Agentes de la Brigada Móvil del CNP vigilando el Metro- Archivo

Agentes de la Brigada Móvil del CNP vigilando el Metro- ArchivoAgencia EFE

Madrid  Estafan 250.000 euros a 140 clientes de bancos tras robarles la cartera

La Policía Nacional ha desmantelado un grupo criminal de carteristas que actuaba en las provincias de Madrid y Toledo.

La actuación de la red consistía en el robo de la documentación de los vecinos mientras viajaban en transporte público. A partir de ahí, procedían a cometer un segundo delito de usurpación –suplantación de identidad, del estado civil– llegando a estafar 250.000 euros a 140 clientes de banco.

Según ha informado la Dirección General de la Policía, ya habrían sido detenidas 39 personas y se han recuperado 281 documentos sustraídos, tres falsificados y 20 carnés de conducir robados dispuestos para cometer nuevos delitos.

La investigación comenzó el pasado mes de enero tras conocer la existencia de un grupo organizado con una alta especialización en las estafas bancarias y financieras, entre otros delitos.

En la cúspide de la organización se encontraba el principal cabecilla de la trama. Bajo su mando inmediato se encontraban los carteristas, así como de la confección de los grupos de trabajo que se encargaban de actuar por las diferentes oficinas bancarias haciéndose pasar por clientes ante entidades bancarias abriendo nuevas cuentas o adquiriendo vehículos.

En un escalón inferior estaba el aparato de captación, su función: reclutar a las personas que actuaban en las oficinas bancarias y que llegaban a adoptar apariencias similares a la de la persona que suplantaban. Los reclutados eran fundamentalmente personas desfavorecidas a las que la organización pagaba en metálico o en drogas.

Así actuaba la banda

En el modus operandi de la red lo primero que se hacía era comprobar las cuentas corrientes de las víctimas mediante la petición de saldo o realizar un microingreso.

Posteriormente procedían a la modificación del teléfono y correo electrónico, de forma que «secuestraban» la cuenta, al disponer de las comunicaciones de seguridad y uso de su banca electrónica.

Además, previa solicitud de la situación global de la cuenta, llevaban a cabo el reintegro en efectivo del dinero o el desvío a otras cuentas controladas por la organización.

A su vez, disponían de una red de personas a sueldo que de manera inmediata sacaban en efectivo el máximo capital posible y lo transferían a terceras cuentas, con la intención de dificultar el seguimiento y trazabilidad del dinero ante la posibilidad de que estas quedaran bloqueadas, una vez la victima denunciara los hechos.

La organización también contaba con la ayuda de otros delincuentes los cuales, a través de potentes equipos informáticos, eran capaces de confeccionar nóminas y vidas laborales, a fin de dar apoyo y mayor credibilidad a las operaciones financieras que realizaban con los DNI sustraídos.

Estas operaciones, no sólo se ceñían a las estafas en bancos o contratación de líneas de crédito online, sino que incluía el tráfico ilícito de vehículos con la adquisición de automóviles de alta gama.

Tras adquirir los turismos con financiación obtenida empleando los documentos falsificados, los revendían en el mercado negro del norte de África antes de que se descubriera el impago a las financieras y así evitar posibles órdenes de embargo que pudieran bloquear su salida de España. Uno de estos vehículos pudo ser recuperado cuando se disponían a embarcarlo en un buque con destino a Argelia.

A los 39 detenidos por el momento, se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, falsedad documental, usurpación de estado civil y tráfico de drogas.

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