Derecho a la vida
Las asociaciones provida responden: «No dejaremos de luchar por las mujeres»
Este jueves, 3 de febrero, el Congreso aprobó la reforma del Código Penal que establece penas de cárcel para quienes acuden a los abortorios a rezar o a a ofrecer ayuda a las mujeres embarazadas
«El día de ayer pasará a la historia. Estoy seguro», afirma Álvaro Ortega, presidente de la Fundación +Vida. Este 3 de febrero el Congreso aprobó la reforma del Código Penal que permite castigar con penas de cárcel de entre tres meses y un año las concentraciones de los grupo provida en las inmediaciones de los centros abortistas para rezar o informar a las mujeres.
Ortega explica que el día de ayer es, en su opinión, «uno de los momentos más tristes y negros de nuestra sociedad. Son muchas las mujeres que deciden seguir adelante con su embarazo cuando se les tiende una mano amiga, cuando se les ayuda y se las acompaña». Y ahora se condena a quien decide prestarle apoyo e información a estas madres.
La razón de que Ortega categorice el día de ayer como histórico es que «ya no solo se deja desprotegido legalmente al concebido, sino que ahora también se prohíbe brindar ayuda a una madre en situación de vulnerabilidad en las puertas de un abortorio. «Estaremos encantados de ir a la cárcel –afirma el presidente de +Vida–. Las asociaciones provida no vamos a cesar en nuestro empeño de ayudar a la mujer y de defender la vida del concebido».
Siempre dentro de la legalidad
La historia no ha terminado
La Federación Española de Asociaciones Provida y su presidenta, Alicia Latorre, han lanzado un mensaje corto aunque contundente: «Seguiremos trabajando para que el aborto sea impensable, para devolver los derechos robados a los no nacidos, junto a sus madres. La historia no ha terminado».
Latorre también opina que «se mire por donde se mire esta reforma es un atropello a las libertades y jurídicamente un disparate. Lo que no van a conseguir es presentar el bien como mal, a quien quita la vida como salvador y pretender que se conquistan derechos cuando en realidad los roban. Empezando por el fundamental derecho a la vida a los más indefensos de la sociedad y, por otro lado, a las mujeres, a las que se niega la verdad y la ayuda que necesitan». La historia no ha terminado porque, como afirma Latorre, «no vamos a dejar de luchar».