Tres martillazos en la cabeza y una patada, los antecedentes del triple crimen de Morata
Dilawar, de 42 años, fue condenado el 12 se septiembre de 2023 dos años de cárcel por golpear a una de las hermanas de Morata de Tajuña
Eran las 9.45 de la mañana del 24 de enero de 2023 cuando Francisca Amelia, acompañada de su hermana, llegó a casa. Dilawar las sintió. Abrió la puerta y sin mediar palabra comenzó a golpear a Francisca Amelia en la cabeza con un martillo. Una, dos y hasta tres veces. La mujer sangraba y gritaba sin parar: «¡¡Socorro!! ¡Ayuda!».
La otra hermana trataba de contener al agresor, pero él insistió. En cuanto estuvo en el suelo, le dio una patada. La mujer salió a la calle en busca de ayuda. Dilawar se dio entonces cuenta de lo que estaba haciendo y paró. Poco después llegó la policía local y la guardia civil y le pusieron las esposas.
El parte médico era serio. Amelia «sufrió lesiones consistentes en tres heridas inciso contusas lineales en región craneal, una de ellas de 7 centímetros de longitud en región occipital alta derecha, suturada con grapas, sin edema asociado: otra de 1,5 centímetros con importante inflamación de las partes blandas suturada con grapas y una tercera de 1,5 centímetros en región parietal derecha, también suturada con grapas».
Según el parte médico, esas lesiones tardaron en curar 16 días: «14 de ellos de perjuicio personal básico, 2 de ellos de perjuicio personal moderado, con perjuicio estético ligero valorado en dos puntos». Cuando le preguntaron a Amalia que quería, ella contestó que deseaba que su inquilino la indemnizase.
Al hombre, el mismo día de su detención lo mandaron a prisión provisional. Allí se enteró de que el fiscal le pedía más de tres años de prisión (podía haberle solicitado hasta cinco). Llegó al juicio esposado. Según fuentes jurídicas, el representante del ministerio público le ofreció un pacto. Si asumía los hechos y confesaba, le dejaba la pena en dos años.
Dilawar aceptó. Cualquier cosa por salir de la cárcel. También asumió una orden de alejamiento de 500 metros de la casa de Francisca Amelia donde era inquilino, de su trabajo o de cualquier sitio que ella frecuentase. También asumió que no podía comunicarse con ella durante dos años y seis meses. Algo debió incumplir, porque el juzgado dio orden de búsqueda y captura contra él.
Solo lo han localizado después que acudiese a vengarse y se llevase tres vidas por delante. Por cierto, que la pistola simulada que encontró la Guardia Civil nada tiene que ver en el crimen. Pertenecía a las hermanas y ya. Dilawar los atacó con un objeto contundente. Uno detrás de otro. Se había quedado con las llaves de la casa y pudo acceder sin hacer ruido. Los sorprendió de madrugada y los mató. Todo apunta a que mientras dormían.