Kuki lo cambia todo
La presencia del uruguayo en el campo abre unas variables muy necesarias para el equipo de Iván Ania
Más allá de los tres puntos, el Córdoba constató anoche una realidad que se veía de lejos desde hace tiempo: la necesidad de fútbol en la zona definitiva. Muchísimas han sido las probaturas de Iván Ania en esa zona del campo y, por fin, parece que el panorama se aclara con la recuperación y posterior puesta en escena de Kuki Zalazar. Tras una inoportuna lesión en el mes de julio que le ha tenido en el dique seco hasta bien entrado el mes de octubre, El Arcángel por fin puede disfrutar con el juego de un ‘10’ que, cosas de la vida, luce el ‘9’. Ayer se quiso hacer notar y, aunque evidenció la falta de rodaje, participó bastante.
La apuesta por Genaro no termina de cuajar
Es más que evidente que al Córdoba se le ha presentado en lo que va de temporada un problema importante en esa zona del terreno de juego. Por circunstancias (especialmente lesiones), los futbolistas llamados a marcar diferencias de tres cuartos de campo hacia delante, no han aparecido tanto como debieran. Especialmente Jacobo y el propio Kuki. El primero, ante la falta de Adilson, se ha visto obligado a caer a banda izquierda, mientras que el segundo no ha estado disponible hasta la semana pasada en Los Cármenes, donde el guion de partido tampoco era el propicio para que pudiera destacar como sí que lo hizo ayer frente al Cartagena.
Iván Ania, en los últimos compromisos, está apostando por la alternancia entre Theo y Genaro. El marsellés ha ganado claramente la partida, pero su expulsión en Granada abría las cábalas sobre qué haría el asturiano para reemplazarle. Desde la posible entrada al once de Adilson (finalmente no estuvo ni convocado) hasta que el propio Kuki fuera el titular, pasando por la inclusión de Yoldi y centrar a Jacobo. Todas esas opciones parecían mejores que la de colocar a Genaro en una zona en la que no tiene ningún tipo de influencia. Se pudo ver ante el Racing Club Ferrol y, a pesar de ello, Iván Ania quiso volver a intentarlo de inicio. El resultado fue el mismo: mucha voluntad, pero nula trascendencia. Genaro apenas participa y el Córdoba tampoco es un equipo de ida y vuelta o de juego directo, por lo que la alineación del sevillano en ese lugar no termina de salir.
Y eso quedó más que probado en el minuto 57, cuando éste salía del campo para que ingresara en él Kuki Zalazar. La grada se volvió loca con el de Montevideo y no fue para menos. Desde ese momento, y pese a que el Córdoba ya estaba siendo bastante superior a su rival, el cuadro blanquiverde dio un punto más. Kuki, pese a una falta de minutos y rodaje considerables, se esmeró en ser el mejor amigo de todos. Apoyo en corto constante a los laterales, un socio para sacar el balón con Isma Ruiz y Álex Sala y, por supuesto, ese comodín que combinara los ataques de Carracedo y Jacobo. En ocasiones con más voluntad que acierto, pero se atisba que, cuando coja el ritmo competitivo necesario, Kuki pasará a ser una gran noticia para el Córdoba.
Lo que parece bastante claro es que la recuperación del uruguayo abre variantes y alivia los dolores de cabeza de un Iván Ania que puede empezar a aglutinar talento en la zona definitiva del campo. Veremos si el Kuki Zalazar llega para quedarse.