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Miguel Ángel Martín Cárdaba

Miguel Ángel Martín CárdabaRialp

Entrevista con Miguel Ángel Martín Cárdaba

«No todo el mundo está preparado para formar una pareja duradera»

Es posible predecir el éxito o el fracaso de una pareja a partir de detalles tan poco sexis como presentar en tiempo y forma los papeles de Hacienda. Esta es una de las tesis provocadoras que aborda Miguel Ángel Martín Cárdaba en Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no

Las estadísticas demuestran que en España cada vez se casan menos parejas, y que entre las que se casan, las cifras de separaciones siguen creciendo en todas las franjas de edad. Sin embargo, y en paralelo, las consultas de psicólogos y psiquiatras están cada vez más llenas de personas que sufren por no encontrar –o por no lograr mantener– el amor en la pareja.

Para saber por qué unas parejas fracasan mientras otras permanecen felices en el tiempo, Miguel Ángel Martín Cárdaba acaba de publicar Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no (Rialp). Y a la luz de los virales que han resultado sus intervenciones en redes sociales –incluso monseñor Munilla compartió una de sus intervenciones, desatando una oleada de comentarios a favor y en contra– parece que este doctor en Comunicación, licenciado en Filosofía y diplomado en Sociología ha logrado poner el dedo en la llaga con sus tesis provocadoras.

Tesis, por ejemplo, como que el amor no es un sentimiento, que los matrimonios apalabrados de otras culturas reflejan con el tiempo índices de felicidad superiores a los llamados matrimonios por amor, que hay forma de predecir si una pareja va a fracasar o no, o que no todo el mundo está capacitado para casarse.

Portada de 'Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no'

Portada de Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú noUniversidad Villanueva

—Dice en su libro que el amor no es un sentimiento. Y, sin embargo, pocos sentimientos son tan poderosos como el amor. Si no es un sentimiento, ¿qué es?

—Es muy común escuchar que el amor es un sentimiento. Sin embargo, intuitivamente todos sabemos y experimentamos que amar es, en realidad, querer o elegir el bien y la felicidad del otro. Cuando a alguien le pides que enumere ejemplos de amor profundo, prácticamente todo lo que enumeran son actos en los que se busca el bien de la otra persona. Incluso, o especialmente, por encima del bien propio. Es verdad que el amor puede provocar muchos sentimientos y también que muchos actos de amor pueden estar provocados por un sentimiento, pero sentimiento y amor son cosas distintas. Y la consecuencia de esta distinción es importante.

¿Por qué?

—Porque si entendemos el amor como un sentimiento, el compromiso carece de sentido, porque las emociones son cambiantes y nadie puede prometer un sentimiento. Sin embargo, la decisión de querer (querer querer) es algo que siempre depende de uno, independientemente de cómo te sientas.

Amar es, en realidad, querer o elegir el bien y la felicidad del otroMiguel Ángel Martín CárdabaAutor de 'Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no'

Entonces, ¿por qué hoy fracasan tantos matrimonios? ¿Es una cuestión cultural, social, personal…?

—Efectivamente, los datos muestran que, en el amor, fracasar es mucho más probable que lo contrario. Como ocurre con cualquier fenómeno complejo, no es posible reducirlo a una única causa, pero quizás uno de los factores más relevantes podría estar relacionado con haber pasado de un modelo de amor sustentado en la entrega y la donación (me entrego a ti para cuidarte y hacerte feliz) a un concepto de amor que se identifica con el sentimiento y la mera satisfacción mutua de necesidades (estoy contigo mientras me sienta enamorado y sienta que me haces feliz). Lo importante en la relación amorosa ha dejado de ser «el otro» y lo único que importa es el impacto que tiene en mí. Lo que yo saco. Y claro, en esta manera de pensar, el compromiso incondicional, que es la base fundamental del matrimonio y que muchas veces implica sacrificio, esfuerzo y renuncia, cade vez tiene menos cabida.

El título del libro es bastante provocador. «Por qué otros van a fracasar en el amor, pero tú no». ¿Hay algún modo de predecir el éxito o el fracaso de un matrimonio?

—Gracias a los avances de las ciencias que estudian las relaciones humanas, cada día sabemos más sobre cuáles son los principales factores que predicen el éxito o el fracaso en la vida matrimonial. Hay investigadores, como John Gottman, que son capaces de predecir con un 91 % de precisión si una pareja seguirá felizmente unida o se separará, simplemente observándoles interactuar durante 5 minutos. Este grado de conocimiento sobre los fundamentos de las relaciones basadas en el amor es extraordinariamente útil, porque entender una realidad es el primer paso para cambiarla.

Los ingredientes de una relación duradera son muchosMiguel Ángel Martín CárdabaAutor de 'Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no'

Entonces, si es así de posible, ¿cuáles son los ingredientes esenciales de un matrimonio duradero? Y, al contrario, ¿qué componentes de un matrimonio hacen más posible su fracaso?

—Los estudios muestran que los ingredientes de una relación duradera son muchos: el modo en el que una pareja se comunica, la capacidad de gestionar las diferencias (especialmente las que son irresolubles e irreconciliables), etc. Sin embargo, hay dos factores claves para no fracasar en el amor.

Pues usted dirá...

—El primero es tener una concepción correcta de lo que realmente es el amor. En un mundo donde nos bombardean con una imagen distorsionada del amor, es necesario contar con un mapa preciso y fiable que se ajuste a la realidad y que permita desarrollar una relación comprometida y duradera. Y el segundo es saber elegir con quién construirlo, alguien que esté realmente preparado y capacitado para esa tarea, porque lo cierto es que no todo el mundo lo está. Y para dificultar más las cosas, muchas veces tendemos a elegir pareja siguiendo criterios equivocados.

La razón número uno para explicar una ruptura es la falta de compatibilidadMiguel Ángel Martín CárdabaAutor de 'Por qué otros van a fracasar en el amor... pero tú no'

En el libro plantea una lista de 15 preguntas que conviene hacerse sobre la otra persona, antes de dar el paso de casarse. ¿Cuáles serían el top 5?

—En efecto, la ciencia ya ha identificado cuáles son las principales cualidades que predicen el éxito (o el fracaso) en las relaciones de pareja. Aunque en el libro se describen con detalle (incluso proporciono un checklist muy aplicable), una manera práctica de tenerlas en cuenta puede ser hacerse una serie de preguntas clave sobre la otra persona. Por ejemplo, ¿se trata de una persona que comparte mis valores y mis objetivos vitales? ¿Tiende a ver lo bueno de la vida y de las personas, o tiende a la queja y a la crítica? ¿Cómo reacciona ante los problemas? ¿Cómo gestiona los conflictos y las discrepancias, especialmente cuando no tienen solución? ¿Le cuesta perdonar? ¿Es una persona fiable? ¿Montaría un negocio con esa persona? ¿Me vale tal y como es ahora o confío en que vaya a cambiar en el futuro? Todas esas son preguntas útiles porque cada una revela una cualidad fundamental para poder tener una relación duradera y sólida.

Por último, ¿qué es lo que yo no he preguntado y cree importante decir?

—Podríamos seguir hablando de muchas cosas, pero déjame acabar con esta idea. La razón número uno que proporciona la gente para explicar su ruptura es la falta de compatibilidad. Y es curioso que casi todas las parejas experimentan en algún momento, aunque sea breve, la sensación de haberse equivocado al elegir. Esto se explica porque, incluso entre personas muy parecidas, las diferencias siguen siendo constantes. No hay dos personas iguales, que vean el mundo igual: uno siempre es más ordenado, o más tranquilo, etc. que el otro. Pero donde hay madurez (no se tienen expectativas irreales) y generosidad (se está dispuesto a cambiar y a adaptarse), las probabilidades de superar cualquier diferencia o «incompatibilidad» se multiplican. En realidad, como decía Alain de Bottom, la compatibilidad no es tanto un requisito para el amor, como una consecuencia del mismo.

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