Música y cultura en las calles
Me paré a escuchar la interpretación con banda sonora de fondo y un silbido de flauta que sonaba a gloria
Esta mañana hacía un clima muy propio para pasear, lejos de las mañanas de verano en las que la acera conservaba aún el calor de horno de las tardes veraniegas de Córdoba.. Nada más salir me encontré en la acera a un hombre mayor que con acompañamiento musical de fondo, interpretaba canciones nostálgicas de los años 80. A los pies del altavoz había una pequeña caja de cartón con céntimos y algún euro dentro. La avenida estaba amenizada por un «músico callejero».
Y decidí ir hacia el centro de la ciudad. Mi ruta estaría por el bulevar del Gran Capitán, Concepción, Gondomar, Tendillas, Cruz Conde, Ronda de los Tejares. Un largo recorrido que me adentraría en la zona «A» o lugares donde se puede desarrollar una actividad artística en las calles.
Como bien define el propio ayuntamiento, el arte forma parte de la vida de la ciudad y el fomento de las expresiones artísticas en la vía pública contribuye a generar espacios de expresión. La actividad de los artistas que desarrollan sus actuaciones es un fenómeno cultural que se puede apreciar en cualquier parte del mundo y supone una indispensable aportación a la calidad de vida de las ciudades, compatibilizando estas actividades con el uso general por parte de la ciudadanía.
Al entrar en Ronda de los Tejares comencé a escuchar una suave melodía que hizo que me desplazara hacia el punto desde el que salía. Se trataba de Titanic, el barco «insumergible» que fue construido en dos años, navegó durante cuatro días y medio, y, tras chocar con un iceberg, se hundió en dos horas y 40 minutos llevándose consigo más de 1.500 vidas. Y me paré a escuchar la interpretación con banda sonora de fondo y un silbido de flauta que sonaba a gloria.
Aprovechando un pequeño descanso para beber agua, me acerqué al joven músico. Me comentó que «Mi formación musical es la de los estudios de un año de piano en el conservatorio, formación autodidacta y la recibida en clases particulares. Principalmente, toco la flauta». Sobre el trabajo que desarrolla me decía,…”Para mí esto de tocar en la calle es un trabajo. Como la voluntad del público no es suficiente para vivir, tengo que complementar con el que hago con otros grupos de los que también foro parte. De todos los integrantes de grupos a los que pertenezco, solo yo toco en la calle, el resto tienen un trabajo aparte”. Sobre el proyecto y oferta del ayuntamiento para ejercer esta actividad era contundente,.. «El desarrollo de la actividad artística en la calle, debidamente regulada, como ocurre en Córdoba, es algo que tiene que permanecer. Es una acertada oferta municipal que en su momento nos costó bastante conseguirla».
Las actividades que podemos contemplar son variadas y pasan por la música, mímica y estatuas humanas; teatro, títeres y marionetas; danza; actividades circenses, como malabares, payasos, etcétera; magia e ilusionismo; globoflexia y pompas de jabón, pintura, retrato y caricatura, fotografía artística y otras manifestaciones artísticas asimilables. La especialidad más numerosa es la de la música.
Seguí andando y al llegar a la calle Cruz Conde me pare en Marta a tomar un café y unos churritos. Aprovechando que tengo amigos hasta en Hacienda, se me ocurrió ponerme en contacto con algunos de ellos para preguntarles su parecer sobre esta actividad. Y no me fui a cualquiera, pregunté a algunos de los más representativos músicos de nuestra ciudad.
J. Santiago Toledano, «Beethoven» es el maestro de la mayoría de los músicos actuales. Es un referente en el mundo de la música del rock cordobés de los años 60-80, integrante del legendario grupo «De pie en la vida», «Las manos», «Flor y nata», «Trinidad»,… y «Banda Sureña», entre otros. Actualmente, se despide en «Botica Blues Band». No dudó en comentarme que apoya totalmente esta iniciativa municipal y a los músicos que participan en ella,… «Yo nunca hice música en la calle, pero si tuviera que hacerlo no lo dudaría, y más si el motivo fuese el de tener que mantener a mi familia. La música da muchísima felicidad a los que la interpretan, además de realizar a la persona que la interpreta. Yo tengo amigos tocando actualmente en la calle y siento una enorme satisfacción cuando me los encuentro».
También me puse en contacto con Nacho Lozano, director de Nlive Producciones Artísticas, director de coral, productor y cantante, conocido por su faceta de imitador en televisión y redes sociales, con una trayectoria de más de 24 años como autor y músico a sus espaldas, que actualmente, entre otros grupos, dirige Góspel Córdoba. Aparte de mostrar un total apoyo a este tipo de interpretaciones, fue claro en algunos aspectos. «Yo creo que cualquier actividad que se haga en la calle, y que tengas que pedir un permiso para hacerla, debería estar contra prestada por el ayuntamiento». Además, concretaba,… «Si tú, ayuntamiento, decides quien es bueno y quien no para cantar en tu ciudad, lo lógico es que le des una contraprestación económica mínima por hacer ese trabajo, al margen de lo que la gente quiera darles».
Mucho se ha oído sobre la música callejera, y mucho se ha escrito. Y más recientemente a raíz de un error en la última convocatoria en la que se omitían dos de los puntos más concurridos y especiales de Córdoba: El Puente Romano y los alrededores de la Mezquita-Catedral. Posteriormente, el ayuntamiento ha subsanado dicho error.
Manuel Martínez, voz de Medina Azahara, no necesita presentación. Al mostrar su opinión decía que,… «A mí me encanta ver a un músico tocando en las calles de Córdoba, es más, los admiro por la sencillez del momento, solos ante la gente que van andando, sin saber las miradas que te vas a encontrar ni qué persona será la siguiente en pasar y si les gustará lo que estás tocando o cantando. Realmente los veo desprotegidos y por eso mi admiración. Aparte del arte que muchos de ellos tienen, imagino, como siempre suele pasar, habrá opiniones para todo. Pero le dan un puntito de color a la ciudad y la hace más alegre… y más si voy por el Puente Romano y me encuentro a uno de ellos tocando una de mis canciones preferidas, «Córdoba»».
También se sumó a mi llamada Fernando López Rojas, más conocido por «Randy», y actualmente «Randy López». Es un histórico del rock andaluz y cordobés desde principios de los años 70. Bajista, compositor y cantante, ha formado parte de la Banda Medina Azahara y del grupo Mezquita. Se expresaba de esta forma: «La música escuchada en cualquier parte es agradable. Personalmente, pienso que en Córdoba, sobre todo en el casco histórico, debiera escucharse principalmente música clásica o flamenco. Vayan todos mis respetos a quien se busca la vida cantando o tocando un instrumento, pero no creo que sea correcto escuchar canción ligera o reggaetón, mientras se saborean los recuerdos y nuestra historia de cientos de años junto a las viejas piedras de los monumentos y calles cordobesas. Cada música en su sitio».
Después de esta larga historia, planteo: ¿Qué tal si por parte del ayuntamiento, aparte de esta actividad, se diseñan para los jóvenes artistas de último curso de los Centros de Arte Dramático, Conservatorio Superior de Música, Escuela Superior de Danza y Escuela de Artes y Oficios, un número de becas, tipo Fundecor, para que puedan poner en práctica sus conocimientos, repartir arte y cultura las mañanas de sábados y domingos por los numerosos parques y jardines de la ciudad, haciendo posible aquello de «Dando vida al Parque, nos divertimos»?