La vicerrectora de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Concepción García GómezAsamblea de Madrid

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El PSOE trata de acorralar a una vicerrectora en la comisión de Begoña tras decir que su máster «desprestigiaba» la Complutense

interrupciones constantes, acusaciones, tono incriminatorio... La actitud del PSOE en la tercera sesión de la Comisión de Investigación de la Asamblea de Madrid sobre la cátedra de Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid fue la de tratar de acorralar a una de las comparecientes, la vicerrectora de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad, Concepción García Gómez, para que esta reconociera que la supresión de los másteres de la mujer de Pedro Sánchez fue en realidad una «cuestión personal». Algo que esta negó tajantemente, aunque le costó hacer uso de su turno de palabra por los continuos cortes que le hacía el diputado socialista, Fernando Fernández Lara.

El parlamentario parecía actuar más como el abogado de la esposa de Pedro Sánchez que como un diputado en una comisión de investigación para dilucidar si la Complutense ofreció un trato de favor a Gómez respecto a su cátedra extraordinaria. Así, lejos de tratar de despejar esa incógnita, Fernández Lara parecía más dispuesto a tratar de demostrar que la Universidad había tratado de forma singular a Gómez, sí, pero no para beneficiarla, sino para perjudicarla.

De hecho, el socialista llegó a acusar a la compareciente de suprimir la cátedra de Gómez por una «decisión personal». Sin embargo, esta aclaró que fue una decisión tomada por un órgano colegiado por diversos motivos.

Entre ellos, destacó que el máster no cumplió con las «expectativas» que tenía la Universidad, la falta de alumnos –y de previsión de que estos se incrementaran–, y la existencia de un «desprestigio» en la opinión pública en torno a la cátedra de Gómez y sus másteres.

El diputado socialista trató en todas sus intervenciones de insinuar que los másteres de Gómez fueron suprimidos –cabe recordar que la Complutense ha dejado de impartir los dos que dirigía Gómez, aunque por motivos distintos, tal y como explicó la propia vicerrectora en la comisión–, prácticamente de forma arbitraria y encontrándose, según él, en una situación análoga a otras decenas de másteres con pocos alumnos que siguen impartiéndose.

No obstante, García Gómez le matizó la diferencia entre el concepto de alumno preinscrito en un máster y alumno matriculado para aclararle que el segundo de los másteres suprimidos de Gómez, aunque contara con un mayor número de preinscritos –la cifra que manejaba el diputado–, realmente sólo tenía cuatro alumnos matriculados como tal, es decir, que hubieran pagado la tasa correspondiente y aportado toda la documentación, cuando apenas faltaban 17 días para que comenzara ese máster de Captación de Fondos. Un máster que comenzó a impartirse en 2014 y que no está en la misma situación que el de Transformación Digital.

Y es que en el caso del segundo, que comenzó a impartirse en 2021, la Comisión de Formación Permanente de la Complutense decidió que no debía continuar por las cuestiones anteriormente mencionadas. Sin embargo, el primero, el de Captación de Fondos, fue únicamente por esa falta de alumnos y, de hecho, está cancelada la próxima edición, pero el máster no está suprimido y se podría solicitar su puesta en marcha de nuevo el próximo año y el siguiente, aseguró.

Sobre ese matiz entre preinscritos y matriculados, la vicerrectora apuntó que la «experiencia» les dice que «esas personas no se iban a matricular» y explicó al diputado socialista que «no se puede esperar a dos días antes a cancelar un curso».

Además, García Gómez le informó que, junto a ese segundo máster de Gómez, también se cancelaron otros ocho cursos y ese mismo proceso de analizar el número de alumnos se repite cada mes respecto a todos los másteres, en un intento de mostrarle que el máster de Begoña Gómez no había sido discriminado, como este sugería continuamente.

Tercera sesión de la comisión

Además de Concepción García Gómez, en la tercera sesión de la comisión de investigación sobre la cátedra extraordinaria de Begoña Gómez celebrada este miércoles en la Asamblea, también comparecieron el vicerrector de Planificación, Coordinación y Relaciones Institucionales, José María Coello de Portugal, y de la gerente de la Escuela de Gobierno, María José Sánchez.

Todavía quedan otras tres sesiones antes de que la comisión llegue a su fin, en las cuales Vox quiere que comparezca el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y acusa al PP de torpedear ese llamamiento.

Por su parte, los populares sostienen que aún está abierta la posibilidad de llamar al inquilino de La Moncloa de cara a la última sesión de la comisión.

Con todo, tanto PP como Vox están de acuerdo en que la comisión está dejando claro que la cátedra se gestó para «complacer los caprichos» de la esposa del presidente y que, efectivamente, hubo trato de favor por parte de la Universidad.

«Nuestra conclusión es que esta Cátedra, lógicamente, era un chiringuito de la señora Gómez en el que hacía lo que le daba la gana, lo que le daba la gana, hasta que la Universidad se da cuenta y pone los controles necesarios y rigurosos que había que poner para que esto se terminara», sostuvo este miércoles la diputada del PP Mercedes Zarzalejos.

Por su parte, desde Vox, la diputada Ana Cuartero subrayó que «Sánchez debe responder a cuántos CEO de empresas, a cuántos presidentes o directores de instituciones públicas y privadas llamó con el único objetivo de beneficiar los negocios de su mujer».