Aficionados en las gradas de El Arcángel

Aficionados en las gradas de El ArcángelLuis A. Navarro

Córdoba vibra con España

Más de 20.000 espectadores poblaron las gradas en una tarde desapacible

La belleza de lo extraordinario es lo que puede resumir a la perfección el acontecimiento, que por otro lado se podría catalogar como extraordinario, que supuso ver a España jugar como local en El Arcángel (Córdoba). Ni la lluvia ni los accesos convertidos en barrizal supusieron un problema para acudir al estadio a disfrutar de un fútbol de élite, quien sabe hasta cuando.

Que España jugara aquí ha sido, como dirían tantos anuncios, un esfuerzo de todos. Los políticos poniendo el dinero en traerse el partido, el Córdoba en adecentar el estadio y disfrazarlo con galas rojas. Fue el color que predominó en la grada. La rojigualda se exhibió en muchas zonas de la grada y el impacto visual era el de una grada colorida que tapaba el verde de los asientos, aunque en la zona de preferencia, donde algunas butacas quedaron vacías.

En previsión de la lluvia y del efecto que hace al unirlo con la tierra de los alrededores del estadio, hizo que la gente llegara con previsión. No hubo que esperar grandes colas y, salvo los despistados, nadie se perdió el inicio del partido. El himno se coreó con mucha energía mientras que algún pito se escapó en el de los serbios.

La marea roja, la afición más ruidosa y fiel de la selección, lideró la gran mayoría de cánticos. Y todos los clásicos: 'A por ellos oé', 'El patio de mi casa' con la lluvia y otros tantos cánticos más. Hubo lugar para el cariño y la ovación a Morata, quien de pequeño veraneó en Córdoba y siempre tuvo bonitas palabras para la ciudad.

Los guiños más bonitos

El Arcángel fue en la noche del martes la casa de la selección, pero debajo de todos los ropajes seguía siendo la casa del Córdoba. Y como un crosover, El Arcángel sonó a El Arcángel, el del Córdoba. En el descanso, la canción de 'La Potra salvaje', la que quedará para siempre como la del regreso a la Segunda División en 2024. Los recuerdos vinieron a la mente de todos y como prueba los flashes que iluminaron toda la grada como si del concierto de Isabel Aiún se tratase.

La segunda parte comenzó con emoción y con un penalti marrado por Morata que poco pareció importar en los ánimos de los 20.345 espectadores que acudieron a ver el fútbol y que en el minuto 54 tuvieron a bien cantar el himno del Córdoba para recordarle al mundo entero que la selección jugaba en la tierra de Julio Romero.

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