Así se quitan los grafitis de Madrid que cuestan un millón al mes y con los que posa Óscar López
En los próximos días se aprobará que los grafiteros que deseen conmutar las sanciones económicas deberán participar en la limpieza de grafitis
Madrid ha intensificado sus esfuerzos para combatir los grafitis en la ciudad, transformando un problema recurrente en un desafío manejable gracias a tecnologías modernas y una gestión eficiente. El servicio de limpieza de grafitis, ahora integrado dentro del Servicio de Limpieza Urgente (Selur), no solo ha reducido notablemente el impacto visual del vandalismo urbano, sino que también ha optimizado los recursos municipales destinados a este fin.
«La limpieza de grafitis en Madrid ha dado un salto cualitativo gracias a la implementación de tecnologías modernas», explica Martina Sánchez, jefa de operaciones del Selur. Antes de comenzar a actuar sobre las pintadas los operarios señalizan la zona y se ponen los trajes EPI y una mascarilla y unas gafas de protección.
«Utilizamos un producto anti-grafiti basado en silicona que, aplicado de manera preventiva, nos permite eliminar las pintadas únicamente con agua caliente a presión, sin necesidad de productos químicos. Es una innovación que nos facilita enormemente el trabajo y reduce el impacto ambiental».
El agua utilizada en el proceso alcanza temperaturas de hasta 60 grados, lo que asegura una limpieza eficaz sin necesidad de productos químicos. «Es un sistema sostenible que nos permite reducir residuos químicos y optimizar recursos», añade Tamara Revenga, una de las operarias.
Cabe destacar que dentro del panorama político en la capital, el actual secretario general del PSOE de Madrid, Óscar López, anunció su nombramiento en redes sociales con una foto en la que aparecía posando junto a unos grafitis en un cierre metálico de un local de Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid con el objetivo de mantener sus calles y plazas limpias, destina aproximadamente un millón de euros al mes a la limpieza de grafitis, lo que representa un tercio del presupuesto mensual del Selur.
Según Víctor Manuel Sarabia, director general de servicios de limpieza y residuos de Madrid, «el presupuesto asignado a esta tarea es significativo, pero necesario. Hemos integrado la limpieza de grafitis dentro del contrato del Selur por motivos de eficiencia».
Este esfuerzo económico incluye el trabajo de 110 operarios repartidos por toda la ciudad, quienes desempeñan su labor en turnos de mañana y tarde.
Por la noche, las tareas se limitan a la eliminación de pintadas alusivas por cuestiones de ruido. «Es un procedimiento bastante específico, realizado por personal altamente especializado, lo que justifica la inversión», añade Sarabia.
El sistema de limpieza es tan innovador como eficiente. «Madrid está sectorizado en 1.700 zonas, y cada una tiene un plan de limpieza preestablecido», detalla Sánchez. «En el distrito Centro, por ejemplo, actuamos cada 25 días; en 11 barrios preferentes, cada 45 días; y en el resto de los barrios, cada 60 días», subraya Martina Sánchez.
En este sentido, remarca que «las zonas verdes se limpian cada seis meses. Además, respondemos a los avisos de los ciudadanos en un máximo de siete días, y las pintadas alusivas las eliminamos en menos de dos horas», explica la jefa de operaciones del Selur.
Esta planificación se complementa con el uso del producto anti-grafiti, que ha demostrado ser clave para reducir tiempos y costes.
«En superficies tratadas con este producto, podemos eliminar los grafitis solo con agua a presión. Por el contrario, si la superficie no está tratada, necesitamos aplicar primero un decapante y luego lavar la zona antes de aplicar la capa anti-grafiti», explica Sánchez.
Tamara Revenga también destaca las ventajas del sistema: «Hemos llegado a eliminar pintadas en la misma fachada hasta siete veces, y el producto sigue funcionando perfectamente. Esto no solo facilita nuestro trabajo, sino que también reduce la necesidad de usar productos químicos que pueden ser dañinos».
Grafiteros borrando grafitis
La implicación de los ciudadanos ha sido crucial para el éxito del programa. «Recibimos muchos avisos de vecinos que detectan grafitis en sus barrios, y esto nos ayuda a mantener un control más efectivo», comenta Sánchez.
Sin embargo, la reducción en el número de pintadas no solo se debe a la colaboración ciudadana. Según Sarabia, «cuando las zonas están más limpias, los grafiteros tienden a buscar otros lugares. Los datos muestran que, al acortar la vida útil de un grafiti, logramos desincentivar su aparición».
Además, las sanciones impuestas por la Policía Municipal han tenido un efecto disuasorio significativo. «Las multas pueden llegar a varios miles de euros dependiendo de la superficie afectada y la reiteración del infractor», señala Sarabia.
«Ahora, los grafiteros que deseen conmutar estas sanciones económicas deben participar en la limpieza de grafitis, trabajando junto a nuestros operarios y con las mismas medidas de seguridad», explica el director general de servicios de limpieza y residuos.
A pesar de los avances, la limpieza de grafitis sigue enfrentando desafíos. «Trabajar en fachadas pintadas es especialmente complicado porque, después de eliminar el grafiti, debemos igualar el color original y repintar la superficie», explica Revenga.
«Esto contrasta con las superficies tratadas con anti-grafiti, como piedra o granito, donde el trabajo es mucho más sencillo y rápido», concreta la operaria del Selur a El Debate.
Los grafiteros que deseen conmutar estas sanciones económicas deben participar en la limpieza de grafitis
Otra complicación es el tratamiento de edificios históricos y monumentos protegidos. «No podemos actuar directamente en estas estructuras debido a su valor cultural. Estas tareas requieren tratamientos específicos, y la responsabilidad recae en otros organismos especializados», aclara Martina Sánchez.
Asimismo, algunas zonas de la ciudad presentan un flujo constante de pintadas debido a su visibilidad y ubicación estratégica. «El distrito Centro sigue siendo el epicentro de nuestra actividad, pero también actuamos con frecuencia en lugares como Carabanchel o la Plaza San Ildefonso», comenta Sarabia.
Prevención de grafitis
El enfoque preventivo del Selur no solo se centra en limpiar lo existente, sino también en evitar futuras pintadas. «Cada vez que eliminamos grafitis en superficies porosas, aplicamos una capa de anti-grafiti. Esto asegura que, en futuras intervenciones, podamos actuar más rápido y con menos impacto», afirma Sánchez.
La estrategia integral del Selur ha transformado la percepción del vandalismo urbano en Madrid. Con una combinación de tecnología avanzada, planificación rigurosa y colaboración ciudadana, la ciudad ha logrado mitigar un problema que parecía insuperable.
«Madrid está mucho más limpia, y eso no es casualidad», concluye Sánchez. «Es el resultado de un trabajo constante, de una inversión decidida y de un compromiso por parte de todos: operarios, ciudadanos y autoridades», matiza.
Esta experiencia pone de manifiesto que, con la estrategia adecuada, incluso los desafíos más complejos pueden ser resueltos. Madrid se convierte así en un ejemplo de cómo una gestión urbana moderna puede conciliar tecnología, sostenibilidad y calidad de vida para sus ciudadanos.