Crianza
Los padres también se cansan: así es el síndrome del 'burnout' parental
Un estudio de la Universidad de Ohio muestra que un 67 % de los padres trabajadores encajan con el perfil de padre agotado
Un hijo es la mayor alegría de sus padres, una fuente de orgullo y satisfacción, aunque también de preocupación y cansancio. Todos estos factores conviven durante la crianza, y eso la hace agotadora. Y aun más en la era poscovid, en la que semana sí y semana también familias por toda España han tenido que confinarse por algún contacto positivo en el cole.
Un hijo es la mayor alegría de sus padres, sí, pero cuando el primero llega, a los segundos les invade una presión, externa e interna, de ser el padre perfecto, de no dejarle ver dibujos mientras los adultos comen en un restaurante o en el coche, de no darle demasiados gusanitos, de transmitirles todas las herramientas para convertirse en un adulto exitoso, aunque los primeros que no posean esas capacidades sean sus progenitores; cuando lo que los niños necesitan es que sus padres sean los mejores para él, no los mejores del mundo. Que le quieran, que le cuiden y que le eduquen.
Crianza y conciliación
Otro obstáculo en el camino de la crianza es que no se puede ser padre a jornada completa. Mientras los niños están en el trabajo, sus adultos de referencia están trabajando, y sabido es que, al igual que la educación de los hijos, la conciliación tampoco es nada fácil. La presión laboral y doméstica, unida al panorama que se puede ver nada mas asomarse a Google desde hace poco más de dos años y al que no para de sumarse eventos que parecen sacados de película y que todavía puede costar creer, es una bomba de relojería que mucho ha tardado en explotar.
Un hijo es la mayor alegría para sus padres, que sí; pero los padres también sienten estrés durante la crianza porque no es fácil empezar a tener una persona cuya vida y supervivencia depende de un adulto las veinticuatro horas del día, ni aunque se hayan tenido nueve meses para mentalizarse. Y aquí entra en escena el síndrome del burnout parental.
Literalmente, este anglicismo puede ser traducido como la quemazón de ser padre. En una sociedad en la que todo cansa, el trabajo, las relaciones, incluso los ideales propios, los hijos también entran en esta lista, aunque de ellos no se puede uno deshacer presentando una dimisión.
Síntomas
Un estudio de la Universidad de Ohio confirma que un 67 % de los padres trabajadores encajan con los perfiles del síndrome del padre cansado, cuyos síntomas más comunes son, según el portal burnoutparental.com del grupo de estudio del síndrome de la Universidad de Lovaina: excesivo agotamiento, pérdida del placer de la crianza, distanciamiento emocional de los hijos, no reconocerse a uno mismo.
El portal que regentan las investigadoras de la universidad belga, Isabel Roskam y Moira Mikolajczak, define este síndrome como el agotamiento surgido de estar expuesto a un estrés crónico cuando se carecen de los recursos para hacerle frente. Mientras que antes estaba relacionado con el desgaste profesional, distintos estudios han confirmado que se trataba en realidad de dos realidades distintas. Las investigadoras hacen hincapié también en lo que no es el burnout parental: no es depresión, no es agotamiento laboral y no es depresión posparto.
Tanto el estudio estadounidense como el grupo de investigación sobre burnout parental belga presentan cuestionarios y pruebas para padres que sospechen que pueden padecerlo. Aunque la clave, como se puede desgranar de lo expuesto por estos expertos, es no llegar nunca a padecer ese excesivo agotamiento dejando a un lado las presiones y las expectativas por ser el padre perfecto, tan difíciles de alcanzar.