La crisis energética sacude a las familias europeas: Polonia y España, los países que más la sufren
Aumentan las familias para las que los gastos de la vivienda suponen tal carga que se quedan en situación de pobreza
La crisis energética golpea con dureza no solamente a España, sino también a algunos de sus vecinos de Europa. Finlandia, Lituania, Estonia y Letonia han visto el precio del MWh alcanzar picos históricos en el último mes. Países como Polonia, que también sufre los altos precios del gas y otros combustibles, está teniendo que asumir unos costes energéticos muy difíciles de asumir para las zonas rurales, cuya diferencia de poder adquisitivo respecto a las zonas urbanas es una de las más acusadas del Viejo Continente. En el caso de Polonia hay que sumarle su incapacidad para controlar la inflación, que en diciembre de 2021 subió por sexto mes consecutivo hasta situarse en el 8,6 %. El país fronterizo de la UE, muy dependiente de la industria carbonera, no tiene miramientos a la hora de tachar las acciones del Gobierno de Putin en la zona como factores decisivos para el encarecimiento de los costes energéticos.
Esta situación ha llevado a Polonia a preparar un programa de ayudas a las familias por valor de 4.000 millones de eslotis (unos 880 millones de euros) para paliar el efecto de la subida de las facturas para los hogares.
Por su parte, en España, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, confirmó a mediados del mes de diciembre ayudas fiscales para «ofrecer una garantía de estabilidad en los precios de la electricidad y de minoración del impacto en la factura doméstica para los consumidores sobre todo durante los primeros meses del 2022».
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«Una tragedia donde todo se encarece»
Tomas Jelenski, de 54 años, vive con su familia cerca de Varsovia y lamenta que los pellets que utiliza para la estufa con la que calentarse en su hogar se han encarecido de 1.200 eslotis el pasado septiembre a 1.738 eslotis este enero (260 y 380 euros respectivamente).
Según explica a EFE, quienes calientan su casa con gas o tienen pequeños negocios se enfrentan a una situación aún peor, ya que la factura del gas de las familias ha subido entre un 50 % y un 60 % de media.
«Eso es una tragedia ya que todo se encarece y todos deben subir sus precios», lamenta, y pronostica que, al no tener dinero, parte de la población se verá obligada a recurrir al carbón para calentar sus hogares. «Yo tengo leña seca, pero la gente que tiene una calefacción vieja que funciona con carbón, la utilizarán. Nadie va a cambiarlas por un sistema moderno porque no tienen dinero. Calentarte con gas o electricidad es demasiado caro», sentencia este ciudadano polaco.
El 14 % de los hogares españoles no puede pagar los suministros esenciales
El aumento de los costes energéticos ha llevado a miles de familias, seriamente afectadas por la crisis de 2008 y ahora con la pandemia, a tener que recurrir a la obra caritativa y asistencial de Cáritas.
Tal y como se desprende del último estudio de FOESSA, «sigue aumentando el número de familias para quienes los gastos de la vivienda –entre ellos, la luz– suponen tal carga que, una vez realizados estos, se quedan en situación de pobreza. Esta realidad –informan desde Cáritas y FOESSA–afecta a día de hoy al 14 % de los hogares» de forma grave y a un 24 % de los hogares españoles, que tienen problemas para el mantenimiento de su vivienda y de los suministros.
Buena parte de las Cáritas diocesanas han tenido que reforzar esta partida durante los meses de invierno, donde el consumo se ha disparado y las familias en riesgo de exclusión, aunque no podían permitírselo, han tenido que encender los radiadores.
Desde la institución de la Iglesia católica no dudan a la hora de alertar sobre los problemas asociados que puede traer consigo el no poder disponer de unas condiciones óptimas de vida para el desarrollo de los pequeños de la casa, así como el riesgo de enfermar dadas las bajas temperaturas o bajar su rendimiento laboral y escolar los miembros de las familias. En los distintos manifiestos de los últimos meses piden desde Cáritas condiciones dignas de vida para todos.