Fuerzas Armadas | Hito de Airbus  «El satélite de defensa SpainSat NG-1 sitúa a España a la vanguardia de las comunicaciones seguras»

España está a punto de reforzar su posición como líder en tecnología espacial gracias al innovador satélite militar SpainSat NG-1, parte de un ambicioso programa de defensa liderado por Airbus Defence and Space. El lanzamiento está previsto para la madrugada del 30 de enero en Europa, en un cohete Falcon 9 de SpaceX, y marcará un antes y un después en las capacidades de comunicaciones seguras para las Fuerzas Armadas españolas. El complejo proyecto ha sido liderada por un cualificado equipo multidisciplinar. Enrique Granell, responsable de SpainSat NG en Airbus Defence and Space en España, y Marta Posada, responsable de SpainSat NG en Airbus Tres Cantos (Electrónica de la Antena Activa), explican a El Debate los detalles de este proyecto emblemático.

El SpainSat NG-1 es el satélite de comunicaciones seguras más avanzado de Europa y uno de los más destacados a nivel mundial. ¿Por qué es tan importante? «Es un programa que va a dotar a las Fuerzas Armadas de nuestro país con la capacidad de comunicaciones necesarias para desempeñar sus operaciones, y ampliada significativamente con respecto a los satélites que prestan servicio actualmente», afirma sin dudar Enrique Granell. Diseñado para dotar a las Fuerzas Armadas de España de comunicaciones más rápidas, resilientes y seguras frente a amenazas, como ataques cibernéticos o interferencias malintencionadas, Granell subraya que este sistema multiplica por diez la capacidad de los satélites actuales, permitiendo el envío de grandes volúmenes de datos en menos tiempo. Además, incorpora una tecnología de antenas activas que permite cambiar las coberturas de comunicaciones en tiempo real, con más de mil ajustes por segundo si es necesario. La flexibilidad que ofrecen estas antenas activas es crucial en escenarios operativos cambiantes. Granell lo compara con una antena parabólica tradicional, pero en este caso la orientación y cobertura se adaptan electrónicamente, sin partes móviles. «Esto significa que podemos reconfigurar las coberturas del satélite para responder a necesidades específicas en cualquier momento», añade.

Desafíos técnicos

El desarrollo del SpainSat NG-1, que comenzó en 2019, no ha estado exento de retos. Marta Posada destaca los complejos desafíos técnicos que supuso diseñar y fabricar tres unidades electrónicas clave: la unidad controladora, la unidad de potencia y un sistema avanzado de protección ante interferencias. Este último es considerado uno de los mayores logros tecnológicos, ya que permite identificar y contrarrestar ataques en tiempo real, asegurando comunicaciones ininterrumpidas y seguras.

«Nuestro equipo técnico, altamente cualificado, ha trabajado intensamente para superar cada obstáculo, especialmente en la fase de calificación, donde los elementos se someten a pruebas extremas de vibración, vacío térmico y resistencia mecánica», explica Posada.

Otro desafío significativo fue el contexto global, marcado por la pandemia de covid-19 y la crisis en las cadenas de suministro. A pesar de estas adversidades, el equipo de Airbus consiguió seguir adelante pese al confinamiento.

Enrique Granell también subraya la importancia del componente industrial. Más del 45% del desarrollo del SpainSat NG-1 se ha llevado a cabo en España, involucrando a un amplio ecosistema de empresas nacionales especializadas en subsistemas eléctricos, térmicos y de radiofrecuencia. «Este proyecto no solo ha elevado el nivel tecnológico de Airbus, sino también el de toda la industria espacial española, posicionándola como un referente en Europa y en el mundo», comenta.

Lanzamiento y funcionamiento

El SpainSat NG-1 se lanzará desde Cabo Cañaveral y entrará en operación tras varios meses de maniobras orbitales y pruebas. Aunque el satélite estará activo desde el momento de su separación del lanzador, su pleno funcionamiento requerirá alcanzar su posición orbital geoestacionaria a 36.000 kilómetros de la Tierra. Este proceso incluye un exhaustivo periodo de validación para garantizar que todos los sistemas funcionen correctamente.

Con una vida útil estimada de 15 años, el SpainSat NG-1 y su satélite gemelo, el SpainSat NG-2, cubrirán aproximadamente dos tercios de la superficie terrestre, posicionándose en distintas ubicaciones orbitales para maximizar su alcance.

Autonomía tecnológica española

El SpainSat NG-1 refuerza significativamente la autonomía tecnológica de España en el ámbito espacial. Según Granell, «el desarrollo de este satélite pone a España a la vanguardia de las comunicaciones seguras, no solo a nivel nacional, sino también en el mercado internacional». Este proyecto sirve como punto de partida para futuros programas y exportaciones, consolidando la capacidad de las empresas españolas en el diseño y fabricación de sistemas espaciales avanzados.

Además, el conocimiento adquirido durante estos años ha generado un impacto duradero en la industria. «Hemos formado a cientos de profesionales y demostrado que podemos diseñar, fabricar, integrar y probar sistemas complejos desde cero. Esto nos posiciona como un referente para futuros desarrollos», añade Posada.

Perspectivas futuras

El SpainSat NG-1 es solo el comienzo de un camino más amplio. La experiencia obtenida en este proyecto no solo se aplicará a otros satélites, sino que también influirá en los planes estratégicos de España para el sector espacial. Con tecnologías pioneras y un ecosistema industrial fortalecido, ambos coinciden en que España está preparada para liderar nuevos desarrollos y afrontar retos globales en un entorno cada vez más competitivo.

Granell y Posada coinciden en que el SpainSat NG-1 es un ejemplo de cómo la colaboración entre empresas, instituciones y profesionales puede generar avances significativos en la ciencia y la tecnología. Este proyecto, «fruto del esfuerzo colectivo y la resiliencia, simboliza el potencial de la industria espacial española en la próxima década». Ambos coinciden también en poner en valor el trabajo de un equipo humano que ha logrado un hito clave para el futuro de la defensa española.