Crónicas desde la JMJ
«¡ No tengan miedo!»
Bueno, todo llega a su fin y también está JMJ de Lisboa. Será otro acontecimiento que quedará para la historia, especialmente para los miles y miles de jóvenes que de todos los rincones del mundo han venido a encontrase con el Papa Francisco, el Vicario de Cristo, y vivir la riqueza de la Iglesia en la diversidad de carismas y al mismo tiempo experimentar la comunión en su extensa expresión: Un solo Señor, una sola Fe, una sola Iglesia.
Con las primeras luces del alba comenzaban los jóvenes a despertar de una noche al raso, sin comodidades alguna e incluso sobre un terreno abrupto y difícil para conciliar el sueño. La música que un sacerdote DJ amenizaba los iba despertando del sopor y del inmenso cansancio acumulado durante días. Para mí, estos chicos han experimentado el sacrificio. No son cristianos de salón. Son jóvenes recios y valientes que han vivido con gozo este encuentro. Rebosaban alegría. La alegría del amor.
También al Papa Francisco se le notaba el cansancio en la mirada y en la voz. No obstante, dio un ejemplo de generosidad y recorrió toda la explana durante casi una hora saludando a los jóvenes, haciéndose cercano y expresándoles su gratitud. La gratitud de un abuelo, como bien dijo al final de la misa, que rebosa en el corazón agradecimiento a unos jóvenes creativos y soñadores a los que animó a construir un futuro de justicia y de paz.
Se dirigió a los jóvenes para comentar el evangelio de este domingo (Mt 17, 1-9): «Señor, qué bien se está aquí». Estas palabras las dijo Pedro y también las queremos hacer nuestras en estos días hermosos por las vivencias vividas.
Ahora toca volver a nuestras comunidades y el Papa Francisco les planteó a todos: «¿Qué nos llevamos para la vida cotidiana? Tengo algo que deciros, quiero que se grabe en vuestros corazones estas tres palabras: Resplandecer-Escuchar-y no tener miedo».
Resplandecer: el baño de Luz de la Transfiguración nos prepara para la noche de la pasión, por ello, necesitamos la luz para afrontar las dificultades, y esa luz es la de Cristo resucitado. Seremos luminosos cuando acogiendo a Jesús seamos capaces de amar como Jesús. Serás luminoso cuando hagas obras de amor.
Escuchar: la nube, en el Evangelio, decía: «Este es mi Hijo amado, escuchadle». Él tiene palabras de vida eterna para nosotros. No os dejéis arrastrar por quienes os hablan en este mundo que son egoísmos disfrazados de amor. Mejor, no dejen de escuchar la Palabra de Jesús.
«No tengan miedo: la vida es dura y complicada, y puedes llegar a pensar que no eres capaz y terminas cayendo en el desánimo. Pues a ustedes que quieren cambiar el mundo, ustedes que son creativos, soñadores, jóvenes que les ponéis ganas a la vida, les digo: no tengan miedo. En Jesús todo lo podrán. Queridos jóvenes quisiera mirarles a los ojos de cada uno y decirle: no tengan miedo. Jesús mismo que os conoce os dice también : no tengan miedo».
Son muchas las reflexiones y análisis que se podrían hacer de estos días pero creo que hoy no es el momento y porque también el cansancio ha hecho mella en mi. Ya creo que la edad comienza a hacer estragos. No obstante vuelvo rejuvenecido en el corazón y renovado mi amor a la Iglesia y en especial a los jóvenes de mi parroquia. Son un inmenso tesoro.
Os agradezco vuestras oraciones que brillarán en los frutos de esta JMJ. La Iglesia está muy muy viva. Necesitamos que en nuestras parroquias nos zarandeen estos jóvenes y nos contagien con su alegría y entusiasmo.
Termino la crónica de estos días con las palabras del Papa Francisco: «Ustedes se van de aquí con lo que el Señor ha sembrado en vuestro corazón».
Sigan rezando constantemente por los jóvenes y por este cura para que permanezca fiel y enamorado del sacerdocio y camine por senderos de santidad.
Feliz descanso a todos .