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Tienda Gucci en Florencia, 1980

Tienda Gucci en Florencia, 1980© Archivio Foto Locchi Firenze

Gucci se desploma tras el nombramiento de Demna Gvasalia como director artístico

Las acciones del grupo Kering han caído un 10,71% este pasado viernes con el anuncio del nuevo diseñador para la casa florentina

Golpe de timón y bajada de valor en el grupo Kering. Los Pinault han decidido finalmente que más vale malo conocido que bueno por conocer, escogiendo al polémico, extraño y poco ortodoxo creador georgiano Demna Gvasalia para mover el puesto de creativo entre dos de sus marcas, de Balenciaga a Gucci. El resultado más inmediato ha sido la caída del valor en bolsa del grupo de alta moda, que ha caído un 10,7% este viernes.

Todo queda en casa y ya saben trabajar con el extraño trío que hacen Demna, su hermano y una estilista amiga. Pero una cosa es el público experto, que sabe cómo funciona esto de escandalizar y dar que hablar para acabar vendiendo llaveros y otra el público general, que mira en muchos casos con horror que una casa tan chic y antigua como Gucci se ponga en manos de este burdo candidato. ¿Por qué han escogido al revolucionario y poco refinado Demna?

Han sido muchas las idas y venidas, los tanteos y retractos, desde que se decidieron en el antiguo Grupo Gucci a deshacerse de Alessandro Michele, ahora triunfando en Valentino.

Se han barajado muchos nombres para retomar la «corona» de la gran casa de modas italiana. Finalmente, Gucci pasará del maximalismo barroco de Alessandro Michele durante casi una década, a un periodo soso y aburrido de «interregno» en el que llevó la batuta Sabato de Sarno, a una nueva era de lujo descafeinado en la que probablemente reinen los accesorios virales más ridículos y la estética disruptiva que Demna ha llevado a Balenciaga.

En Balenciaga, Demna Gvasalia ha conseguido aumentar la notoriedad internacional de la marca, las ventas y llamar la atención de un público mucho más joven, no sin grandes disgustos. Con bolsas de los chinos gigantes a 1900 euros, bolsas de basura de cuero a 900 pavos y una campaña sado maso con ositos de peluche infantiles, de todo ha habido en la viña del nuevo Balenciaga.

Balenciaga

Tienda de la firma Balenciaga

Otros nombres

Los rumores indicaban que podía ser PierPaolo Piccioli, el creador de Valentino hasta hace unos meses, el que tomara el testigo de Gucci, un profesional con grandes conocimientos de costura y moda. Quizás difícil de manejar y de insertar en una maquinaria tan brutal como la de Gucci. Lo mismo con Heidi Slimane, un raro y minimalista que no dura mucho en los proyectos y que está aún en Celine, del grupo rival LVMH.

Piezas de Gucci

Piezas de viaje de la firma italiana GucciInstagram

En Gucci los errores se pagan caro por el gran volumen y vaivén de sus ventas, que cayeron con De Sarno en el último año un 24% . François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado de Kering, ha apostado por la labor de Demna al frente de Balenciaga, labor desde luego atípica e inesperada que de primeras le ha restado casi un 11% al valor de su grupo en bolsa.

Puede que para Demna sea el premio gordo llevar Gucci y tambien es cierto que gran parte del éxito de las marcas de moda es rotativo o sucesivo, es decir, ninguna permanece en la punta de lanza siempre, exceptuando el caso de MiuMiu y Prada desde hace dos décadas. Y también es cierto que marcas tan potentes como Gucci pueden pasar unos años desastrosos pero luego retomar su potencia.

Gucci y Balenciaga ya presentaron en 2021 una colección conjunta intercambiando piezas con los logotipos. Y el perfil del georgiano, Gvasalia, con su insistencia sobre el drama de los refugiados como él, del cambio climático y de las posibles guerras de su zona del mundo, parece estar de actualidad para los más jóvenes, aunque otros pueden pensar que se trate de temas y estilos con fecha de caducidad.

Gucci

Bolso de Gucci modelo Softbit

Demna entrara en julio en Gucci, tras su último desfile-protesta-show-fiesta de disfraces o lo que toque de Balenciaga el día 9 en la Semana de la Alta Costura de París. En J.P. Morgan han situado ahora a Kering como en «vigilancia de catalizadores negativos» tras una época realmente débil en ventas y resultados. Habrá que ver las consecuencias que tiene una decisión tan arriesgada para una marca que gusta y cuyos códigos distan del ridículo, la hipérbole y la caricatura a las que Gvasalia esta habituado. No obstante, está claro que servirá de tirón de orejas y revulsivo a una marca que iba en caída libre.

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