Fundado en 1910
Imagen de archivo de una modelo. EFE/ Neil Hall

Imagen de archivo de una modelo. EFE/ Neil HallEFE

De los aviones de guerra a la pasarela: la apasionante historia de la chaqueta bomber

Tiene su origen en lo militar, y fue creada en 1917 en cuero, con el fin de aislar del frío a los pilotos

Cuando el británico Leslie Irvin concibió un modelo de cazadora para el ejército del aire norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial, la estética era lo de menos, pero más de 80 años después, modelos, celebridades y prescriptores de moda readaptan la bomber, la chaqueta estrella de esta temporada por antonomasia. Supermodelos desde Hailey Bieber, Kendall Jenner y Bella Hadid hasta Lily Collins o Selena Gómez son embajadoras de una prenda que también arrasa sobre la pasarela en los desfiles de Balenciaga, David Koma, Chloé o Diesel, y que en su día lució también Lady Di.

«Cada diseñador ha hecho suya la bomber a lo largo de las colecciones y las décadas. A mí me gusta introducirla porque aporta un aire fresco a tejidos y detalles que de otra forma no parecerían modernos: está en la balanza entre lo clásico y lo contemporáneo», dice a EFE el diseñador español Guillermo Décimo, que apuesta por esta pieza.

La prenda, como otras muchas que se han asentado entre los básicos, tiene su origen en lo militar, y fue creada en 1917 en cuero, con el fin de aislar del frío a los pilotos, que por entonces volaban en cabinas descubiertas, durante la Gran Guerra. Leslie Irvin diseñó el modelo que serviría para la posterior Segunda Guerra Mundial, la B3 Bomber Jacket, con lana de oveja en el interior.

Chaqueta bomber

Chaqueta bomber

Este diseño, llamado bomber -literalmente, bombardero- contaba con cierres herméticos y solapas y fue el antecesor del modelo popularizado hoy en día, originario de los años cincuenta y más ligero, confeccionado con materiales sintéticos, con un bolsillo en el brazo, el exterior en verde o negro y el interior en color naranja butano.

Interior colorido

Bautizada como Flight jacket MA-1 y con ese interior colorido pensado para localizar al piloto en caso de ser derribado, este modelo comenzó a ser demandado por la población civil, un objeto de deseo solo adquirible en el mercado negro o bien a través de veteranos de guerra que posteriormente fue clonado por multitud de marcas.

Replicando este diseño de aviador en algunas versiones, la bomber del momento vive su apogeo en siluetas exageradas y XL, también en versiones cortas confeccionadas en todo tipo de tejidos; desde metalizados a bordados o incluso adornadas por grandes lentejuelas, como hacen firmas españolas como Mod Wave Movement.

«En los ochenta se llevaron mucho, pero ahora vienen en formas más estilizadas; más cortas y más chic», explica a EFE la diseñadora Esther Noriega, que ya en 2016 apostó por subir a la pasarela madrileña su versión de esta prenda en un degradado de lentejuelas del rosa al turquesa que dos semanas después replicaría Inditex.

«Desde ese momento la bomber es una prenda que me gusta y mantengo. Ese tejido lo encargué confeccionar en la India, porque el degradado era una técnica complicada», explica sobre este diseño cargado de brillo, actualmente en boga junto a otros más minimalistas en negro y de corte «crop».

Prenda versátil

La prenda, además de funcional, es fácil de combinar, y así lo atestigua Aarón Gil, estilista de moda: «Es una prenda a la que siempre he recurrido por su versatilidad», explica el también director del proyecto Aflame Concept, donde también apuesta por firmas que integran la pieza.

«Al final, la moda no para de reinventarse, y cambiando los materiales de confección pueden convertirse hasta en prendas de la alfombra roja, siempre que se utilicen con gusto», explica Gil sobre las bombers de las firmas Visori y Serra Studio que desde Aflame Concept cede, en especial a artistas urbanas para videoclips y presentaciones.

También apuesta por estas prendas el diseñador burgalés Guillermo Décimo, apodado como «el John Galliano español» y que hace un mes presentaba su colección cápsula en Nueva York. «Creo que es una prenda atemporal que se adapta a todas las tendencias y estilos de moda»

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