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Shorts

Hay ciertas combinaciones con shorts no aptas para el trabajo

La situación en la que te pueden sancionar por llevar pantalones cortos en la oficina

Cada empresa tiene libertad para imponer su propio reglamento sobre el código de vestimenta apropiado

Calles desiertas, temperaturas de más de 30 grados y la mente puesta en la playa, pero el despertador sigue sonando a las 7 de la mañana. ¿Es apropiado presentarse en la oficina con pantalones cortos? La respuesta más acertada será «depende». Del tipo de actividad y sector. No es lo mismo una empresa informática que un banco de inversión o un empleo que exige contacto con el público. Si el código de vestimenta es moderno y relajado, no chirría demasiado. Si se permite vestir camiseta en lugar de una camisa, o las americanas brillan por su ausencia, entonces no sería una mala opción.

Pero eso no responde del todo a la pregunta. La redacción de un periódico o revista no está sujeta a un código de vestimenta. No hay nada que impida ir en shorts al trabajo. Aunque quizá no sea lo más adecuado.

«Asociamos los pantalones cortos con actividades para las que nos vestimos deliberadamente, porque uno se ensucia o suda: hacer deporte, caminar, hacer jardinería, recostarte en el césped», reflexiona Jess Cartner-Morley, editora de moda en The Guardian. «No estoy diciendo que los pantalones cortos sean descuidados, solo digo que refinado no es el primer adjetivo que te viene a la mente cuando piensas en ellos. Asociamos los pantalones cortos con la infancia», añade.

Cuestión de edad

La experta en moda Harriet Walker abordaba esta semana en The Times si hay una edad determinada a la que se debe prescindir de los shorts en el trabajo. «He hecho la suposición bastante generalizada y posiblemente injusta de que la mayoría de las mujeres mayores de 40 años ya no quieren compartir la parte superior de sus muslos con el resto de compañeros en el trabajo», reflexiona

Bermudas de Zara

Bermudas de Zara

Más allá del tema estético, se puede plantear el escenario de que incluso se sancione por presentarse con un look inapropiado para la imagen empresarial. En España, no existen regulaciones legales específicas sobre la vestimenta de los empleados y cada compañía puede establecer las suyas propias. En el artículo 38 de la Constitución Española se regula la concesión del derecho a la libertad empresarial y legitima a las organizaciones a fijar criterios de vestimenta con el fin de proyectar una imagen determinada. En algunas empresas ciertas prendas se consideran informales y pueden prohibir que los trabajadores lleven pantalón corto.

Y aunque la compañía no se rija por un código concreto, también puede ser legal una sanción e incluso un despido. Una sentencia del TSJ de Madrid, de 2007, avaló el despido de un vendedor de coches que, hasta en tres ocasiones, se presentó con camiseta deportiva, pantalones vaqueros y zapatillas de deporte.

Queramos o no, hay límites. Y el pantalón corto en caballeros parece más informal que en mujeres. Algo que a priori iría en contra de la igualdad, como derecho afectado a la no discriminación por razón de género.

Bermudas adecuadas

Hay algunas fórmulas para que los pantalones cortos femeninos encajen mejor en una etiqueta profesional. Se pueden elegir bermudas, algo más largas y holgadas que un short. Combinarlas con una camisa impecable, un cinturón y unas cuñas o sandalias estilo joya. Nunca chanclas o deportivas. También se deben evitar los colores muy llamativos para no parecer que estamos en el chiringuito de Ibiza.

Bermudas adecuadas para la oficina

Bermudas adecuadas para la oficina

Harriet Walker escribía sobre la cantidad de mujeres que asistían a los desfiles de alta costura de París la semana pasada, donde las temperaturas alcanzaron los 30 grados, con elegantes pantalones cortos. No se refería a influencer, sino mujeres reales. Asegura que estaban elegantísimas, gracias a unas pautas. «Era el largo: ningún muslo a la vista y tampoco mucha rodilla. Muchas de estas parisinas habían rematado el look con un cinturón de diseño o una hebilla dorada. No muy ajustado y en colores neutros como azul marino, crema o negro, sin material holgado que se acumule alrededor de las caderas».

Y ante todo, sentido común. Como bien plantea Jess Cartner-Morley «tus pantalones cortos serán lo primero en que la gente se fije cuando cruces esa puerta». Basta con comprobar la reacción de los demás. «Si tu jefe o compañero de trabajo inmediatamente piensa: ‘No estaba seguro de si los pantalones cortos funcionarían en la oficina, pero ahora me doy cuenta de que sí’, eso es un win win».

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