De comienzo en comienzoElena Murillo

En modo Carmen

No se ha alcanzado la meta con su salida procesional sino que sigue siendo luz y guía en nuestro transitar cotidiano

Actualizada 04:00

Con la resaca que dejan los días vividos con intensidad, resuenan cual música celestial las melodías con las que la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras honraba ayer a la Madre del Carmen. Han sido diez días «en modo Carmen». Esta expresión que utilizo, servía a Monseñor Demetrio Fernández como comienzo de su homilía el pasado viernes; da título a este artículo porque sintetiza bien el sentimiento compartido por cuantos, leales a la novena y actos adyacentes, se han congregado día tras día en el convento de San José. Nuestro obispo, también fiel a su cita con la Virgen de San Cayetano, parafraseaba y hacía un guiño a tantos jóvenes que no se han perdido la convocatoria en cada una de estas jornadas.

Ha sido un lujo haber podido observar cada tarde tantos detalles que permiten que la novena deje su impronta grabada a fuego en el interior. Con regusto, ahora se pueden visualizar las imágenes que, aunque repetidas, recuperan la frescura propia de cada año. Desde las abuelas que, pese al rigor del estío, suben la cuesta a duras penas, con mucho sacrificio, hasta rendirse a las plantas de la Flor del Carmelo, hasta los más pequeños que tímidamente se acercan en compañía de familiares para apenas rozar con sus labios la mano de la Virgen. El eco de avemarías en el rezo del rosario, el ejercicio de la novena, el rigor de los acólitos, el cuidado de la liturgia…; todo preparado con esmero y, al mismo tiempo, envuelto en una gran sencillez.

El obispo de Córdoba, ante la Virgen del Carmen de San Cayetano

El obispo de Córdoba, ante la Virgen del Carmen de San CayetanoDiócesis de Córdoba

De la predicación del Padre Paco Jaén es posible recordar bastantes destellos con los que alimentar el halo de la meditación tras las nombradas celebraciones. Han estado presentes los santos de la Orden, de manera especial Santa Teresa de Jesús de los Andes o San Luis Martin y Santa Celia Guérin, padres de Teresita del Niño Jesús, cuya memoria recuerda la Iglesia en estas fechas. Pero si tuviera que quedarme con uno, la elección sería fácil: la Virgen es camino. No se ha alcanzado la meta con su salida procesional sino que sigue siendo luz y guía en nuestro transitar cotidiano.

En estos días han tenido cabida tantas oportunidades propicias a la invocación de María… Todas ellas con un mayor realce, esplendor propio de la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la recuperación de la procesión como se conoce hoy. El canto de una nueva y conmovedora salve, la creación de una marcha recién estrenada, la presentación de un interesante libro sobre la Córdoba carmelitana, la proclamación de un sentido pregón, complemento o prolongación de la hermosura de lo habitual que ensancha cada mes de julio los corazones carmelitas en la víspera del día grande.

Junto a la oración por los que ya no están, por los colaboradores de otro tiempo y por cuantos se desviven por el cuidado exquisito de la flor del Carmelo, hoy empiezan a contar los días para las fiestas de 2025.

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