Andrew Lincoln en su papel de Rick Grimes

Andrew Lincoln en su papel de Rick Grimes

Esta es la comida española que vuelve loco a Andrew Lincoln, protagonista de 'The Walking Dead'

El exfutbolista David Beckham también lo considera una de sus «cosas favoritas»

Andrew Lincoln, actor que dio vida al personaje de Rick Grimes en ‘The Walking Dead’ se enamoró hace un tiempo de unos de los mariscos más típicos de las costas gallegas durante una de sus visitas a España.

Gracias a su trabajo, el actor londinense alcanzó una fama internacional que le llevó a recorrer multitud de países lo que le permitió, entre otras cosas, descubrir las diferentes gastronomías.

En su visita a nuestro país, Lincoln descubrió uno de los mariscos más típicos de Galicia un plato que el intérprete ha llegado a reconocer como uno de su favoritos: los percebes. Pero no es el único, porque el exfutbolista David Beckham también dejó claro que es una apasionado de la gastronomía gallega y, en concreto, también de este marisco.

El oro negro de la costa gallega

La gastronomía gallega deleita con una rica mezcla de sabores, arraigadas tradiciones y una gran diversidad culinaria. Su atractivo principal reside en la abundancia de platos disponibles. Cada receta está impregnada de un estilo de cocina que se basa en la familiaridad, el cuidado y la autenticidad, un proceso meticuloso que añade un toque distintivo a cada bocado. No es de extrañar que conquiste los paladares más exigentes en todo el mundo.

Un mariscador cogiendo uno de los mariscos de Galicia mejor valorados

Un mariscador cogiendo uno de los mariscos de Galicia mejor valoradosEuropa Press

En 2017, Andrew Lincoln visitó España como parte de la promoción de la séptima temporada de su serie cuando en una entrevista concedida al programa de La Script en la Cadena Ser, el actor reveló que se había enamorado de un producto gastronómico gallego: Los percebes. «Fue unas de las cosas más ricas que he probado en mi vida», explicó Lincoln acerca de este marisco.

El actor bromeó acerca de la curiosa anatomía de los percebes y declaró: «Ahora me entero que son penes». ¿Puedo decir penes?”. «En cualquier caso, son deliciosos», afirmaba el actor sobre este marisco de precio elevado debido al riesgo que corren los percebeiros a la hora de recolectarlos.

Además de para Lincoln, la gastronomía gallega no pasa desapercibida para el exfutbolista británico David Beckham quien en cada visita a España deja claro que es un apasionado de la gastronomía gallega. Los percebes, las ostras o sus conservas favoritas de la empresa gallega Los Peperetes son una muestra de ello.

Nunca dar la espalda al mar

El mar es despiadado e impredecible. Bien lo saben todos los percebeiros que salen a faenar para buscar entre la arena y en los escarpados acantilados de la costa su sustento.

Una de las mejores zonas para recolectar el percebe es la famosa Costa de la Muerte. Es un tramo de aproximadamente 80 kilómetros de longitud que empieza en Malpica de Bergantiños y recorre toda la zona costera del noroeste del litoral gallego, hasta Cabo de Finisterre en La Coruña.

Un percebeiro recoge la cría del percebe en la costa de Pontevedra

Un percebeiro recoge la cría del percebe en la costa de PontevedraEuropa Press

En este escenario todo gira en torno al percebe, un crustáceo esquivo y solitario que habita en zonas casi inaccesibles. Las poderosas olas y las rocas afiladas de la costa no solo lo protegen, sino que también le proporcionan el sustento. Un entorno desafiante donde sucumbe uno de los manjares más preciados de la gastronomía gallega, protegido por la fuerza indomable del mar y su gélida temperatura, que desafía cualquier intento de captura.

El oficio de los percebeiros es reconocido como uno de los más arriesgados que existen. Al romper el alba, ataviados con trajes de neopreno y botas antideslizantes, los percebeiros se entregan a la ceremonia de recolectar los codiciados percebes que se aferran a las escarpadas y cortantes rocas de los acantilados.

Es un ritual marcado por la incertidumbre, pues cada jornada en el mar está sujeta a los caprichos de las olas. En ciertas zonas, emplean arneses para descender por los acantilados, protegiéndose de ser arrastrados por las embestidas del mar.

Con el saqueiro (un pequeño cesto enrejado) a la cintura y el salabardo para transportar su cosecha, descienden a las zonas más peligrosas de la costa, donde la concentración es fundamental. Trabajan en silencio, comunicándose solo para alertar sobre posibles peligros. Se desplazan ágilmente entre las rocas, seleccionando cuidadosamente cada percebe, conscientes de que la calidad influye en el precio de venta.

Existe un refrán entre ellos que dice que cuanto más violento esté el mar, mejores serán los percebes, pero siempre con precaución. Avanzan con rapidez, pero con cautela, priorizando su seguridad y respetando la regla fundamental de nunca darle la espalda al mar.

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