Abuelitos navideños
Desde hace años el sector del taxi cordobés ejerce lo que se conoce como responsabilidad social corporativa y dedica una tarde a pasear abuelos por las calles iluminadas y navideñas de la capital. Un gesto hermoso seguramente nacido de la buena voluntad pero cargado también de estrategia empresarial. No obstante, la responsabilidad social corporativa tiene más de corporativa que de social en bastantes casos.
Así, podemos encontrar empresas comprometidas públicamente con la sostenibilidad ecológica y la huella de carbono pero sin respetar convenios, poniendo en la calle sin despeinarse a padres de familia o pagando a tres euros la hora de curro. Estoy seguro de que a muchos de los que leen estas líneas les viene algún ejemplo a la cabeza.
Los taxistas en Córdoba pasearon a los abuelos un año más y eso les honra. Ocurre que lo más probable es que durante el tiempo que duró ese trayecto, muchos usuarios se quedaron sin taxi. No hace falta que sea Navidad y que los taxistas estén ejerciendo de Papá Noel. Sucede durante gran parte del año, en particular durante el verano o cuando acontece algo extraordinario como, quizá, un concierto en la plaza de toros. No hay taxis.
Esta, que es una queja generalizada entre los cordobeses de forma clara o sotto voce a poco que uno esté atento o quiera escuchar, suele ser rebatida enseguida, (por ejemplo) con el informe trimestral del Instituto de Estadística de la Junta de Andalucía y su encuesta de coyuntura turística, en la que se valora con un sobresaliente el servicio en Córdoba, junto con Granada y Sevilla. Es como un vade retro ante las críticas y, sin poner en duda los resultados de dicha encuesta, me atrevo a invitar a los lectores a que corroboren o no en los comentarios de abajo este extremo.
Parece ser que el problema de la ausencia de coches cuando se necesitan está en la excesiva regulación del sector, en una ciudad en la que además no está permitida la competencia propia en un sistema de economía libre. Autarquía/Autacor del transporte público. Ocurre solo en Córdoba, señores, que el horario esté constreñido a 18 horas de lunes a viernes a lo que, si se les suma los descansos obligados por la empresa sectorial y colocados en diagrama jeroglífico por el Ayuntamiento, arrojan paradas míticas como la de la calle Sagunto o Costa Sol en modo desértico, salvo a primeras horas de la mañana, antes de que comience la jornada laboral.
No deja de ser llamativo que a un autónomo, taxista en este caso, le digan cuantas horas y qué días debe trabajar. No sé si para la cuota mensual colaboran desde la furrielería de los taxis como para distribuir los turnos. Los autónomos, hasta la fecha, deben echar más horas que un reloj para ese atraco mensual que es la cotización, lo cual no quiere decir que no merezcan derecho al descanso, pero sí que tienen que adaptarse a otros modos y maneras que parecen más las de, por ejemplo, los funcionarios públicos. Algo de ánimo funcionaril se percibe en tanto turno regulado, a lo que hay que sumar los acuerdos con el SAS, Renfe y diferentes mutuas que garantizan carreras y viajeros. Quizá por eso algunas paradas son desiertos de muchachos a la espera, como en Costa Sol, o señoras con bolsa mirando hacia la plaza de la palmera, a ver si por casualidad asoma alguno.
Si por algo hoy comento esto es porque lo he vivido y sufrido, y porque hemos conocido, tiempo ha, un servicio de taxis magnífico en Córdoba, ágil, accesible, puntual y con un número de teléfono que realmente funcionaba, sin grabaciones robóticas desesperantes ni operadoras malaje.
Los taxis en Córdoba, su servicio, ha ido objetivamente a peor debido, creo, a ese anacronismo regulatorio del que se aprovechan los que del sector hacen un lobby. En un mercado realmente libre y competitivo me gustaría ver a tanto embajador sectorial como hay en otros gremios, fundando asociaciones para obtener dinero público y popularidad porque de lo suyo no ganan ni un 'Me gusta' en Facebook.
Por cierto, tan actualizados andan en el sector local del transporte con las nuevas tecnologías, que yo les daba su App a alguno de los abuelitos que pasearon el otro día entre las luces para que pidan un taxi fuera del horario de mazapanes. A ver esas criaturas lo que duran mientras aparece algún vehículo, si es que atinan con su funcionamiento. Yo todavía estoy esperando un servicio desde la noche del 19 de junio de 2022.