Y llegó el 2 de septiembre...
Dejémonos de chorradas y volvamos al trabajo con valentía. Y demos gracias a Dios por tener a donde volver
Ha sido el domingo 1 de septiembre cuando salí a pasear. La acera estaba repleta, pero no a las 8:00 de la mañana cuando salí, sino a las 11:00 horas, ya de vuelta del recorrido. Se nota que muchos quisieron guardar la cama unas horitas más antes de volver al trabajo y aprovechar un último y largo amanecer pensando en no se que. Se notaban perfectamente los que ya se incorporaron en julio y los que estuvieron en agosto por esos mundos, en la montaña, en el pueblo, en otro país o en la playa,…o en la parcela que aún está pendiente de legalizar,… o simplemente quedaron aquí, en cordobita la llana, al fresquito del porrón o del cubata nocturno del club deportivo o la terraza de un bar, porque los ahorros no fueron lo suficientemente importantes y sólo le permitieron aguantar este clima incomparable, que te hace permanecer las 24 horas emborrizado en sudor y con la música veraniega de fondo del cascado aparato de aire acondicionado. Estamos en Córdoba.
La vuelta al trabajo después de unas vacaciones puede ser un momento duro para muchos, ya que necesitan, según dicen los expertos, -como si los demás no lo supiéramos por experiencia-, readaptarse al ritmo y las responsabilidades laborales reactivándose en el menor plazo posible, para volver a recuperar la productividad. La verdad es que trabajito cuesta, pero creo que no es para tanto. Se vuelve y punto.
No obstante sobre la vuelta al trabajo hay muchas opiniones y muchas de las personas que me encontré, parece como si se hubieran puesto de acuerdo para opinar lo mismo. Todo el mundo daba consejos al otro señalando la hora fatídica del sonido del despertador de la mañana siguiente. El día 2, lunes, todo el mundo a trabajar.
Unos aconsejaban que,… «Te recomiendo que te tomes un día de descanso en tu casa antes de empezar a trabajar. Primero las maletas, ordena la ropa y llena la nevera. No dejes tareas caseras pendientes para ese día, terrorífico día»… Es más, añadían que…”Si es posible, intenta volver a trabajar a mediados de semana. Trabajar solo dos o tres días seguidos. Tenemos que adaptarnos más suavemente al ritmo de trabajo”.
Es normal que te sientas cansado o incluso menos motivado después de unas vacaciones, pero como para que en las siguientes semanas a la incorporación,… «Debes coger el ritmo de nuevo y asegurarse de tomar descansos cuando lo necesites durante el día»… porque al parecer hay que,… «Volver a tus rutinas habituales, como el horario de comida, ejercicio o incluso la hora de acostarse, lo antes posible, porque las rutinas nos ayudan a readaptarnos más rápidamente»,… Y esto creo que es una exageración.
Pero esto no es todo. También se escuchaba aquello de… «Hay que reconectar. Tómate un momento para saludar y conversar con tus compañeros de trabajo; te ayudará a reintegrarte al equipo y a estar al día. Estas primeras semanas pueden ser un buen momento para pasar más días juntos en la oficina u online para volver a reconectar»… Seguro que esto último lo decían por los del teletrabajo desde casa.
Uno le comentaba a otro,… «En tus primeros días, haz una lista de las tareas pendientes y priorízalas. Mi consejo es que tengas claro que debes conseguir en corto plazo centrarte en lo más urgente y evitar sentirte abrumado. Cancela las reuniones de las primeras dos semanas que no vayan a ser útiles y pregunta por las tareas más urgentes o las prioridades que debes abordar inmediatamente después de tu regreso».
El sabio del barrio, ese que no va por el trabajo porque está liberado sindicalmente,… le comentaba a un amigo con cara pálida, cabizbajo y desorientado, mientras tomaban café,…”Es comprensible querer ponerte al día rápidamente, pero evita comprometerte en exceso. Es mejor realizar menos tareas pero hacerlas bien, que muchas tareas de manera apresurada pueden llevarte a estrés post-vacacional”… y remataba diciéndole que,…”La energía debe crecer semana a semana”, como si se hubiera quedado sin energía en las vacaciones… Y éste le respondía…”Pero si el estrés post-vacacional ya lo tengo hace una semana”.
Las vacaciones son un momento, si, un momento porque se pasan muy pronto, donde has tenido tiempo de pensar sobre tus insatisfacciones, de hablar con tu pareja, de reír con tus suegros para que las próximas vacaciones te las paguen ellos, de compartir con familiares y amigos,… en definitiva, de disfrutar. Pero también de pensar cómo quieres afrontar tu vida en septiembre, el temido septiembre. Son días en los que ha pasado por tu mente mandar al dueño de tu empresa o al jefe de equipo a la mierda por lo insoportable que es, o de recordar aquellas palabras del jefe de personal,…”A la vuelta te vamos a subir de categoría”. O de tomar un espeto con unos amigos, o una jarra grande de cerveza en el chiringuito, y distraer tu conversación porque un monumento, o dos, pasaban cerca de ti con un traje de baño de esos que pesan muy poco y puedes coger las dos piezas en una sola mano cerrada… O de contarles a estos amigos la bronca que el día anterior te echó tu mujer, delante de los niños y de la suegra, cuando en vez de vigilar a los pequeños en la playa, vigilabas a la de la sombrilla del al lado porque solo llevaba la pieza de abajo del bañador… O de observar cómo un grupo de jóvenes comentaban algo bajito entre ellas mientras, miraban al culturista bañista que llevaba puesto un ajustado bañador slip… Las vacaciones son muchos momentos.
En mi paseo todo el mundo hablaba de lo mismo, la vuelta al trabajo. La acera estaba hirviendo. Y cercano ya el mediodía, la mayoría de los que tienen trabajo y sólo le quedaba un respiro para volver al mismo, ya estaban pensando en la eterna pregunta. ¿Cuánto me queda para jubilarme?... Como si la hucha de las pensiones estuviera repleta esperando a nuevos socios con pocos años cotizados.
Dejémonos de chorradas y volvamos al trabajo con valentía. Y demos gracias a Dios por tener a donde volver, que los autónomos, empresarios y pymes ya están con demasiados problemas como para perder el tiempo diciendo tonterías, y hundiendo empresas.