El Chef Judicial
Flamenco y tapeo divertido, la taberna que da alegría a la calle Jorge Juan
Una cocina correcta del día a día en el marco de una decoración divertida con más de cuatro espacios diferenciados
Flamenco, tapeo divertido, afterwork y alegría son las notas más características de este rincón de la calle Puigcerdá con Jorge Juan. Taberna Los Gallos se convierte en uno de los epicentros de diversión en pleno barrio de Salamanca, con una cocina correcta del día a día en el marco de una decoración divertida con más de cuatro espacios diferenciados.
Una cocina sin horarios destinada a compartir raciones entre amigos con ocasiones centradas en el flamenquito o en ritmos más atrevidos por la noche. Música y gastronomía en un concepto culinario moderno, con correcta relación de calidad precio dirigida a dejar fluir las palmas y el baile del tardeo madrileño.
Los entrantes empiezan con una buena ensaladilla rusa delux que se prepara con una mezcla de patata cocida, zanahoria, bonito en aceite, huevo duro, pepinillo y cremosidad de la mayonesa, culminando en trazas de aceituna gordal, lechuga iceberg en juliana, emulsión de piquillos y huevo rallado. Notas picantes para los gambones al ajillo servidos con aceite de oliva en sartén con ajo, sal y guindilla.
La fritura se presenta con chanquetes con huevos fritos y pimiento asado, adecuado trato de este pez platino en aceite hirviendo para cuidar la técnica de la fritura y servir un bocado correcto. Buena técnica que se refleja también en los chipirones a la andaluza servidos con limón y mayonesa de lima o en los «boquerones jaimitos» pasados por harina y fritos acompañados de pimientos. Notas de Canarias que destacan con el queso majorero que se funde a la plancha y se enriquece con miel de palma. En ese recorrido por las islas Los Gallos nos presenta también unas papas arrugadas mini (quizás mejorables) acompañadas por mojo picón. Contundencia a partir de unos torreznos a los que en esta ocasión quizás les faltaba un toque de calor y una mejor textura que puede lograrse a partir de una más cariñosa preparación.
Notas andaluzas en la Taberna Los Gallos con una variada bodega y con especial referencia a los vinos de Montilla. En estos primeros envites optaremos por un fino denominación de origen Montilla-Moriles, generoso emblemático nacido de la magia de esas tierras cordobesas. Color brillante, amarillo pajizo tendiendo al oro viejo, tonalidades oliváceas propias de la uva Pedro Ximénez.
Complejidad aromática para proporcionar notas elegantes en nariz, punzantes y delicadas, recordando aromas a levadura y almendra. En boca una entrada amable y ligera, con tonos salinos y notas levemente amargas que agradan al paladar. Un vino de potente carácter salino que se presenta como el maridaje idóneo para la ración de un buen jamón ibérico denominación de origen Silencio de Jabugo servido con pan de aceite tostado y tomate.
Aires cordobeses que no sólo se reflejan en la parte líquida sino también en entrantes como un aceptable salmorejo con jamón crujiente y huevo rallado nacido a partir de una mezcla suave de tomates, aceite de oliva y ajo, para culminar en caricias de huevo y aceite de Alberquina. De la tierra el ibérico y de las aguas salinas andaluzas la gamba de blanca de Huelva que en Los Gallos se cocinan a la plancha sobre una cama de sal gorda acompañadas de limón.
Alegría y notas creativas ensalzan uno de los platos estrellas de Los Gallos, los tacos de pollo Tika Masala. Maíz frito que envuelve un relleno de pollo mechado, recubierto con guacamole, tomate rallado, mango y cebolla. Bocado refrescante que aderezaremos con lima y con una salsa especial Los Gallos con notas picantes.
Frescura y sabor para este taco con guacamole casero que gustará al comensal. Paso por Méjico para volver a España y recorrer la cornisa cantábrica a través de unas buenas anchoas de Santoña, repletos de sabor y salinidad. Buena calidad de un producto que se sirve sobre pan de aceite tostado y un asadillo de pimientos de tres colores. Pase muy recomendable ideal para compartir. Raciones de mar en las que se ensalza la conserva con unos berberechos aliñados con zumo de limón y Tajín (elaborado a partir de siete tipos de chiles, sal y limón deshidratado) acompañados de patatas pajas. Buena calidad también de un clásico del tapeo, los mejillones en escabeche con patatas.
En la variada bodega de Los Gallos, en la que también podremos encontrar alguna joya como Alión, Valbuena y Vega Sicilia, nos decantaremos esta vez por un ribera de las variedades de tempranillo, merlot, Cabernet sauvignon y Malbec. Un Tomás Postigo de 2020, tinto fino y armonioso, de color rojo picota y reflejos púrpura.
En nariz notas complejas para propiciar matices especiados, notas de madera, cremosidad y ahumados con fruta roja madura. Vino de largo recorrido, de cuerpo medio y taninos redondos para un tinto con fuerza frutal de buen final en boca.
Un ribera que marida un buen tartar de atún picado a cuchillo, buena materia prima aliñada con salsa de soja, mostaza, aguacate con tomatitos Cherry y pan de aceite tostado. De la tierra nos decantamos como plato principal por los dados de solomillo salteados con patatas fritas y pimientos que mostraron una buena textura y calidad de la carne, mejorando tras el segundo toque de calor.
Los Gallos se presenta en Jorge Juan como un restaurante de tapeo divertido, con una variada carta y bodega, destacando unos platos más que otros con una buena relación calidad precio de treinta o cuarenta euros por persona. Un restaurante moderno que incrementaría esa bandera de alegría y arte flamenco cuidando los tiempos de pase de alguno de los platos para que en los gélidos días de enero ninguno de los platos pierda los matices que preparados con cariño agradarán al comensal y le permitirán vivir el feliz tardeo madrileño.