Pontevedra activa una campaña de control de patinetes eléctricos y bicicletas en el centro urbano
La campaña contempla sanciones económicas que van desde los 100 euros hasta los 500 euros por conducción temeraria o bajo los efectos del alcohol o drogas
La Policía Local de Pontevedra llevará a cabo una campaña especial de control del uso de bicicletas y Vehículos de Movilidad Personal (VMP), como patinetes eléctricos, en el casco urbano de la ciudad.
La iniciativa, que se desarrollará del 27 al 31 de enero, fue anunciada por la concejala de Seguridad Ciudadana, Eva Vilaverde, quien destacó la necesidad de priorizar la seguridad peatonal.
Preferencia la peatón
Villaverde indicó que este tipo de vehículos constituyen «el principal problema de movilidad en este momento para este modelo de ciudad» en el que se da preferencia al peatón.
Vilaverde señaló que, aunque no se trata de un problema grave de movilidad, la percepción de inseguridad por parte de los ciudadanos y el aumento de accidentes asociados a estos vehículos justifican un control más riguroso y periódico.
«Hay que hacer un control más concreto cada cierto tiempo y de manera periódica para que no empeore la situación», ha insistido Eva Vilaverde, que reconoció una tendencia ascendente en los últimos años de accidentalidad en la que están implicados estos vehículos.
Según los datos de 2024, la Policía Local emitió 75 denuncias relacionadas con bicicletas y VMP, principalmente por circular por aceras, además de sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
Los controles se realizarán tanto de manera estática como dinámica, enfocándose en áreas sensibles, como el casco histórico y los accesos principales al centro urbano.
Los objetivos incluyen detectar conductas irregulares, como circulación indebida por zonas peatonales, exceso de velocidad, y el incumplimiento de normativas de seguridad vial.
Sanciones económicas a la vista
La campaña contempla sanciones económicas que van desde los 100 euros, por circular dos personas en un mismo VMP, hasta los 500 euros por conducción temeraria o bajo los efectos del alcohol o drogas, pasando por una multa de 200 euros para quienes circulen con un VMP en aceras o superen la velocidad de los peatones.
Los adultos que se nieguen a realizar los tests pueden enfrentarse a multas de hasta 1.000 euros.
Entre las infracciones más comunes, destaca la circulación en aceras, utilizar auriculares o el móvil al conducir, o superar los límites de velocidad establecidos en zonas mixtas: 10 km/h en áreas compartidas y 6 km/h si hay peatones presentes. El uso del casco es obligatorio para menores de 16 años, y su uso es recomendado para adultos.
Vilaverde recordó que los conductores adultos de VMP deben circular exclusivamente por la calzada, mientras que los menores de 12 años pueden utilizar las aceras si están acompañados por un adulto.
Con esta campaña, el Ayuntamiento busca reforzar la seguridad vial y promover la convivencia entre peatones y usuarios de VMP en un modelo de ciudad donde el peatón tiene prioridad absoluta.