La piscina natural ideal para el invierno está en Galicia
La temperatura de su agua es la misma durante todo el año y ofrece bienestar y relax
Galicia es conocida por sus aguas termales, un legado que abarca siglos y que ha dado lugar a enclaves de renombre como las termas de Las Burgas en Orense o las piscinas termales de Outariz y Chavasqueira.
Pero disfrutar del termalismo es una experiencia que transciende las estaciones, ya que en tierras lucenses, en Codesido (Vilalba), se puede disfrutar de una piscina natural con un agua que se mantiene a una temperatura constante durante todo el año.
Un oasis termal en plena naturaleza
Hablamos de la Charca del Alligal, un rincón único donde es posible disfrutar de un baño reparador durante todo el año. Con una temperatura de 23 grados, estas aguas mineromedicinales ofrecen bienestar y relax tanto en los calurosos días de verano como en los fríos de invierno. Además, está emplaza en un entorno natural único y singular al estar rodeada por un bosque de abedules.
Esta poza termal, que data de 1930, comenzó como una pequeña piscina de piedra. Hoy en día, es una amplia balsa circular de 30 metros de diámetro, donde las aguas mineromedicinales emergen del suelo arenoso a través de pequeños manantiales.
Las aguas de la Charca do Alligal son bicarbonatado-cálcicas y de mineralización débil, características que las hacen ideales para tratar dolencias reumáticas como la artritis, la artrosis o la tendinitis, así como afecciones crónicas de la piel como psoriasis, eccema y dermatitis atópica.
Pero para tratar estas dolencias, la tradición popular ha desarrollado un ritual específico: someterse a un calendario de baños de siete a once días para maximizar los beneficios terapéuticos.
Además, son numerosas leyendas locales que atribuyen propiedades milagrosas a este enclave, lo que ha contribuido a consolidar la fama de la Charca do Alligal como un lugar de sanación y rejuvenecimiento.
La Charca do Alligal cuenta con una amplia zona de aparcamiento y en las inmediaciones se encuentra un hotel-spa que aspira a convertirse en un balneario. Unas infraestructuras que ofrecen una experiencia aún más completa para quienes buscan relajarse y cuidar su salud.
Más que una piscina, la Charca do Alligal es un ejemplo de la riqueza termal de Galicia, donde la tradición, la naturaleza y el bienestar se combinan en un único espacio.
Las aguas termales de Galicia representan un importante recurso natural y turístico, que combina tradición, salud y ocio. Su accesibilidad y diversidad las convierten en un destino atractivo tanto para quienes buscan relajación como para quienes valoran sus propiedades terapéuticas.
Con una oferta que sigue creciendo y diversificándose, estas termas refuerzan el papel de Galicia como referente en turismo de bienestar.