Consejos para mejorar la calidad del sueño en personas mayores
Dormir menos y de forma interrumpida es uno de los signos de la edad, pero hay maneras de combatirlo si utilizamos bien la luz del sol
Es uno de los signos más reconocibles del paso del tiempo y, sin embargo, pocos saben cómo ponerle remedio (o al menos paliarlo). Los problemas de sueño es una de las molestias más comunes en las personas mayores, que tienden a tener un descanso más fragmentado y en consecuencia una mayor somnolencia durante el día. Aunque es algo que antes o después termina alcanzándonos a todos, hay maneras de combatirlo.
David Baeza, fotobiólogo y profesor de la Universidad San Pablo CEU, es experto en cómo nos afecta la luz del sol y cuáles son las horas y las intensidades adecuadas para recibirlo. La cantidad de luz y el momento del día pueden ayudarnos a llevar una vida mejor.
«Los que tenemos cerca a personas mayores, tanto en el ámbito personal como profesional, podemos constatar que las alteraciones del sueño son bastante comunes. El envejecimiento normal se acompaña de trastornos del sueño, con una mayor fragmentación del mismo, despertares nocturnos y una mayor tendencia a la somnolencia diurna», explica Baeza.
Para el fotobiólogo, una de las causas de ese deterioro en la calidad del sueño es la pérdida de agilidad asociada a la edad. «Al tener muchos de ellos una movilidad reducida, reciben poca luz natural y la que reciben de la iluminación interior es uniforme y deficiente».
«La luz ambiental inadecuada y/o la fotorrecepción inadecuada puede causar alteración circadiana. Esto puede dar lugar a un aumento del riesgo de insomnio, depresión, numerosos trastornos sistémicos y posiblemente una mortalidad temprana», apunta Baeza.
Tal y como contábamos en este otro artículo, la luz que se recibe en cada momento del día es capital para favorecer los ciclos naturales del cuerpo. Pero a eso hay que sumarle las condiciones visuales propias de la edad.
La exposición a la luz durante el día mejora la memoria y la cognición en pacientes con enfermedad de Alzheimer
«La iluminación de la retina disminuye con el envejecimiento debido a la miosis pupilar y la reducción de la transmisión de luz del cristalino», explica Baeza. «Esto hace disminuir significativamente los niveles de melatonina en las personas, incluso a partir de los 50 años, si lo comparamos con los niveles existentes en la infancia y adolescencia».
Pese a todo, según el fotobiólogo, una buena forma de favorecer el descanso durante la noche es exponerse durante el día a la luz del sol. Así de simple: «Lo ideal es que salgan durante la mañana para neutralizar la melatonina y empezar el día con energía. Los estudios han demostrado que la exposición a la luz durante la mañana puede consolidar y aumentar la eficiencia del sueño durante la noche, al tiempo que aumenta la vigilia diurna y reduce la agitación nocturna. Más importante aún: se ha demostrado que la exposición a la luz durante el día mejora la memoria y la cognición en pacientes con enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas (ADRD)».
Para personas con movilidad reducida y que no siempre pueden salir a calle, Baeza propone que reciban a través de las ventanas la mayor cantidad de luz natural, también por la mañana. Y añade un último consejo: «Es importante que no vean la televisión a partir de las 20:00 o 21:00 de la noche y que la luz sea lo más tenue posible a partir de esas horas».