El marisco más cantarín de la costa gallega y considerado entre los mejores del mundo
Un delicioso crustáceo en peligro de desaparición que llenaba las lonjas con su peculiar grito impidiendo a los pescadores comunicarse entre sí
Uno de los principales encantos de Galicia es, indiscutiblemente, su marisco. Es casi impensable que quienes visitan esta comunidad autónoma se marchen sin haber probado alguno de estos exquisitos productos del mar.
Los mariscos de Galicia prosperan en un hábitat excepcionalmente rico en nutrientes, suministrados por el fenómeno del afloramiento que se da en las rías gallegas. Esta abundancia y calidad de nutrientes es algo prácticamente exclusivo de esta región, otorgando a los mariscos gallegos un sabor distintivo que los hace incomparables en el mundo.
Sin embargo, existe una preocupación creciente respecto a uno de los crustáceos más emblemáticos de las Rías Baixas, ya que se encuentra al borde de la desaparición. Cada vez es menos frecuente y más difícil de hallar en las lonjas gallegas. Esta situación se debe a la sobreexplotación que este crustáceo ha sufrido durante décadas.
Este es el marisco cantarín
Nos referimos a las langostas, también conocidas como cantarinas debido a su característico sonido, un grito que llenaba las lonjas y obligaba a los pescadores a elevar la voz para poder comunicarse.
La langosta roja o real es un crustáceo decápodo, es decir, de los que pertenece a la familia de los crustáceos con diez patas, al igual que otras especies conocidas como la nécora, el camarón y la centolla.
Destaca por su color rojo particular y es uno de los mariscos más valorados a nivel mundial gracias a su sabor excepcional.
La langosta que se encuentra en las costas gallegas, del océano Atlántico, es de gran calidad y valor gastronómico; ya que las características naturales de las costas gallegas, combinadas con las propiedades gastronómicas de esta especie, hacen de este crustáceo un manjar único.
Físicamente se caracteriza por sus largas antenas, que pueden superar la longitud de su cuerpo, su abdomen en forma de abanico y su cabeza robusta. Es un crustáceo nocturno que habita en los fondos rocosos que es el lugar en donde se alimenta.
La langosta presume de su fiesta propia. Un evento gastronómico, que ha sido declarado de interés turístico en Galicia, y que se celebra en La Guardia (Pontevedra) en la primera semana del mes de julio. Durante esos días este manjar puede ser degustado de diferentes formas porque su textura y su exquisito sabor la hacen ideal para una gran variedad de platos.
Ya sea en caldereta, cocida o a la plancha, este crustáceo siempre será una elección acertada para cualquier ocasión especial y, lo que es mejor, en la fiesta de exaltación de este marisco, se puede comer a precios populares.