El rodadero de los lobosJesús Cabrera

El choque cultural inverso

Volver a Córdoba y encontrarte una ciudad completamente distinta a la que un día dejaste tiene que ser duro

Actualizada 04:10

Desconocía la existencia de este fenómeno. Supe de él a través de una nota de prensa que envió el Imdeec este viernes y tiene toda la lógica: el que va a trabajar al extranjero tiene un choque cultural para adaptarse al otro país, pero también lo sufre cuando regresa al suyo porque ya no es el mismo. Ha cambiado en lo material y también en lo afectivo, porque la familia, los amigos, los conocidos, como él mismo incluso, han cambiado en el tiempo.

Para superar este choque, el Imdeec ha decidido colaborar con la asociación Unreported, que se dedica a amortiguar este impacto que, en mayor o menor medida, sufren los emigrantes que regresan a casa.

Hasta hace poco el choque cultural inverso era algo que se sufría en silencio, como las hemorroides. Ahora, cuenta con una atención psicológica especializada para tratar la desorientación emocional, los sentimientos de aislamiento, la nostalgia, la tristeza, la incertidumbre sobre la identidad o la frustración con la propia cultura, que son algunos de los aspectos en los que coinciden los expertos.

Si a los inmigrantes se les presta todo tipo de ayudas desde la Administración, porqué no se le va a prestar a los emigrantes que deciden poner fin a su periplo y regresar a la que es su casa. Es así de simple y en esto es en lo que colabora el Ayuntamiento de Córdoba a través del Imdeec.

Aunque en la actualidad las nuevas tecnologías hacen que el contacto no se pierda del todo y que las compañías aéreas de bajo coste permitan volver de vacaciones aunque sólo sea una vez al año, lo cierto es que el choque cultural inverso tiene que existir por muchas videoconferencias que hagas con los tuyos. Volver a Córdoba y encontrarte una ciudad completamente distinta a la que un día dejaste tiene que ser duro. Ese impacto existe y se materializa el día en que descubres que ya no queda ni un logotipo de Cajasur en sus calles, que Fidela hace tiempo que echó la persiana para siempre, que donde había un comercio local de toda la vida hay ahora una tienda de carcasas para teléfonos.

También tiene que afectar el ánimo comprobar que vas a visitar a un amigo y que en vez de portero automático hay un cajetín con contraseña para entrar al piso turístico o que aquella taberna tan auténtica es un gastrobar de pijadas en platos de diseño y la inevitable estocada a la salida. Todo esto requiere de tratamiento psicológico.

El choque cultural inverso es también que regreses de un país democráticamente homologado y te encuentres con que un delincuente se vuelva a fugar de la Policía y resulta que el Gobierno no se indigne lo más mínimo o que quien ha ganado las elecciones con un programa electoral supuestamente constitucionalista tome posesión del cargo tirándolo a la basura y adoptando sin pestañear el programa secesionista de una minoría que, eso sí, lo van a sostener en el cargo mientras quieran.Ah, y luego toma posesión sin la bandera de España. Como para creerle, vamos.

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