La aceraAntonio Cañadillas Muñoz

Y tocó el timbre

Los niños miraban a sus padres mientras se dirigían a ponerse en fila sobre la línea de color que estaba pintada en el suelo

Actualizada 04:30

Hoy bajé por las escaleras, andando. Tenia que ejercitar las piernas y fortalecer las rodillas, que ya van notando el asedio de la artrosis y de algún ligamento que de vez en cuando da la lata. Dicen que la edad no perdona. Los achaques de los cincuenta ya van diciendo «¡Aquí estoy yo!». -Que conste que lo de los cincuenta es un farol-. Veremos cómo se portan a la vuelta, cuando tenga que subir las escaleras. Lo mismo cojo el ascensor después de haber andado por la acera y haberme tomado un café,… o quizás un medio de Montilla Moriles. Según la hora. Ya os contaré.

Al salir a la calle pude comprobar que el carril bici de la Avenida de Barcelona seguía sin señalizar. El mismo problema tienen los pasos de cebra que rodean los centros docentes y la señalización preventiva anterior, esos triángulos gigantes con un niño con cartera pintados en la calzada que nos informan que estamos en zona escolar.

La calle estaba como una feria. Sobre todo a eso de las 8:45 de la mañana. La acera estaba revuelta. Madres, padres y abuelos se dirigen a los colegios con los pequeños de la mano. Quedan quince minutos para que los centros entren en pleno rendimiento un curso más y hay todavía mucho que hacer. Las madres, se saludan después de un caluroso verano sin verse y sin contarse cosas. Los padres, minoritarios, también se incorporan a la procesión. Pero sobre todo, lo que más se ven son abuelos y abuelas. Los pequeños manifiestan diferentes actitudes y circunstancias. Alegría por la vuelta, tristeza por el adiós a las vacaciones, e intriga por desconocer qué compañeros seguirán en el curso, o lágrimas de los mas pequeños porque se separarán de sus progenitores y entrarán en un mundo desconocido. Unos lucían sus nuevas y voluminosas carteras-carritos con ruedas; parecía como si esa mañana fueran a impartirles todas las asignaturas y tendrían que usar todos los libros y cuadernos. Otros llevaban los mismos carritos del año anterior. La acera reflejaba sonrisas, vivencias, alegría, chismes y algún que otro llanto de los mas pequeños.

El lugar de vacaciones predominaba en los motivos de la charla. También los piropos de unos a otros,… Y muchas cosas más…”Este mes de agosto estuvimos todos en un apartamento en Torre del Mar y mis hijos en Fuengirola”,…”Pues nosotros hemos ido a Galicia”,… «Mi familia no. Hemos estado todo el verano en la parcela, que Juan ha tenido que echarle lo que sea al huerto. No sabes tú, las berenjenas y los pimientos no han estado mal del todo, y eso que el pozo pide ya ayuda a gritos por la noche,… pero los tomates,… que si el búfalo, la cara de gato, el hombro verde, la cladosporiosi, el mildiu…, solo he disfrutado dentro de la piscina, tomando la cervecita y comiendo el jamón que nos regalos mi suegra»,…”Pues a Leo se le ha muerto su hermana, ¡Con lo joven que era!”,…”Nosotros hemos tenido una gotera en el cuarto de baño todo el verano porque hasta que no regresó de vacaciones el vecino de arriba no se pudo arreglar. Un mes, casi nada”,…”Pues nosotros cuando íbamos al pueblo empezó el coche a echar humo. Dice mi marido que ha sido la junta de culata. Tuvimos que coger un taxis por el seguro y el coche al taller. Un pastón”,…

En otro corrillo también se intercambiaban sus vivencias veraniegas…«Estamos contentos porque a mi marido le han concedido la prejubilación»,…”¡Virtudes, qué bien estás!. Ese vestido te cae fenomenal, y el peinado ideal”,… «Pues yo os digo una cosa, cada día soporto menos a Sánchez, y menos a la Montero. Yo no se a donde vamos a llegar»,…”Hay que ver lo guapo que se ha puesto tu Manuel…¡Lástima que se lleve tanto con mi hija”,… «Paqui, no es por nada, pero te veo bastante mas gordita que en junio»,…(No les quiero decir la cara que le puso la Paqui)…”Pues yo he pensado que este año me voy a presentar para la directiva de la AMPA”,…” En casa no hemos cogido cheque-libro y…¡No sabéis bien lo que han subido!”,… «A que no sabéis una cosa?. Pilar, la hija mayor de Loli, la del cuarto de mi bloque, la que el año pasado comenzó medicina,… pues se ha quedado embarazada,…¡Qué dolor!»,… ”Yo estoy amargada; me tienen que poner cinco implantes en la boca y he tenido que pedirle financiación a la dentista”,… «Pues a mi lo que más me gusta del comienzo del curso es lo tranquilitas que nos quedamos para hacer lo que quieras, y además como tenemos a los abuelos que los llevan y recogen del colegio…»… Todo eran grupos que aparte de saludarse intercambiaban la cultura del verano,… la cultura de la vida diaria.

En uno de los corrillos se nota que el nivel era un poco más alto y los temas parecían algo menos sociales,… «Si vamos en el coche con los niños e insultamos a otro conductor, o no respetamos las normas de tráfico, o hablamos por el móvil mientras se conduce,… los niños verán esas conductas como normales, por lo que no tendrá problema alguno en insultar a un compañero. Nuestro comportamiento debemos de cuidarlo delante de ellos»,… «Totalmente de acuerdo Virtudes, porque si nos escuchan hablar de forma despectiva sobre los inmigrantes, ¿qué podemos esperar que ocurra cuando en el colegio tengan un compañero que nació en otro país o sencillamente tiene los rasgos de su lugar de origen?»,… «Nosotros, como padres y madres debemos educar en un lenguaje positivo, inclusivo»,…”Si jamía, si. Para pedir respeto debemos mostrarlo, y como comenta Natalia, es un tema en el que hay que involucrar a toda la sociedad y combatirlo abiertamente, pero tenemos que comenzar por nosotros”,…”¿Y qué me decís del acoso escolar?,.. Es muy posible que muchos padres no tengan ni idea de que su hijo es un acosador, simplemente porque le ven muy extrovertido o porque tiene un liderazgo especial. Pues no, eso si lo vemos tenemos que denunciarlo al director”,…Al hilo del acoso otra comentó sobre los niños con necesidades educativas especiales,… «…que también suelen ser objetivo de los acosadores»… La acera se calentaba y minuto a minuto los corrillos y saludos se incrementaban.

Pero lamentablemente nadie hablaba del profesorado. Tampoco del trabajo que desarrollan y de las muchas horas que dedican a la enseñanza fuera de la jornada lectiva, inclusive en los meses de verano que se le atribuyen como vacaciones. Del tiempo dedicado a organizar el centro antes de dar inicio al curso, con reuniones para reparto de cursos y tutorías, claustros, matriculaciones, organización interna, preparación del Consejo Escolar, la organización y conformación de los horarios de clases, profesorado y asignaturas,…La dedicación en los últimos días de junio terminando informes, sesiones de evaluación, reuniones con familias, establecer tareas para el verano, dejarse las aulas recogidas y dispuestas,…Conocer que durante el mes de julio estás a disposición de la administración, que te podrá requerir para algo y tienes que estar disponible en un plazo máximo de 48 horas. Porque en verano el profesorado se forma, ya que esta profesión es una formación y reciclaje continuo… Que a cualquier profesor le puede tocar formar parte de un tribunal de oposiciones que se celebran en el mes de julio,… No se escuchó palabra alguna a favor del profesorado, que no tiene dos meses de vacaciones.

Estaba apunto de que sonara el timbre y me acordé del esfuerzo que ha realizado la Junta de Andalucía para que todo estuviera dispuesto y las intervenciones de ampliación, reparación y mejoras realizadas para que los colegios abrieran sus brazos de acogida al nuevo curso. También de la cantidad de actuaciones de mantenimiento que los ayuntamientos han realizado para poner a punto los centros. Y de los colegios religiosos, que orientan la formación integral de los alumnos sin olvidar y valorar la referencia de la concepción cristiana, de la realidad y a los principios evangélicos que han de conformar el sentido de nuestras vidas. Todo tenía que estar a punto.

De pronto la calle entera se hizo silencio. Los niños miraban a sus padres mientras se dirigían a ponerse en fila sobre la línea de color que estaba pintada en el suelo. Alguno de los pequeños todavía contenían su lágrima en los párpados. Habían tocado el timbre. Comenzó un nuevo curso escolar.

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