Conversaciones en Familia
El doctor Martínez-Sellés: «En el juramento hipocrático se prohíben de forma explícita el aborto y la eutanasia»
El cardiólogo y presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez-Sellés ha sido galardonado con el Premio CEU por la Vida
En septiembre de 2020, Manuel Martínez-Sellés, médico cardiólogo, fue nombrado presidente del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid. Ya antes, como profesional sanitario había estado empeñado en defender la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Sin embargo, a la cabeza de la institución es responsable de hacer cumplir el código deontológico y ético de la profesión, algo que le ha llevado a ser galardonado con el Premio CEU por la Vida, en la categoría de defensa pública de la misma.
–Enhorabuena por el reconocimiento que ha recibido, el Premio CEU por la Vida, por su papel en la defensa publica de la vida. ¿Cuál ha sido su función en esa lucha?
–Al final lo que he hecho ha sido reflejar la realidad, que es que la esencia de la medicina conlleva la defensa de la vida. Como presidente del Colegio de Médicos de Madrid, cuando uno jura el cargo promete defender el Código deontológico. Este es muy claro en la defensa de la vida, tanto desde la concepción hasta la muerte natural y por lo tanto lo único que he hecho ha sido ser coherente con este Código. Desde el juramento hipocrático, hace ya 2500 años, se prohíbe de forma explícita tanto la eutanasia como el aborto. Más que a mi, el premio lo otorgan en representación del colegio de médicos en lo que yo creo que es una postura coherente con el Código deontológico, que es de obligado cumplimiento y en el que solo se incluyen supuestos aceptados por la mayoría de la colegiación.
El código deontológico dice que un medico nunca ha de matar a ningún paciente, ni siquiera si el propio paciente se lo pide
–Y aun así hay médicos que no son coherentes con el código
–Sin juzgar a ningún compañero, es verdad que el Código acaba con un artículo que dice que ningún medico puede ser sancionado si está amparado por la ley. Los colegios de médicos tienen la función principal de asegurarse de que la medicina se ejerce de forma adecuada desde el punto de vista ético y deontológico. Este último artículo impide que podamos sancionar a compañeros que están amparados, por poner un ejemplo: un médico que realice eutanasia está yendo contra el código deontológico, que además es muy claro en esto. Dice que un medico nunca ha de matar a ningún paciente, ni siquiera si el propio paciente se lo pide. Aunque esta actuación desde el punto de vista ético deontológico no es aceptable, aunque es una actuación que está condenada por la Asociación Médica Mundial, nosotros no la podemos sancionar.
–Uno de los puntos más polémicos del nuevo anteproyecto de ley del aborto es la lista negra de médicos provida, de objetores de conciencia. ¿Cómo se vive esto desde dentro?
–Con mucha preocupación. Es evidente que el único motivo para hacer una lista de objetores es intentar limitar y discriminar a los objetores, limitar el derecho a la objeción de conciencia y también discriminar a los médicos que se acogen a este derecho. ¿Qué sentido tiene que exista una lista? La misma ministra ha dicho que tiene la intención de que se puedan realizar abortos en todos los hospitales públicos. Hay que recordar que el motivo por el que no se realizan en la mayoría de los hospitales públicos es porque todos los ginecólogos de forma unánime han hecho objeción de conciencia. Precisamente los ginecólogos, por el hecho de que en su día a día están en contacto con la realidad de la vida intrauterina, son reacios a acabar con ella. A un ginecólogo es muy difícil decirle que eso es un coágulo de células cuando está viendo las manos y los pies. Si la ministra pretende conseguir que se realicen abortos en los hospitales públicos solo hay una manera, que es discriminando a los objetores. Si alguien es objetor o no, se le hará un contrato diferente o no se le contratará, que es algo ilegal. Ya hay sentencias previas del Tribunal Constitucional que indican que el derecho a la objeción de conciencia es fundamental, garantizado por la Constitución y en la Carta de Derechos Fundamentales. Ninguna legislación puede regularlo o limitarlo.
Me llama mucho la atención que se esté legislando en estos temas sin pedir la opinión de los médicos
–Desde su nombramiento, se le ha calificado, a modo de ataque, como médico provida y católico.
–Médico y provida son sinónimos. Todos los médicos deberíamos ser provida, porque ya en la esencia de la medicina está el cuidar, el paliar, el acompañar a nuestros pacientes desde la concepción hasta la muerte natural. Esto lo incluye nuestro código deontológico, que también prohíbe la eutanasia. Es notorio y público que soy católico. Creo que la fe, quienes tenemos el don de la fe, no lo podemos restringir al ámbito personal, sino que impregna todo nuestro día a día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Que me ataquen por ser provida y católico es el último de mis problemas.
– Eutanasia, aborto… son muchos los ataques en poco tiempo contra la vida. ¿Cuál es el ambiente dentro del mundo medico?
–Existe preocupación. Es evidente que hay una intención ideológica en avanzar en estas cuestiones y en muchas otras que implican profundamente a la profesión medica. No son avances, sino retrocesos, como comenta de forma unánime el Comité de Bioética, que es el órgano que supuestamente tendría que ser el que gobierne estos temas. Estos retrocesos se están produciendo sin contar en ningún momento con la profesión médica. Me llama mucho la atención que se esté legislando en estos temas sin pedir la opinión de los médicos.