La reparación del cazaminas Turia encara su recta final tras el grave accidente sufrido hace cinco años

Este lunes, Navantia anunció el inicio de los trabajos para la puesta a flote del cazaminas 'Turia' M-34 después de más de tres años y medio de reparación tras el grave accidente que sufrió en agosto de 2019. «Se trata de un profundo trabajo de reparación del casco no conocido con anterioridad en la industria civil ni militar», señalaron desde la empresa.

El cazaminas 'Turia' M-34 sufrió una varada en las proximidades de la Manga del Mar Menor en agosto de 2019 cuando participaba en la búsqueda del avión C-101 del Ejército del Aire que se accidentó frente a las costas de Murcia en el que falleció el comandante Francisco Marín.

Esta varada del cazaminas provocó importantes daños en la embarcación así como la inundación del interior. De hecho, el Ministerio de Defensa tardó un año en estudiar las opciones y decidir si reparaban el buque o encargaban uno nuevo. El cazaminas 'Turia' es uno de los seis barcos de la Clase Segura de los que dispone la Armada española.

Finalmente, en diciembre de 2020 se firmó la orden de reconstrucción. El presupuesto estimado de 25 millones era inferior al que supondría la construcción de una nueva nave y al 'Turia', además de reparar los daños, se le podrían incorporar los avances tecnológicos que tendría un buque nuevo.

Durante el primer año, Navantia y sus empresas colaboradoras efectuaron el desmontaje de la práctica totalidad de los circuitos de tuberías, sistema eléctrico, sistemas electrónicos y equipos de la parte inferior del buque, la más dañada en el accidente.

Posteriormente se procedió a la reparación de las partes dañadas, a lo que se sumó una modernización de sistemas y diversos equipos, como del sistema de combate, sistema integrado de control de la plataforma, comunicaciones, red eléctrica, un nuevo sondador, sistema de giroscópicas y nuevo radar, así como la habilitación, aire acondicionado y tratamiento de aguas.

Con la puesta a flote se darán por finalizados los principales montajes a bordo, así como las pruebas de estanqueidad del casco necesarias para la siguiente fase. Durante la nueva etapa a flote, el buque continuará con el exhaustivo plan de pruebas, que en su fase de puerto habilitará las futuras comprobaciones en la mar, previstas para el primer semestre de 2025. Tras la finalización de las pruebas de mar, el buque será entregado a la Armada.