sin embargo, reiteran que «el hábito de cambiar al castellano contribuye a dejar de hacer necesaria la lengua. Por eso, para la entidad es importante reivindicar las actitudes, como la de este paciente, que logran hacerse valer y no someterse al castellano».
Según afirman, «estos casos de abuso y trato antiigualitario forman parte de un mayor problema de discriminación lingüística estructural en el Estado español, y están ligados a la ideología supremacista castellana del nacionalismo español y al redactado discriminatorio de la Constitución y las leyes». Un relato que no llama la atención viniendo de una organización que en Cataluña incluso espía a los niños para saber en qué idioma se expresan.