Tony Gratacós

Tony GratacósLVC

Tony Gratacós, escritor

« Cómo tratar la figura de Hernán Cortés ha sido una espada de Damocles sobre mí»

El autor ha estado en Córdoba para presentar su nueva novela Todos sabrán mi nombre

Tony Gratacós (Barcelona, 1967) ha cogido un tren en Madrid, donde reside, y se ha venido a Córdoba a hablar de su libro. Y a probar la mazamorra, que probablemente tenga ya un lugar de honor en su próxima novela. Este señor es padre de cinco hijos y abuelo de tres nietos, lo cual hoy en día supone una aventura mucho más épica que la de los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo. Sirva la hipérbole para introducir a un autor con una larga trayectoria profesional pero no en los libros sino en el sector audiovisual. Licenciado en periodismo por la Universidad de Navarra, con posterior formación académica en la Universidad de California (UCLA), nuestro entrevistado, más que periodista, anhelaba ser director de cine. No ha rodado de momento ninguna película, pero ha visto y seleccionado muchas para Antena 3 TV, donde estuvo trabajando, y de donde marchó para lanzar Disney Channel en España y Portugal como director de programación y producción.

También abrió un restaurante sin tener ni idea de restauración ni de hostelería pero sí la intuición afilada y las ideas muy claras. Como los conquistadores a los que ahora, en su faceta de escritor, ha dedicado ya dos libros: Nadie lo sabe (Destino,2022) y el que hoy nos presenta a más de 40 grados cordobeses de temperatura, Todos sabrán mi nombre (Destino, 2024).

La novela perfecta para estos días relajados y a medio gas, por cierto.

Tony Gratacós, en la Librería Luque

Tony Gratacós, en la Librería LuqueLVC

-¿Por qué es tan atractiva la novela histórica para los escritores noveles?

- No me gusta catalogar. Cuando leo un libro lo hago porque me gusta, no porque el género sea, por ejemplo, el de novela histórica y me apetezca en ese momento. Mi puerta de entrada en lo que se denomina novela histórica se debe a la pasión de observar los vestigios del pasado con los ojos de la imaginación. Es tratar de descubrir qué historias hay detrás de un castillo o de una ciudad como Toledo, por ejemplo. Adentrarse en ello tiene para mí todo el atractivo.

- Este es el segundo libro que publica, pero el primero tiene en sí mismo una historia digna de ser contada.

- Respecto al argumento, todo parte de la curiosidad, como te decía. ¿Por qué Antonio Pigafeta no menciona nunca a Elcano? Eso por un lado. También es llamativo que Elcano pidiese un documento para entrar a Valladolid armado después de haber dado la primera vuelta al mundo ¿A qué le temía?. Y otro punto fue que no se le nombrase capitán general de la siguiente expedición. Ahí había claramente una historia que contar.

- Y el proceso de publicación fue otra aventura.

- Yo tenía el contacto de una de las mejores agentes literarias de este país. Es la que tiene a María Dueñas, Javier Sierra , Juan Gómez Jurado y a Ruiz Zafón en su momento. Le envíe el manuscrito y a los tres meses me contestaron diciéndome que me querían representar. Ese día me sentí el rey del mundo. Ese día también era el 14 de marzo de 2020, cuando empezó el confinamiento por la pandemia. Cuando regresamos en septiembre me dijeron que querían seguir representándome pero que les estaba costando colocar escritores noveles por primera vez . Y se quedó sin publicar. Pero yo estaba seguro en la calidad de mi libro y sobre todo confiaba en el criterio de una de las mejores agentes de España, que había apostado por él. Decidí autopublicarlo. Me enteré cómo funcionaba el sistema por Amazon y lo saqué el siete de julio de 2021. El libro se vendía bien y yo seguía moviendo todos los hilos que podía. Y ocurrió el milagro en septiembre de ese año, cuando Penguin Random House y Editorial Planeta se ponen en contacto conmigo ¡en la misma semana!. Yo pude decidir la mejor oferta. Y eso es un auténtico milagro, porque no le pasa a la mayoría de la gente con el primer libro que escribe.

- Recientemente escribió Alberto Olmos un artículo en el que venía decir que no hay nada interesante en contar cómo se ha escrito un libro. Lo comparaba con el proceso mucho más complicado, con más vicisitudes, de rodar una película.

- Yo he sudado la gota gorda con este libro. Y es verdad que no tenemos las vicisitudes de poner en pie una película en la que cuentas con un presupuesto, procurar que el actor principal no venga borracho, que no cambie el guionista y poner de acuerdo al de la música y al editor. Así como con el primer libro yo no sentí ninguna presión, el saber que tienes ya esperando a un agente para tu libro a mi me ha violentado, sobre todo porque la historia de Hernán Cortés es mucho más grande que la de Elcano y Magallanes. Y creo que más interesante también. Era una espada de Damocles el hecho de cómo contar la historia de Hernán Cortés, a lo que hay que añadir 20.000 lectores esperando la novela. Eso me ha pesado.

Tony Gratacós, con su novela

Tony Gratacós, con su novelaLVC

- Diego de Soto es un protagonista un tanto inusual, por su juventud y también porque muestra cierta inocencia, sobre todo en un mundo de hombres curtidos que es donde se mueve el personaje.

- El Diego de Soto de ‘Nadie lo sabe’ no es el mismo de ‘Todos sabrán mi nombre’. El actual ha madurado, es menos inocente que el primero. Diego de Soto quiere conocer las cosas de este mundo, arrojar luz. Es lo que siente el personaje en su interior. Él se maravilla porque puede conocer a aquellos que hacen las grandes conquistas pero descubre que detrás de toda esa luz existen las pequeñas sombras. Esa es la ingenuidad de Diego de Soto. Es como un recién licenciado en Periodismo con ganas de cambiar el mundo.

- Hablando de sombras, Hernán Cortés se nos presenta como un misterio, como un hombre rodeado de ciertas oscuridades. Además usted nos muestra una colección de personajes que reflejan una manera muy española de ser y de trepar.

- No hemos cambiado de entonces hasta ahora. Es que el ser humano no cambia. El corazón humano sigue siendo igual, con las mismas vilezas, las mismas buenas y malas hierbas en nuestro interior. Todos los vicios que vemos ahora estaban en aquella época, aunque el hecho religioso sí que marcó al hombre del siglo XVI. Podría saber que era una mala persona pero al final del día sabía que tenía que pagar su precio si era un hijo de puta. Al final del día había que rendir cuentas ante Dios y eso hacía que se pensara dos veces sus malos actos. Pero en esencia creo que nos late el mismo corazón.

- Una novela de casi 800 páginas.

- Yo le decía a la editorial que me estaba creciendo el libro y que no podía contar la historia en menos. Se asustaron (ríe). Sé que les hubiese gustado que fuese más pequeñita, pero yo estoy muy contento. Este libro es mucho más exigente que el primero porque, como te he dicho antes, la historia de Hernán Cortés es mucho más grande. Tratar de simplificar los tres años de conquista me ha costado más pero eso hace que el libro sea más ambicioso, con muchos más personajes. Estoy muy orgulloso independientemente de que se venda más o menos, porque eso no va a mermar mi trabajo. Y creo que de momento va tan bien como el primero, aunque las editoriales son bastante parcas en comunicar datos.

Tony Gratacós

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- El lector encuentra, por cierto, una descripción casi cinematográfica de Tenochtitlan. ¿Cuál ha sido el proceso de documentación?

- La documentación la conoce todo el mundo, que son las cartas de relación de Hernán Cortés. Lo difícil es dotar de carne y hueso a esa información. A mí me ha costado mucho, por ejemplo, entrar en Tenochtitlán . No cuesta nada entrar en el Toledo de hace quinientos años o en la Córdoba de hace 800. Son ciudades que a través de muchas de sus calles actuales te permite visitar el pasado. Pero si visitas México DF no queda nada. Si fue una laguna ahora es todo asfalto. A eso hay que añadirle que todas las crónicas de Hernán Cortés y de los que entraron allí por primera vez hablan de la belleza de esa ciudad. Pero las imágenes que hemos recibido, sobre todo desde el sector audiovisual, no tienen nada que ver con esa belleza. Por ejemplo, yo soy un fan del Apocalypto de Mel Gibson. Cuando la he vuelto a ver después de haber escrito esta novela compruebo que esa belleza que destacaban los conquistadores no aparece por ningún lado en una película que refleja muy bien los sacrificios sangrientos que realizaban, cosa que es cierta. Me ha costado mucho reimaginar la belleza de Tenochtitlan.

- Además de sentirse satisfecho por haberla escrito, ¿ cual es de momento la mayor satisfacción que le ha dado Todos sabrán mi nombre?

- Que lo he vuelto a hacer. He desplegado muchos hilos para construirla y he conseguido amarrarlos todos para formar el tapiz de la figura de Cortés. Me he sentido cómodo como escritor. Y los hilos han quedado magníficamente atados (ríe).

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