El mejor truco para aprobar los exámenes de diciembre está en el día a día

El primer trimestre escolar está llegando a su término y ya asoman a la vuelta de la esquina los exámenes finales. Aprobar o suspender se vuelve la prioridad número uno de padres e hijos. Sin embargo, los profesores prefieren poner el acento en el trabajo diario, en lo que los niños aprenden cada día en el colegio.

Carlos Fernández, presidente de la Asociación de Profesores de Madrid, denuncia uno de los grandes problemas de la educación en España. «Los alumnos, sin hacer lo que tienen que hacer y sin hábitos correctos, consiguen superar cada curso. Algunos descubren demasiado tarde que hacer las cosas bien es lo que da buenos resultados». Los padres, afirma Fernández, no han de preocuparse tanto por las notas y los exámenes, y sí de que los niños adquieran unos buenos hábitos diarios de trabajo, estudio y repaso de lo que han aprendido en clase.

«Estudiar no es ponerse y ya está»

«En España no se valora mucho la profesión de maestro. Cuando los profesores dan recomendaciones sobre un alumno concreto, ni los padres y ni los hijos hacen mucho caso. Estudiar no es ponerse y ya está», señala el presidente de la asociación. Lo más importante cuando van llegando los exámenes, defiende Fernández, es no esperar para aprender la materia.

Dependiendo de la asignatura, la edad y los casos aislados de cada alumno, existen unas necesidades específicas, y por ello no se pueden dar una serie de pautas concretas y generalizadas. Se supone que un examen mide lo que el alumno ha aprendido a lo largo de un periodo determinado de tiempo, en este caso, durante el primer trimestre, y por ello, afirma Fernández, «hay que incentivar al alumno para que vaya aprendiendo cada día».

En este proceso, son necesarias las rutinas. El presidente de la Asociación de Profesores de Madrid recomienda a los padres que fijen una hora al día en la que el niño sabe que ha de sentarse y realizar sus tareas escolares. «Si queremos que los chicos vean lo importante que es la educación, los que estamos a su alrededor tenemos que mostrárselo con el ejemplo. En la tarea de aprender estamos, todos, toda la vida», afirma.

Si los padres quieren hacer algo, que ellos mismos tengan la disciplina suficiente para transmitírsela a sus hijos

Interés, actitud e implicación

Para ello, son los padres los que han de mostrar interés, en primer lugar, por todo lo que aprenden sus hijos, en orden de que sean ellos después los que muestren una buena disposición. «Si los padres quieren hacer algo, que ellos mismos tengan la disciplina suficiente para transmitírsela a sus hijos. La actitud tanto de los padres como de los alumnos ante el estudio es lo principal», explica Fernández.

No se trata de vigilar, ni de regañar, sino de implicación. Un `cuéntame qué has hecho hoy´ puede valer para mostrar el interés suficiente que motive al niño a hablar sobre lo que ha aprendido y asimilar mucho mejor todos los conocimientos. «Por mucho que al profesor le importen sus alumnos –concluye Fernández–, a quien más le deben preocupar es a sus padres».