Fuerzas Armadas
Los cómics históricos de Defensa agitan la polémica por «difundir tópicos de la leyenda negra antiEspaña»
Militares e historiadores trasladan a El Debate sus críticas por presentar hechos históricos de manera «caricaturesca, tergiversada e irrespetuosa»
La publicación de varios cómics por parte del Ministerio de Defensa con la intención de acercar al público infantil y juvenil determinados episodios de la historia de España ha derivado en una situación de malestar entre numerosos historiadores y militares. Malestar ocasionado, en gran medida, por las acusaciones de tergiversación de algunos hechos históricos. «Dibujar viñetas para contar la historia no puede ser una coartada para presentarla de manera caricaturesca, tergiversada e irrespetuosa», resume una de las fuentes consultadas por El Debate.
Estos cómics se han impulsado desde el Ministerio de Defensa, a través de la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural. En particular, el foco de las críticas está en tres de ellos, referidos a Blas de Lezo, Lepanto y Juan Sebastián Elcano.
Hispanofobia
«Con estas publicaciones –aseguran dichas fuentes– el Ministerio de Defensa parece unirse a la persistente campaña de hispanofobia, convirtiéndose de facto en difusor y cómplice de los más burdos tópicos de la leyenda negra». En este sentido, algunos militares han puesto encima de la mesa impulsar un escrito a la ministra para que tome conciencia del alcance de los cómics. «Promover, amparar y financiar un repetido ataque a la realidad histórica de una manera tan burda, no es aceptable». Las críticas no van conta el autor de las ilustraciones, Jorge Rodríguez Rivero, de quien se elogia su estilo «gráfico y garra narrativa». Más bien contra la plasmación de tópicos que distorsionan los hechos históricos.
Algunos ejemplos concretos entresacados de las páginas de los cómics, que han acaparado las críticas. Mientras el Ejército de Tierra inaugura estatuas del Virrey Sebastián Eslava, «quien fuera uno de los mejores generales de nuestro Ejército y artífice de la victoria española en Cartagena de Indias», el cómic avalado por el Ministerio lo presenta como un miserable malvado. A Carlos I se le pinta como un jovial borrachín, y a Carlos III como un decrepito anciano comido por las moscas.
Más ejemplos
Más ejemplos. La visión que ofrece sobre Felipe II es «alevosa, falaz y ofensiva». Entre otras faltas de respeto a la realidad histórica, se llama la atención sobre la figura de este monarca que «resulta ridícula hasta el extremo, presentándole como un fanático «antiluterano», y un cruel asesino, que provocó varias guerras y fue responsable del analfabetismo, lacra social que en su tiempo padecían ocho millones de españoles». Acompaña la figura del rey un vanidoso y prepotente Juan de Austria.
«Es obvio que siendo la historia de España –toda entera, con sus luces y sus sombras– patrimonio de todos los españoles, el relato que se haga de la misma debe ajustarse a la realidad de lo acontecido», subrayan.