Madrid
Llegan las primeras ayudas del Gobierno a Madrid un año después de Filomena: 50 céntimos por madrileño
La nieve colapsó especialmente el sudeste de la comunidad y encerró a los ciudadanos en su casa como durante el primer confinamiento con hasta un 80 % menos de movimientos y dos semanas para recuperar la normalidad
Un año después de la histórica nevada en Madrid, llegan las primeras ayudas del Gobierno. En concreto, el ejecutivo ha destinado siete millones de euros a 98 localidades madrileñas. A Madrid, 1,5 millones de euros, lo que supone aproximadamente 50 céntimos por madrileño. Para el alcalde José Luis Martínez-Almeida, son «un aguinaldo a cada madrileño de 50 céntimos de euro», por los graves daños que produjo la borrasca en la capital.
La cantidad está muy lejos de los 279 millones de euros en los que estimó el Ayuntamiento de Madrid los daños producidos por Filomena. 230,17 corresponden a 742 actuaciones relacionadas con la reparación o restitución de infraestructuras y equipamientos, y 48,8 a gastos urgentes e inaplazables, como la retirada de hielo o de ramas.
Los días 8 y 9 de enero fueron dos jornadas que permanecerán en el recuerdo de todos. Existían previsiones de nieve en la ciudad de Madrid, algo nada habitual, pero ni las autoridades esperaban una nevada de la magnitud de Filomena. En Madrid, el espesor de la nieve superó los 50 cm. No obstante, sí se puede recriminar que no se contara con los medios necesarios para no tener colapsada la capital de España durante varios días.
Pero no todo era bonito con Filomena. La borrasca arrasó 700.000 árboles de la capital; dañó 87 colegios, centros deportivos y culturales; y causó mil millones de euros de agujero económico solo en la hostelería y el comercio. Una catástrofe sin precedentes en más de un siglo. La cantidad de nieve caída superaba los 1.250.000 kilos de nieve.
Imágenes surrealistas en Madrid
Los madrileños aprovecharon la nevada para salir a la calle y disfrutar de la nieve. Pese a las recomendaciones de quedarse en casa ante el alto riesgo de caída de ramas y árboles, que ya habían causado daños suficientes, los madrileños disfrutaron los días de distintas maneras. Algunos optaron por lo obvio, los esquís y trineos. Cientos de «esquiadores» utilizaron las pendientes de las calles de Madrid como improvisadas pistas de esquí. El mejor ejemplo es el Paseo de la Castellana, que gracias a la pendiente en cuesta abajo desde la Plaza de Castilla hasta la Plaza de Colón, permitía que la gente esquiara y utilizara la línea 10 de metro como telesilla o remonte.
El tesoro más preciado era, sin embargo, una pala. Los servicios de limpieza del Ayuntamiento y las máquinas quitanieves se encargaban de limpiar las arterias principales de la capital, como la Castellana, la M-30 y la Avenida de la Albufera. En cambio, en las calles más pequeñas y los accesos a los garajes era imposible circular sin antes haber retirado una importante capa de nieve. Además, las bajas temperaturas provocaban que, de no retirar la nieve de la calle o los coches, la nieve se convertiría en hielo y pudiera causar daños más graves.
Lo peor de Filomena
A parte de imágenes para la historia y una gran dosis de diversión para casi todos, la borrasca Filomena trajo consigo importantes consecuencias para la ciudad. No sólo hay que recordar al más de un millar de personas atrapadas en sus vehículos en las carreteras de Madrid que tuvieron que pasar la noche del viernes al sábado en sus coches sin comida ni calefacción, sino a los heridos por la caída de algún árbol o alguna rama, por ejemplo.
También hay que recordar a la UME, que tuvo que intervenir esos días en los que los recursos del Ayuntamiento y la Comunidad se vieron completamente saturados. Hubo suerte de que ocurrió en tiempos de vacaciones escolares, pero aún así, los exámenes de las universidades públicas de Madrid se tuvieron que retrasar una semana, ya que hasta cinco días después, aún había calles anegadas por la nieve.
Además, nos encontrábamos en medio de la pandemia del Covid-19, por lo que los hospitales eran lugares importantes a la hora de limpiar la nieve de las calles. Para el Ayuntamiento eran totalmente prioritarios los accesos a ellos. El sábado 9, por fin, dejó de nevar. Fue en ese momento, en el que era crítico retirar la máxima cantidad de nieve posible, para evitar que esta se helara en una noche en la que se esperaban temperaturas bajo cero.
Filomena dejó imágenes muy inusuales en la capital. Desde entonces, y a lo largo de todo el 2021, los madrileños han tenido siempre la comidilla de Filomena, recordando dónde estaban en aquellos días, qué hicieron y si les gustaría vivir esos días de nuevo. Prácticamente todos están de acuerdo en que les gustaría vivirlo por un día sin las dramáticas consecuencias que produjo. Se tardó meses en retirar todos los árboles caídos en los parques de Madrid, por ejemplo la Casa de Campo, donde era muy peligroso mantener árboles en el suelo ante el riesgo de incendio. Antes de verano estaban todos retirados.
Un año después, Madrid esta preparada
El Ayuntamiento de Madrid ha activado su Plan Nevada con un 35 % más de efectivos frente al año anterior, al pasar de 3.884 operarios a los 5.258 de este año, con la aprobación de los nuevos pliegos de limpieza, ha informado el Consistorio en una nota de prensa.
Divididos en 2.919 operarios de lunes a viernes en tres turnos de trabajo y 2.339 durante el fin de semana, esparcirán sal y salmuera y retirarán nieve tanto en calzada como en acera. También se incrementan los medios mecánicos un 19,5 % hasta los 1.043 y, durante este ejercicio, se implantarán sensores de temperatura en calzada y un mapa térmico que permitirá predecir con una mayor antelación y fiabilidad el riesgo de nevada y heladas.
Todas estas novedades, que se enmarcan en los nuevos pliegos de limpieza de espacios públicos, contemplan el dispositivo necesario para hacer frente a las nevadas y heladas que pudieran producirse ante una bajada brusca de las temperaturas.