El truco para saber si un niño va a ser tímido o extrovertido en el futuro

James Clear es el aclamado autor y experto en modificación de costumbres, de Hábitos atómicos. En uno de los veinte capítulos (el número dieciocho, concretamente) que dedica a enunciar su teoría de que introducir pequeños cambios en la rutina tiene que como resultado unos cambios reseñables, explica que cada persona nace con unas habilidades distintas, en las que la genética juega un papel fundamental, como también lo tiene en la personalidad de cada uno.

Cinco son las dimensiones de la personalidad en las que se engloban, según una línea de investigación iniciada en 1943 y que Clear recoge en su libro, las características que persisten ante situaciones diversas. Los cinco espectros de la conducta son:

• Apertura a la experiencia: desde curiosidad y creatividad hasta cautela y consistencia, en dos extremos.
• Responsabilidad: de organizado y eficiente a despreocupado.
• Extroversión: de activo y sociable, a solitario y reservado.
• Amabilidad: de compasivo y amigable a desapegado y desafiante.
• Neuroticismo: desde ansioso y sensible a seguro y estable.

Estos campos, conocidos como Big Five (el gran cinco), tienen un «fundamento biológico», explica el autor. Llegados a este punto, afirma que es posible rastrear la extroversión desde el nacimiento. En concreto, se refiere a un experimento llevado a cabo con bebés en una habitación de hospital.

Dice así: «Si los científicos reproducen un sonido alto en el cunero del hospital, algunos bebés se voltean hacia el lugar de donde surge el sonido, mientras otros se voltean al lado contrario». Cuando siguieron la trayectoria de estos niños a lo largo de su vida, descubrieron que los bebés que se giran al escuchar un ruido fuerte son más proclives a convertirse en personas extrovertidas; aquellos que no se tornan hacia el lado contrario, tienen una mayor probabilidad de ser en el futuro más introvertido.

La ciencia ha investigado cómo se forma la personalidad de cada uno y se han desvelado otros aspectos que permiten detectar cuando un niño va a ser más tímido o más sociable. Según la revista Science Illustrated, el carácter puede leerse según el nivel de cuatro agentes bioquímicos: dopamina, serotonina, testosterona y estrógenos.

Así, explican que la dopamina y la serotonina contribuyen a determinar el sendero de las señales nerviosas hacia el cerebro, mientras que las hormonas responsables del sexo, también influyen en el tamaño del centro del cerebro.

Dependiendo de cual domine, la personalidad de un bebé ir más encaminada hacia fuera o hacia dentro. Si es la testosterona la que más peso tiene, parece haber una tendencia hacia un temperamento más franco y analítico, pero en el caso del estrógeno, los rasgos de la personalidad suelen virar hacia la compasión y la atención.