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El candidato de Bildu, Pello Otxandiano, durante un mitin

El candidato de Bildu, Pello Otxandiano, durante un mitinEFE

Bildu hace de Bildu

La campaña vasca entra en erupción en su recta final

La negativa del candidato de Bildu de llamar a ETA por su nombre se convierte en el elemento disruptivo de una batalla que, hasta este martes, había discurrido dentro de los límites del País Vasco

La campaña vasca entró este martes en erupción a raíz de la negativa del candidato de Bildu, Pello Otxandiano, de definir a ETA como una banda terrorista. Para él fue un «grupo armado» y, además, las etiquetas no son «una cuestión fundamental».

El PNV (cuyo candidato, Imanol Pradales, fue agredido con un espray pimienta a la salida de un mitin en Baracaldo) y el PSE cargaron de forma ostensible contra Bildu, así como también Sumar. Covite, la Fundación Buesa y la AVT calificaron de «indecente e insultante» la actitud de Otxandiano. La portavoz del Gobierno acusó a Bildu de mantener una actitud «cobarde y de absoluto desprecio hacia las víctimas» desde la sala de prensa de la Moncloa. El PP reprochó a los socialistas que hicieran gala de una «hipocresía tremenda». Santiago Abascal recriminó al PP que piense perpetuar al PNV. Y el candidato del PSE, Eneko Andueza, lanzó un ataque furibundo contra Alberto Núñez Feijóo por estar «en cubierta con un narcotraficante».

La polémica empezó el lunes en un debate entre los candidatos, siguió por la noche en una entrevista en la SER en la que Otxandiano se reafirmó y terminó de estallar un día después. Mostrando, de paso, las enormes contradicciones que están cabalgando los socialistas en esta contienda electoral: en Madrid y Navarra tienen al partido de Arnaldo Otegi como un socio necesario. En Pamplona les entregaron la Alcaldía en diciembre. Pero en el País Vasco reniegan de Bildu y su candidato, Eneko Andueza, se desgañita prometiendo hasta la saciedad que no habrá un lendakari de Bildu con los votos del PSE. En su última entrevista, en El Correo, Andueza declara: «Bildu fue parte activa de tanto dolor que sufrió este país y no puede salirle gratis».

Pedro Sánchez abraza a Eneko Andueza durante un mitin

Pedro Sánchez abraza a Eneko Andueza durante un mitinEFE

Hasta este martes, la contienda electoral había discurrido silenciosa y dentro de los límites del País Vasco, con los candidatos empeñados en huir de la contaminación de la política nacional para no repetir lo que pasó en las gallegas del 18 de febrero. En el resto de España se había hablado más del triunfo del Athletic de Bilbao en la Copa del Rey y de su multitudinaria celebración por la Ría a bordo de la gabarra que de lo que se juega el País Vasco en las elecciones del domingo.

Pero ayer ETA volvió a ser el elemento disruptivo, como lo fue en las elecciones municipales de 2023. Entonces, 48 horas antes del inicio oficial de la campaña, Covite denunció que Bildu había incluido a 44 condenados por terrorismo en sus listas. Ante el escándalo suscitado, la coalición abertzale decidió apartar a los siete con delitos de sangre, pero mantuvo al resto.

A los de Otegi no les penalizó electoralmente. Al contrario, fue la fuerza que más concejales obtuvo (más de un millar) y se quedó a un punto y medio de dar el sorpasso al PNV. Sin embargo, el PSOE no levantó cabeza después de aquello. El propio Pedro Sánchez tuvo que declarar desde Washington, tras haberse reunido con Joe Biden: «Hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes. Lo único que pueden aportar estas personas a la vida pública es un mensaje de perdón, de reparación y arrepentimiento».

El escándalo pasó al primer plano durante 10 días, porque vino a recordar a la opinión pública española quiénes eran –y siguen siendo– los socios del presidente del Gobierno. Y se convirtió en un avispero para los candidatos del PSOE en todas las entrevistas e intervenciones públicas, de norte a sur de España.

En este caso, desde la Moncloa niegan que Otxandiano haya arruinado la campaña del PSE. Aseguran que más bien al contrario, porque Andueza lleva tiempo instando a Bildu a condenar, «de una vez por todas», el terrorismo de ETA. Además –continúan–, refuerza la postura del PSE de cerrarse a cualquier pacto con Otegi. Y remachan que una cosa son los acuerdos con Bildu en Madrid, otra la «política local» de Pamplona –cuyo Ayuntamiento entregaron a Bildu en diciembre– y otra el País Vasco.

¿Afectarán las declaraciones de Otxandiano a los resultados del domingo, que ya de por sí se prevén ajustados? A los de Bildu no parece, aunque su actitud ha hecho que el PNV y el PSE acentúen su estrategia de agitar el miedo a la llegada de la izquierda abertzale.

Por lo demás, las últimas encuestas publicadas el lunes desvelaban que aún había un importante porcentaje de indecisos, de en torno al 30 %. Lo que quiere decir que la campaña está en un punto muy volátil y cualquier factor puede afectar al resultado final. De todas formas, es de prever que en estos tres días que quedan siga hablándose de la no condena de Otxandiano, tan esperada como reveladora.

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