Los destinos más baratos, pero interesantes para viajar este 2024

«El viaje es el destino», solía decirse. ahora podría reformularse de la siguiente manera: El precio es el destino. El bueno precio, para ser más concretos. Solo así se entiende que el buscador de vuelos más importante del mundo, Skyscanner, haya introducido recientemente la opción «cualquiera» en la larga lista de ciudades con aeropuertos de todo el mundo.

¿No sabe dónde ir pero tiene ganas de viajar y lo que importa es el precio del vuelo? Ya no es necesario que espere a que la inteligencia artificial mejore sustancialmente: Skyscanner ya tiene la respuesta. Y todo indica que esta pregunta gana va ganando terreno. En un año que promete batir todos los récords en cuanto a número de viajeros, según diferentes indicadores del sector a nivel global, se confirma que lo que importa es viajar, salir, escaparse, ver mundo, darse un garbeo. Y a ser posible, a buen precio. Una tendencia que es especialmente válida para los más jóvenes. Según el último Barómetro de la Familia en España, el 80,3 % de los menores españoles de 45 prefiere viajar a formar una familia.

El incremento de vuelos low cost, de opciones de alojamiento como AirB&B o «hostels» de diseño con habitaciones compartidas o las nuevas opciones de conectividad a regiones con algo que ofrecer y con un coste de vida bajo ha abierto el abanico de posibilidades en un contexto donde el viajero busca destinos más auténticos y menos masificados. Y, naturalmente, todo menos caros.

Los países de la llamada Europa del Este son los ganadores en esta tendencia, especialmente para los viajeros españoles, por una cuestión de proximidad geográfica. Ofrecen además la ventaja de que, en ausencia del turismo en estas últimas décadas, han preservado mejor sus costas, playas y otros espacios naturales y tienen el atractivo de hacer sentir al viajero como un pionero en un mundo donde parece que hay pocas cosas por descubrir.

Albania, ese país que para quienes estudiaron EGB aparecía en su pasaporte como uno de aquellos en los que no era válido, es precisamente una de las estrellas emergentes. Desconocido, lleno de riquezas naturales, con influencias culturales de Oriente y Occidente, rodeado por los Balcanes y los Alpes, con sus costas bañadas por el Adriático y el Jónico, con precios muy competitivos y más cercana que nunca, pues tiene vuelos directos desde Madrid y Barcelona desde el año pasado.

Tirana es una ciudad animada y tiene la ventaja de poseer una rica historia en la que se observa tanto la larga huella otomana como la presencia latina. La Riviera albanesa gana terreno, como podrá verse en Fitur. No es la Costa Azul, pero sus precios no son los de Mónaco, y sin duda sus playas son infinitamente mejores, con calas de verdadero ensueño y sorprendentes acantilados.

Otro país que puede sonar aislado y lejano aunque también es europeo, es Rumanía. Enormemente competitivo en cuanto a precios de alojamiento y gastronomía, ofrece asimismo la ventaja de proporcionar una experiencia de viaje muy auténtica. Su zona más turística, Transilvania, se relacionada popularmente, para bien o para mal, con el Conde Drácula. Más allá de los atractivos para los seguidores de vampiros, convenientemente explotados, es una de las regiones más bellas del país, con paisajes espectaculares y muy bien preservados. Entre sus fans, nada menos que el Rey Carlos III de Inglaterra. Defensor del medio ambiente desde hace mucho tiempo y apasionado de la naturaleza, el monarca ha calificado la región como «la última zona virgen e intacta de Europa» y la visita con frecuencia.

Es probable que nunca haya oído hablar de Tartu, la ciudad más antigua de los países bálticos y este año de plena actualidad: Capital Europea de la Cultura 2024. Una ciudad llena de historia, y arquitectura tradicional, en un país donde puede encontrar un hotel de lujo por no más de 50 euros: Estonia. Tanto Lituana como Estonia son la perfecta y más económica opción para conocer los encantos bálticos, su cultura, sus costumbres y su fantástica naturaleza, similar a la de Suecia, Noruega o Finlandia, y hacerlo de una forma infinitamente más económica.

Entre los destinos consolidados para el viajero español y considerados baratos siguen figurando Portugal y Marruecos. El primero ofrece la ventaja de poder ir en coche propio y gozar de muy buena relación calidad precio y el segundo ha aumentado considerablemente su oferta de vuelos low cost y de opciones de alojamiento. Y no solo Marrakech, la ciudad por excelencia para encontrar exotismo cerca de casa y a buen precio.

Casablanca y Rabat ganan terreno con nuevas aperturas hoteleras económicas, así como nuevos destinos de playa. El más interesante, sin duda, Taghazout, con playas inmensas y vírgenes, muy buen surf, muy cerca del aeropuerto de Agadir, con buenas conexiones low cost desde distintos puntos de España. Túnez es otra muy buena opción para esta mezcla de playas, buenos precios y cierto exotismo, en este caso con sabor mediterráneo. Y mucho y muy variado que ver: Vestigios romanos de la antigua Cartago, museos, zocos, mezquitas, desierto y pueblos encantadores como Sidi Bou Said. Buenas opciones gastronómicas a precios imbatibles.

En larga distancia, Asia sigue siendo lo más competitivo en cuanto a precios. La enorme competencia entre aerolíneas en las rutas hacia Oriente y el auge de las low cost es un factor decisivo que abarata muchísimo las opciones de vuelo frente a destinos muy económicos en Iberoamérica. Camboya, Indonesia, Vietnam y Tailandia son las mejores opciones, especialmente si se dispone de tiempo suficiente para recorrer estos países.

Otro destino que gana terreno es Sri Lanka, naturaleza, cultura, ciudades históricas de sabor colonial como Galle, o incluso la posibilidad de ver leopardos en el Parque Nacional de Yala. Una alternativa a tener en cuenta para los todavía caros safaris en países como Kenia o Tanzania. En el continente africano, gana terreno Gambia, con playas como Serekunda, considerada este año por The Times como una de los mejores destinos de vacaciones a buen precio.