De comienzo en comienzoElena Murillo

Loas a San Rafael

Actualizada 04:30

Cuando resta poco más de una semana para el día más celebrado por los cordobeses, se van sumando actividades culturales y de culto en honor del santo custodio de la ciudad. Pensaba en un título que hiciera justicia o, al menos, representara de la mejor manera posible el sentido acto que el Real Círculo de la Amistad acogía este lunes 14 de octubre: la Exaltación al Arcángel San Rafael. Me pareció oportuno hablar de loas; en el sentido de elogiar a tan insigne figura, no en el figurado de adular a nadie. Y es que así lo hizo José Fernández (Pepe), el encargado de conducir un acto cargado de emotividad, salido de un corazón sensible, en el que dedicó alabanzas auténticas sin necesidad de sobar ningún lomo ni dar coba a nadie.

La noche tenía sustrato mercedario, pues presentador y exaltador comparten una misma advocación, la de la Merced, igual que aquella primera persona a la que se aparece San Rafael allá por el año 1278, el Venerable Padre Simón de Sousa, de la Orden de la Merced (Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos). Ciertamente afectuosas fueron las palabras que el presentador, Pablo Rafael Jiménez, Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental de la Merced, dedicó al cofrade tan querido y protagonista de la noche, Pepe Fernández, al que calificó como una persona «feliz cuando los de alrededor lo son».

Si la presentación fue cercana, la disertación del exaltador no le fue a la zaga. Un inicio emocionado, con versos procedentes de su pregón de la Semana Santa de Córdoba del año 2006, reflejaba la sensibilidad que se iba a ver proyectada a lo largo de todo el texto. Pidió protección al arcángel «del mal y de otras pestes» y recordó el privilegio exclusivo de nuestra ciudad de celebrar la fiesta de San Rafael el día 24 de octubre por la gran devoción profesada al custodio.

No faltaron las referencias a su pueblo, Pozoblanco, ni a las oraciones infantiles del ángel de la guarda o los cuatro angelitos con un emotivo homenaje a las madres a las que señaló como «custodias» al mismo tiempo que las llamó el quinto angelito de las camas de sus hijos. Así también a los otros custodios, esos policías que velan cada día por nuestra ciudad.

Cautivó a los presentes con una mención especial a tantos cordobeses representantes de todas las artes que han dejado espacio en sus obras para San Rafael: Miguel del Moral,

Pablo García Baena, Alfonso Lozano Ruiz, Antonio Bernal o Alonso Gómez de Sandoval, autor de la devota imagen que preside el altar de la basílica menor del Juramento de San Rafael.

Pidiendo disculpas por la arrogancia, dirigió sentidas expresiones al arcángel: «Te me has vuelto a aparecer», en clara alusión al cúmulo de sentimientos atesorados con la elaboración de su exaltación cuyo culmen lo ocupó una bella composición en verso que no olvidaba la omnipresencia de nuestro ángel protector: «… siempre estás presente / en el alma de tu pueblo / en tu Córdoba chiquita…»

Felices vísperas del Día de San Rafael.

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