El borrado de Patrimonio Nacional de todo vestigio franquista: de los escudos de El Pardo al cartel del Valle de los Caídos

Patrimonio Nacional continúa con su cacería de emblemas relacionados con el franquismo. El último en sufrir esta persecución ha sido el escudo del la verja de El Pardo, domicilio habitual de Francisco Franco, y un par de farolas de la entrada que también contenían elementos que recordaban a este periodo de España. La entidad que pertenece a la Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez ha ignorado que la Fiscalía archivase una denuncia que impuso una entidad por que permaneciesen en el lugar.

No es la primera vez que El Pardo sufre este ataque. El Palacio contaba con un pequeño museo dedicado a Franco que fue sustituido. La eliminación de placas, escudos y emblemas que tienen que ver con el franquismo se remonta a los años 90 cuando los trabajadores de Patrimonio retiraron un monolito en El Escorial, en plena subida al monasterio, y lo trasladaron a la Segunda Casa de Oficios.

Fuentes cercanas a la entidad del Gobierno han explicado a El Debate que lo hicieron durante la noche sin avisar al Ayuntamiento del municipio madrileño. Además, eliminaron el yugo y las flechas que estaban esculpidos en el propio monolito.

Otro elemento que Patrimonio Nacional se ha llevado en El Escorial es la placa del Jardín de los Frailes que rendía homenaje a la restauración que se acometió durante la dictadura de Francisco Franco. En este caso se borraron las letras que hacían alusión al dirigente.

El aula magna del monasterio también ha sufrido esta cacería. En esta sala había dos escudos de considerable tamaño que fueron cubiertos con tapices. En este sentido, estas fuentes de Patrimonio han resaltado que todas las placas de Madrid que hacían alusión a una restauración llevada a cabo por Franco se han eliminado o modificado.

El edificio de la antigua sede de Loterías y Apuestas del Estado tenía a su entrada dos escudos españoles que se utilizaban durante la dictadura con su lema 'Una, Grande y Libre', el águila de San Juan, las Flechas y el Yugo. En 2020 se dictó que este inmueble debía ser de Hacienda y aprovechando la reformar del edificio se eliminaros estos dos emblemas al considerarse franquistas.

El Valle de los Caídos es el objetivo

El Valle de los Caídos es el objetivo principal de la entidad del Estado. El maltrato en el que están inmerso ya se ha convertido en algo habitual para los frailes que viven allí. Ahora se le suma que los dos escudos que están a la entrada de la basílica están en el punto de mira.

El conjunto monumental lleva sufriendo la dejadez del Gobierno de Pedro Sánchez desde hace varios años. En 2021 le retiró todos los fondos y han querido perpetrar las tumbas a través de las exhumaciones de los cuerpos enterrados allí.

Aunque la Justicia ha paralizado este último trámite, el Ejecutivo central ha podido sacar del Valle de los Caídos a Francisco Franco y a José Antonio Primo de Rivera. Ahora se le suma un nuevo ataque al cambiar el nombre del cartel del conjunto monumental.

Desde Patrimonio Nacional apuntan que todos los letreros donde antes aparecía el rótulo de Valle de los Caídos, ahora pone Valle de Cuelgamuros. La entidad estatal ha preferido gastarse dinero en rotular de nuevo todas las placas antes que arreglar las goteras y desperfectos del templo.

Abandono al Valle

El conjunto monumental tiene «goteras y humedades desde hace varios años, los arreglos están paralizados y, además, las bóvedas caídas no se reparan. Desde el 2017 no se ha vuelto a hacer nada», señalan personas cercanas al Valle.

En este sentido, estas fuentes señalan que «Patrimonio Nacional lleva tres años sin aportar un euro a la Abadía para el cumplimiento de los fines fundamentales y, por tanto, es la propia institución del Valle de los Caídos quien está sufragando todos los gastos para que se siga manteniendo este monumento».

Este desinterés por parte del Gobierno se muestra en que las peticiones que realizan los monjes. «No atienden absolutamente nada, solamente cuando hay una avería seria la afrontan y de malas maneras», relatan las personas del Valle de los Caídos.

Otro problema con el que tiene que lidiar el Valle es el corte de luz que «no se hace a mala idea», defienden desde la entidad. «Más bien son averías de mayor envergadura por la situación en la que se encuentra el templo y esto demuestra dos cosas», subrayan las personas cercanas al Valle de los Caídos.

«Por un lado, que las instalaciones son antiguas y no hay un servicio de mantenimiento adecuado. Y, por otra parte, que los grupos electrógenos que abastecen a la Abadía, Escolanía y hospedería no funcionan adecuadamente desde hace dos años», relatan estas fuentes a El Debate.