Ejército del Aire y del Espacio  Doble hito de los Eurofighter españoles desplegados en el polvorín del flanco Este de la OTAN

El destacamento Paznic del Ejército del Aire y el Espacio, en el marco de la misión Enhanced Air Policing de la OTAN en Rumania, ha conseguido un doble hito: 100 horas de vuelo vigilando el espacio aéreo de la Alianza y las 1.000 horas de vuelo en C-16 conseguidas por el capitán Escarza.

El pasado 28 de noviembre seis cazas Eurofighter C.16 del Ala 14 despegaron desde la base aérea de Los Llanos de Albacete rumbo a Constanza, Rumanía, donde desde entonces participan en una misión de defensa del espacio aéreo europeo a las puertas de Ucrania y el Mar Negro. Previamente, en agosto de 2024, un destacamento español compuesto por ocho aviones F-18 Hornet y 150 militares se desplegó en la base aérea de Mihail Kogălniceanu, cerca de Constanza, en el Mar Negro.

Los pilotos españoles se encuentran en la base aérea Mihail Kogalniceanu de Constanza, Rumanía, donde llevan a cabo turnos de alerta de 24 horas ejerciendo de policía aérea. Esta zona es de máxima tensión, debido a la situación con Rusia. Muchos expertos lo consideran un polvorín, con un incremento sostenido de las provocaciones rusas en los últimos meses. En octubre de 2024, dos F-18 españoles fueron desplegados de urgencia para interceptar un dron espía ruso detectado sobre el Mar Negro y que se dirigía hacia el espacio aéreo de la OTAN, según informó el Ministerio de Defensa. Los F-18 interceptaron la aeronave y la escoltaron hasta que abandonó la zona.

La Enhanced Air Policing tiene como objetivo garantizar la seguridad del flanco este de la Alianza, especialmente tras la anexión de Crimea por Rusia en 2014 y la invasión rusa de Ucrania en 2022. La OTAN trata de blindar mediante el apoyo colectivo el espacio aéreo de los países del este de Europa, que no tienen ejércitos lo suficientemente dotados.

Los Eurofighter españoles, equipados con tecnología avanzada y potente armamento, se integran en las operaciones conjuntas de la OTAN con el objetivo número uno de interceptar aeronaves no identificadas o potencialmente hostiles que se aproximen al espacio aéreo aliado sin autorización.

Incursiones hostiles

El coronel y jefe del Ala 14, Diego Sánchez Caamaño, explicó poco antes de partir a la misión que sus funciones son las de «vigilar el espacio aéreo de la frontera ante cualquier clase de intrusión, ya sea debido al mal funcionamiento de alguna aeronave, algún vuelo no autorizado o alguna incursión hostil».

Para ello disponen en la base de Constanza de una serie de aviones y pilotos de reacción rápida --a los cuales se suman los cazas españoles-- «preparados para despegar en menos de 15 minutos» como respuesta a cualquier incidencia y con capacidad para poder interceptarla.

El coronel Caamaño destacó asimismo la importancia de la misión para la seguridad del tráfico aéreo, la cual considera «clave para que podamos mantener nuestro sistema económico y nuestro sistema de valores» como parte de la defensa conjunta de los distintos países de la Unión.

El jefe del Ala 14 subrayó que la operación se engloba dentro de un plan de seguridad integrada europea, en el que se incluyen radares, sistemas de vigilancia y la participación de varios aliados de la Unión Europea que se coordina desde el Centro de Operaciones Combinadas de Torrejón.

«Que podamos realizar este tipo de misiones en un país tan lejano y cruzando distintos espacios aéreos demuestra la preparación y entrenamiento de la que disponemos en España y los esfuerzos de colaboración entre los países europeos para una defensa conjunta que nos beneficia a todos», enfatizó.

Este ejercicio llevaba meses programado y supone un cambio de turno para los pilotos aliados que estaban desplegados en la base rumana. Las tres repúblicas bálticas, Chequia y Rumanía forman parte de este programa de refuerzo de policía aérea que lleva años en funcionamiento.