Evolución del Puente de Ventas

Evolución del Puente de VentasDavid Díaz

La increíble transformación del Puente de Ventas de Madrid: de un camino de adoquines a un museo al aire libre

Con motivo del fallecimiento de su creador, Javier Manterola, las cristaleras exhiben las obras del ingeniero en Madrid y en otros lugares del mundo

El puente de Ventas es una de las obras de ingeniería más significativas y con historia de Madrid. Este enclave se construyó a finales del siglo XIX y en él había situado una caseta para el cobro de impuestos que se instalaron en las principales entradas de Madrid. En 1888 se daba la noticia de que el correspondiente a la Carretera de Aragón se iba a establecer en la entrada del antiguo puente, convirtiéndose desde entonces el arroyo Abroñigal en el nuevo límite fiscal del este de la capital.

Una crónica posterior, publicada en el diario La Época en julio de 1896, describe perfectamente cómo era el entorno de aquel puente de Ventas a finales del siglo. Una imagen que impacta si se compara con la imagen actual.

Dicha pieza señalaba que «la carretera todavía peor cuidada de lo que suelen estarlo las carreteras españolas, un puente casi tan inútil como el famoso de Coria, por debajo del cual se arrastra un arroyo inmundo y maloliente; y a un lado y otro de la carretera y del arroyo, barrancones de tablas casi todos sucios y grasientos».

Aparte de lo descrito, el ambiente en este punto de Madrid ofrecía un aspecto tragicómico. Por un lado, había salones al aire libre en los que se bailaba «según la moda chulesca». No obstante, el puente comunicaba el centro de la ciudad con el Cementerio del Este, hoy de la Almudena.

Pasaron los años y en 1974 se empezó a construir la M-30, esta autovía exigió cruces a distinto nivel y numerosas pasarelas para peatones. Pero no fue hasta 1998 cuando uno de estos cruces proyectados fue el nuevo puente, un novedoso paso en glorieta diseñado por Javier Manterola.

Vistazo del puente de las Ventas

Vistazo del puente de las VentasManuel M. García

Este tipo de puente había sido esbozado por el ingeniero en el puente del Pilar de Zaragoza, de 1992, y la culminó en 2002 con el magnífico puente de Zizur de Pamplona.

El nuevo puente de Ventas pretendían dos cosas. Primero, resolver el gigantesco problema de tráfico y conexión en este tramo del tercer cinturón de Madrid, la M-30, con 300.000 vehículos de intensidad media diaria.

En segundo lugar, se quiso crear un espacio urbano sobre la M-30, ámbito degradado en extremo por el tráfico y, sin embargo, necesariamente transitado por una enorme cantidad de peatones que se desplaza a lo largo de la calle de Alcalá.

Se prestó una mayor atención a la creación de aceras protegidas y se diseñó un nuevo arco superior central–en forma de flecha–, cuyo único papel es el de gigantesca luminaria y en Navidad cuelgan figuras decorativas.

Vistazo del puente de las Ventas

Vistazo del puente de las VentasManuel M. García

Un puente pionero

La primeriza utilización de plantas curvas en el puente del Pilar de Zaragoza se hace más compacta en el puente de Ventas de Madrid, donde los dos tramos curvos se funden en uno solo. El esquema concede gran atención a los peatones para crear el espacio urbano.

La planta curva, cubierta, genera unos interesantes problemas de diseño del borde. En un puente abierto de tipo tradicional, el borde debe ser afilado para mostrar la esbeltez del tablero, pero en un puente cubierto la estructura se manifiesta con rotundidad en el borde.

Eso va unido a la mayor presencia de la anchura sobre la luz (90 frente a 60 m) resultante del empleo de una planta curva, que se proyecta hacia arriba con un arco exento por encima de la obra para alojar la iluminación.

Todo ello da lugar a un puente ciertamente atípico, cuyos presupuestos serán luego refinados y potenciados en otros puentes posteriores del mismo autor. Algunos tan importantes como la glorieta de Zizur, donde los pasos curvos se unifican en un disco único apoyado en cuatro puntos.

Vistazo del puente de las Ventas

Vistazo del puente de las VentasManuel M. García

Construcción

La construcción mixta permitió montar las vigas metálicas sobre apoyos provisionales en la mediana de la M-30. Sobre ellas se construyó la losa de hormigón, minimizando así las afecciones al tráfico de la vía.

Pero si la obra se diferencia de otros puentes de su tiempo es, fundamentalmente, por la construcción del arco monumental. Fue una estrategia radical de Manterola para separar estructura y representación simbólica: el puente, por un lado, y el arco, por otro.

A finales de los 90, el mundo de la ingeniería no entendía que dicho arco no tuviese un uso estructural. Pero es así, por eso su incorporación al diseño fue un gran acierto.

El arco asume la representatividad del puente, y se ha convertido en un punto de referencia en la ciudad y, sobre todo, en la M-30.

Vistazo del puente de las Ventas

Vistazo del puente de las VentasManuel M. García

Reforma y homenaje

El Ayuntamiento de Madrid ha rehabilitado el puente de Ventas para garantizar la seguridad de los usuarios y prolongar la vida útil de la infraestructura. La estructura metálica presentaba deterioro en los cajones, como rotura del sistema de protección con presencia de corrosión en diferentes áreas y desprendimientos del acabado.

En la parte superior del tablero, se ha actuado en las marquesinas sobre las aceras, en las superficies exteriores y en los revestimientos y se han sustituido los metacrilatos existentes. Por su parte, bajo el tablero, se ha reparado el sistema de protección anticorrosiva de los cajones metálicos y las vigas.

Con motivo del fallecimiento de Javier Manterola las cristaleras exhiben las obras del ingeniero en Madrid y en otros lugares del mundo. Junto a cada obra, se dispone una breve descripción y un código QR que permite visualizar, a través del dispositivo móvil, información más detallada sobre cada una de ellas.

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