Fuerzas Armadas Cinco nuevas armas que convulsionan la estrategia militar convencional
La revolución tecnológica que estamos viviendo a un ritmo acelerado llevan aparejados una transformación inédita en la historia de la humanidad. Las implicaciones de esta transformación se están acoplando en nuestra sociedad toda velocidad. La inteligencia artificial, la realidad aumentada, la nanotecnología, los ordenadores cuánticos... son solo algunos ejemplos de avances tecnológicos que están cambiando nuestra forma de vida.
En el ámbito militar, los estrategias militares tradicionales se están rehaciendo a marchas forzadas, ante la avalancha de nuevos sistemas de armas. En este complejo contexto, una serie de sofisticadas armas se están abriendo paso.
Armas de energía dirigida
Las armas de energía dirigida, como los láseres, permiten atacar objetivos con precisión extrema. Reino Unido ha desarrollado DragonFire, un láser de alta potencia para largos alcances. La precisión requerida equivale a alcanzar una moneda de una libra a un kilómetro de distancia. Las armas de energía dirigidas por láser pueden atacar objetivos a la velocidad de la luz y utilizar un intenso haz de luz para atravesar el objetivo. Aunque aún se encuentra en fase experimental, Reino Unido ha probado con éxito estas sofisticadas armas.
Estados Unidos desarrolla por su parte el HELWS (High Energy Laser Weapon System), que también ya están siendo probados para interceptar drones, misiles y proyectiles de artillería. Su capacidad para neutralizar amenazas en pleno vuelo las hace ideales para la defensa aérea y la protección de infraestructuras críticas.
Armas dirigidas por radiofrecuencia
El Debate adelantó esta semana el éxito de los militares británicos, que han probado por primera vez un arma de bajo coste que puede derribar un enjambre de drones utilizando ondas de radio. Sistemas aéreos no tripulados (UAS) fueron derribados en una prueba de tiro real, en un campo de tiro en el oeste de Gales. El sistema de desarrollo de armas de energía dirigidas por radiofrecuencia (RFDEW) puede detectar, rastrear y atacar una variedad de amenazas en tierra, aire y mar. El arma utiliza ondas de alta frecuencia para alterar o dañar componentes electrónicos críticos en el interior de dispositivos como drones, provocando que queden inmovilizados o caigan.
Misiles hipersónicos
Las principales potencias están embarcadas en una carrera contrarreloj por desarrollar misiles hipersónicos de última generación. Estos sistemas pueden alcanzar velocidades superiores a Mach 5 (cinco veces la velocidad del sonido), lo que dificulta de manera extrema su detección e intercepción por parte de los sistemas de defensa actuales.
Pueden trazar una trayectoria baja en la atmósfera, pudiendo alcanzar el objetivo más rápidamente, y hace que sea más difícil defenderse de ellos. Los misiles balísticos tradicionales toman una trayectoria en arco. Además, un misil hipersónico se puede maniobrar, haciéndolo más difícil de rastrear e interceptar. Los misiles hipersónicos pueden ser usados para lanzar ojivas convencionales más rápidamente y de forma más precisa que con otros misiles. Su funcionamiento supera los sistemas de defensas antiaéreas existentes, que por ahora solo tienen capacidad de interceptar misiles convencionales (balísticos y de crucero).
Los misiles hipersónicos, como el AGM-183 de Estados Unidos, el Zircon de Rusia o el DF-ZF de China, combinan la rapidez con la maniobrabilidad, permitiendo cambios de trayectoria en pleno vuelo. Pueden alcanzar objetivos clave en minutos, con capacidad de atacar portaaviones o bases críticas que podría alterar el equilibrio en escenarios marítimos o terrestres.
Sistemas autónomos no tripulados
El uso de drones autónomos está evolucionando a ojos vista. Un ejemplo muy reciente es el papel de los drones tras la invasión rusa a Ucrania o en la caída del régimen sirio. El propio Elon Musk abrió el debate hace unas semanas al sugerir que los drones con IA debían reemplazar a los sofisticados cazas de combate F-35 estadounidenses. La nube de combate está sustituyendo al campo de combate tradicional, con unidades de tierra, mar y aire interconectadas entre sí. En esa nube, los cazas de sexta generación volarán acompañados por enjambres de drones.
La autonomía y el bajo costo relativo de los drones permiten a los ejércitos adoptar tácticas de enjambre, en las que múltiples drones coordinados atacan de forma coordinada al enemigo. Los drones de nueva generación, equipados con inteligencia artificial (IA), tienen ya la capacidad de operar de forma autónoma, identificar objetivos y ejecutar misiones sin intervención humana directa.
Cibersoldados
El concepto de «soldado aumentado» combina avances en biotecnología, exoesqueletos y realidad aumentada para potenciar las capacidades humanas en el campo de batalla. Lockheed Martin está desarrollando sistemas de armas láser para proteger a los combatientes en el campo de batalla. La tecnología actual está lista para defenderse contra pequeños cohetes, proyectiles de artillería y morteros, pequeños vehículos aéreos no tripulados, pequeños barcos de ataque y vehículos terrestres ligeros que se encuentran aproximadamente a kilómetro y medio de distancia. A medida que aumentan los niveles de potencia del láser de fibra, «nuestros sistemas podrán desactivar amenazas más grandes y hacerlo a distancias mayores. Cuando se operan en conjunto con sistemas de energía cinética, estos sistemas pueden servir como multiplicadores de fuerza», se explica desde la corporación norteamericana.
Por otro lado, los sistemas de realidad aumentada, como las gafas «IVAS» (Integrated Visual Augmentation System), proporcionan a los soldados información en tiempo real sobre el entorno, incluidos mapas, objetivos y posiciones enemigas. Esta integración de datos mejora la toma de decisiones y reduce el riesgo de errores.